Definitivamente era cierto: Spain’s different.

Un extranjero que conozca España sabe que el suelo de los bares es una gran papelera en la que puedes arrojar colillas, servilletas y los restos de las gambas del vermouth.

Tampoco se sorprenderá si ve colgada en la pared del establecimiento una cabeza de toro disecada: sabe que forma parte de la decoración.

Y asumirá con estoicismo el hecho de que si va en compañía de españoles nunca comerá antes de las dos de la tarde ni cenará antes de las nueve de la noche.

Pero aún así seguirá sorprendiéndose cuando lea noticias como ésta: Alberto Saiz somete a 10 agentes del CNI a la 'máquina de la verdad'

Hasta los españoles, acostumbrados a las cosas más insólitas, nos hemos sorprendido.

¡Manda huevos!

¿Acabará Alberto Saiz la semana como director del CNI?

Si llegara a acabarla sin presentar la dimisión o ser cesado, quien debería dimitir o ser cesada es la ministra de Defensa.

Y si acabara el mes sin que ninguno de los dos dimitiera o fuera cesado, quien debe irse (pero ya) es Zapatero.

Un mal gobierno es difícilmente tolerable, pero lo que es inadmisible es un gobierno ridículo. Y con estos episodios del CNI (viajes de pesca con cargo a fondos públicos, colocación de sobrinos, compra de patatas a sus familiares…, ahora esto…) estamos superando todas las cotas imaginables.

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