Hace ya meses que resolví el enigma que me intrigaba: el PSOE no es un partido socialista, sino peronista. A estas alturas ya no albergo ninguna duda. Y cada nueva noticia, cada dato, no hace sino reafirmar mi hipótesis.
Recuerdo que llegué a esa conclusión comparando el supuesto socialismo hispano con todo el muestrario pasado y presente de partidos que se han llamado de izquierdas, desde las dictaduras comunistas a la socialdemocracia europea. No hallé ninguna semejanza, o ninguna más estrecha que con el justicialismo argentino. Evita Perón apelaba a los descamisados. Y a los descamisados se refirió Alfonso Guerra, en acertado anticipo de lo que se nos avecinaba de la mano de su partido. En eso estamos.
Los descamisados
Joaquín Leguina parece estar llegando a las mismas o parecidas conclusiones. O las va rondando. ¿Qué es de izquierdas?: “…podemos concluir –poniendo así fin a toda discusión sobre el deslinde entre izquierda y derecha- que es de izquierdas –y sólo de izquierdas- todo aquello que sale de la preclara mente de Rodríguez Zapatero”.
Siempre a la izquierda
Aunque ya, con muchos años de adelanto, se le anticipó Leopoldo Calvo Sotelo: “Es socialista todo lo que hacen ellos. Pero si eso mismo lo propusiéramos nosotros, sería reaccionario, sólo por proponerlo nosotros.”
Uno de los más lúcidos visitantes de este blog, Carlos56, proponía una interesante tarea para ese artefacto orwelliano que es el ministerio de la Igualdad: “En este país el Ministerio de Igualdad podría tener un alto contenido, por ejemplo, eliminando las discriminaciones entre españoles por razón de región de nacimiento.” Fíjense que es exactamente lo contrario de lo que está haciendo Zapatero, quien con tal de cultivar sus caladeros de votos no tiene inconveniente en laminar algunos de los más acrisolados principios socialistas: la solidaridad interterritorial y la convergencia económica.
Cataluña: “el mejor acuerdo de financiación de su historia”
Pero Leguina en su blog señala otra carencia igualitaria: “En cualquier caso, habremos de admitir que una “Igualdad” a quien no le preocupa la distribución de la renta es una igualdad muy rara.”
Esa es la igualdad que predica Zapatero.
Hace pocos días, en una tertulia radiofónica, alguien planteaba la cuestión de si Zapatero no podría tener como objetivo inconfesable hundir definitivamente España, política y económicamente, fragmentarla y arruinarla, para construir sobre los escombros el régimen con el que quizás sueñe: su Tercera República, o su régimen chavista, o un justicialismo a su medida. Cualquiera sabe. Porque todas las medidas de Zapatero parecen tener ese propósito: hundirnos como Nación, conducirnos a la ruina colectiva, rebajar más aún los niveles educativos (dar becas a los peores estudiantes para que no abandonen), prometer más ayudas al Tercer Mundo a pesar de la situación desesperada de muchos españoles…
Tengo una premonición: cuando Zapatero caiga -porque tarde o temprano caerá- los socialistas, quienes hoy son sus compañeros, serán quienes arrojarán la primera piedra. No quisiera estar ese día en su pellejo.
Recuerdo que llegué a esa conclusión comparando el supuesto socialismo hispano con todo el muestrario pasado y presente de partidos que se han llamado de izquierdas, desde las dictaduras comunistas a la socialdemocracia europea. No hallé ninguna semejanza, o ninguna más estrecha que con el justicialismo argentino. Evita Perón apelaba a los descamisados. Y a los descamisados se refirió Alfonso Guerra, en acertado anticipo de lo que se nos avecinaba de la mano de su partido. En eso estamos.
Los descamisados
Joaquín Leguina parece estar llegando a las mismas o parecidas conclusiones. O las va rondando. ¿Qué es de izquierdas?: “…podemos concluir –poniendo así fin a toda discusión sobre el deslinde entre izquierda y derecha- que es de izquierdas –y sólo de izquierdas- todo aquello que sale de la preclara mente de Rodríguez Zapatero”.
Siempre a la izquierda
Aunque ya, con muchos años de adelanto, se le anticipó Leopoldo Calvo Sotelo: “Es socialista todo lo que hacen ellos. Pero si eso mismo lo propusiéramos nosotros, sería reaccionario, sólo por proponerlo nosotros.”
Uno de los más lúcidos visitantes de este blog, Carlos56, proponía una interesante tarea para ese artefacto orwelliano que es el ministerio de la Igualdad: “En este país el Ministerio de Igualdad podría tener un alto contenido, por ejemplo, eliminando las discriminaciones entre españoles por razón de región de nacimiento.” Fíjense que es exactamente lo contrario de lo que está haciendo Zapatero, quien con tal de cultivar sus caladeros de votos no tiene inconveniente en laminar algunos de los más acrisolados principios socialistas: la solidaridad interterritorial y la convergencia económica.
Cataluña: “el mejor acuerdo de financiación de su historia”
Pero Leguina en su blog señala otra carencia igualitaria: “En cualquier caso, habremos de admitir que una “Igualdad” a quien no le preocupa la distribución de la renta es una igualdad muy rara.”
Esa es la igualdad que predica Zapatero.
Hace pocos días, en una tertulia radiofónica, alguien planteaba la cuestión de si Zapatero no podría tener como objetivo inconfesable hundir definitivamente España, política y económicamente, fragmentarla y arruinarla, para construir sobre los escombros el régimen con el que quizás sueñe: su Tercera República, o su régimen chavista, o un justicialismo a su medida. Cualquiera sabe. Porque todas las medidas de Zapatero parecen tener ese propósito: hundirnos como Nación, conducirnos a la ruina colectiva, rebajar más aún los niveles educativos (dar becas a los peores estudiantes para que no abandonen), prometer más ayudas al Tercer Mundo a pesar de la situación desesperada de muchos españoles…
Tengo una premonición: cuando Zapatero caiga -porque tarde o temprano caerá- los socialistas, quienes hoy son sus compañeros, serán quienes arrojarán la primera piedra. No quisiera estar ese día en su pellejo.
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15 comentarios:
Creo que la igualdad que busca Zapatero es volvernos a todos igual de tontos...xd
Tampoco hay que echarle todos los méritos a esta figura.
La parte concerniente a educación tiene toda la impronta de nuestra querida Eva Almunia. Hay que reducir el nivel de exigencia al cero absoluto para que así nadie suspenda (ni el que acude a clase), sino traumatizamos a sus niños y futuros votantes.
Bah, tampoco me seas paranoico Oroel.
Entre otras cosas porque pretender que en todo esto hay un plan maligno urdido a largo plazo es claramente sobreestimar al personaje.
ZP es una persona desorientada, que no tiene una ideología clara. Sólo tiene claras cuatro consignas progres bastante vacías de contenido.
Pero no tiene, creo yo, un proyecto de futuro, una idea de lo que quiere que sea España, ni nada por el estilo.
Sólo tiene claro que quiere mantenerse en el poder y por ello va dando bandazos, arrimándose al sol que más calienta pero sin un criterio coherente.
Prueba de ello es que estaba a punto (he oido de pasada en la tele) de instaurar una serie de medidas que eliminaran las ayudas para las rentas más altas (como los cheques-bebé)para conseguir el apoyo de IU a sus presupuestos.
Finalmente han conseguido el apoyo de CiU (se supone que más cómodo) y de lo dicho nada.
¿Son de izquierdas? ¿Tienen algún tipo de ideología, de proyecto?
Claramente no.
En cuanto a lo que dice el Anónimo, estoy de acuerdo pero iría más allá.
El fracaso escolar (y Carlos56 me corregirá que creo que sabe más de esto que yo)se define políticamente como la no consecución de un determinado nivel de estudios. Normalmente el más significativo, por marcar el final de la educación obligatoria, es el Graduado Escolar.
Supongo que muchos podríamos definir el fracaso escolar de otra manera pero a efectos de gestión política la estadística antedicha es la que cuenta.
Por lo tanto, la forma obvia de reducir el "fracaso escolar" es conseguir que más gente consiga el Graduado. Y evidentemente, esto se consigue muy fácilmente bajando el nivel y permitiendo que los alumnos consigan ir pasando con asignaturas pendientes y sin tener los conocimientos mínimos exigibles.
¿Esto denota un plan malévolo para "entontecer" a las futuras generaciones?
No lo creo.
Precisamente indica, en mi opinión, todo lo contrario. Una completa falta de planificación y de visión de futuro. Un dejarse caer, como siempre, por el camino más cómodo y de menor resistencia.
Acciones que permitan mejorar la imagen pero sin exigir (ni realizar) ningún esfuerzo que pueda a corto plazo poner a alguien en su contra.
A largo plazo,... Dios proveerá.
Estimado Alejandro:
Me planteas la obligación de “corregirte” en lo referente a la definición política de fracaso escolar. Si en la que has dado tú, sustituimos “nivel” por “titulación”, todo lo demás me parece correcto.
Para los docentes la enseñanza tiene por objeto el que sus alumnos adquieran unos conocimientos y habilidades que le permitan mejorar su estatus cultural, social y laboral. Es, en suma, un elemento de liberación y de promoción personal.
Para el político, que por supuesto te admitirá sin rechistar la parrafada anterior, hay además una cuestión “administrativa”. Ese progreso del alumno debe plasmarse en un título que lo cualifica para nuevos estudios o para su integración en determinados perfiles laborales.
Y, de pronto, la carreta delante de los bueyes. Ahora el problema ya no son los conocimientos, lo es el título.
Por el contexto de tu intervención entiendo que es a esto a lo que te estás refiriendo.
Se puede pensar que la asunción de las competencias básicas, que sirven para hacer los controles de calidad del la OCDE (el informe PISA) modula esa “ansiedad” política por el título. Pero, a mi juicio, es un error. La filosofía subyacente en estas competencias está en la consecución de trabajadores de perfil medio-bajo.
Por cierto, en tus dos intervenciones que me preceden, dejas caer la incompatibilidad entre tener una planificación de futuro y ser un perfecto imbécil. Yo no estaría tan seguro. En primer lugar la imbecilidad, lo mismo que la inteligencia, no es perfecta y suele actuar más bien en ciertas áreas.
Tienes razón en que intentar ver en todo una planificación, una conjura, es un poco paranoico. Pero es propio de un espíritu ilustrado que, cuando se observan determinados patrones comunes, surja la cuestión de si no existirá alguna relación. No Oroel, si no el interviniente radiofónico por el referido, se preguntaba si no existiría cierto objetivo inconfesable. Por el momento, como verás la cuestión se plantea como una pregunta. El descartar de plano la mera formulación de la interrogación parece un tanto precipitado y más cuando se contraponen explicaciones “psicologistas “, que si bien nos pueden satisfacer (tipo, ese tío es tonto del haba), caen en realizar otro tipo de juicio de intención (tipo, lo único que quiere es mantenerse en el poder).
Desde mi punto de vista hay dos cuestiones que se deben separar y, cada una en su momento, aclarar:
a) ¿Las medidas de ZP son un desatino constante? Eso nos conduciría a la necesidad de promover un cambio democrático.
b) ¿Existe una intencionalidad perversa? La conclusión que se sigue a la respuesta afirmativa nos asusta: “Sic semper tyrannis”.
Un abrazo. Carlos56.
Lo que estamos viviendo hoy en España no es una casualidad. Está planificado, son tendencias que se observan desde hace tiempo.
El socialismo de Zapatero, está demostrando una agresividad extraordinaria en las cosas más importantes de la vida: la religión, la familia, el orden social, el derecho a la vida...
La primera materialización de esta singular forma de poder es un Estado de nuevo perfil. Un Estado que ya no se dirige a los ciudadanos con el tono imperativo y algo ordenancista del padre tradicional, sino que ahora busca la afabilidad protectora del "Papá-estado".
Leyes para que usted no fume; por su salud. Leyes para que lleve usted chaleco reflectante en el coche; por su seguridad. Leyes para que los niños no sean obesos; por su bienestar. Leyes para que los estudiantes aprueben sin esfuerzo; por su felicidad.
Hay que destruirlo todo, religión, patria, familia, moral, valores, educación, identidad,... porque todo eso es solo un lastre para el concepto de país y sociedad que maneja Zapatero.
La familia es una institución obsoleta del pasado, la religión es una superstición de otros tiempos, la moral es una cuestión de puntos de vista, la ley debe adecuarse a las circunstancias.... Eso es lo que está pasando en España. Esa es la ideología que se va imponiendo desde el poder.
Y así, el arsenal ideológico de la izquierda garbancera, irá llenándose de cosas que antes o no existían, o eran marginales en sus programas y planteamientos: la eutanasia, la educación sexual de los niños, el aborto, etc.
O que un feto de tres meses no es un "ser humano".
La aniquilación del modelo de familia tradicional, bajo el pretexto de acentuar la protección de los derechos individuales,llega hasta el punto,que de facto desaparece la patria potestad al autorizar que uan menor de dieseis años pueda abortar sin que sus padres lo sepan.
El Estado (socialista)sustituye a la familia, a los padres.
Bajo el mismo argumento del derecho individual,se instaura el ataque al derecho a la vida, que genera legislaciones promotoras del aborto y de la eutanasia.
El futuro es aterrador,orwelliano.
Cinco millones de parados a final de año,350.000 "sin techo",comedores sociales desbordados,un 10% de déficit público,el país en quiebra.uan radicalización absoluta de un Gobierno que recurre al guerracivilismo,acosos a la oposición con campañas periodísticas y judiciales,ataques a la Iglesia y los católicos....
Ese es el panorama que nos espera.
La realidad que vivimos.
Estimado Carlos56:
Muchas gracias por tu corrección. Evidentemente donde dije nivel quería decir titulación. (o nivel desde el punto de vista administrativo que se marca mediante cursos y títulos y no necesariamente por la adquisición de unos conocimientos).
En cuanto a la legitimidad de ver una intencionalidad perversa en los desatinos de ZP, yo no la niego.
Simplemente no creo que sea así y así lo hago constar.
Pero también quiero resaltar que, como tú planteas, este tipo de reflexiones son peligrosas y deben hacerse con cuidado.
A Natalia le diría lo mismo que he dicho anteriormente.
Dibujas un personaje digno de ser un malo de película de James Bond que desea destruir el mundo tal y como lo conocemos para crear una nueva sociedad en la que sea el líder incontestable.
Por otra parte las leyes que velan por la salud y la seguridad de las personas tienen una razón contundente que ningún político admitirá si puede evitarlo.
El Estado, a través de la Seguridad Social actúa como una gran aseguradora. Y a toda compañía de seguros le interesa reducir la siniestralidad.
En cuanto a que la religión es una superstición de otros tiempos, mucha gente lo creemos así.
Que la moral es una cuestión de puntos de vista es UN HECHO: Está claro que lo que a nosotros nos parece inmoral, en otras culturas es aceptable e incluso recomendable.
Que la ley debe adaptarse a las circunstancias. Pues claro. ¿Acaso no ha sido siempre así? Las leyes van cambiando según cambian las circunstancias sociales, económicas. AFORTUNADAMENTE.
El problema está cuando tenemos un arrivista sin escrúpulos que utiliza ese relativismo propio de los tiempos modernos para poder mantener una cosa y la contraria sin pestañear en su propio beneficio
"Cinco millones de parados a final de año,350.000 "sin techo",comedores sociales desbordados,un 10% de déficit público,el país en quiebra"
No creo que esto sea parte de ese presunto Plan de ZP (es lo que le va a hundir) sino fruto de su imprevisión y de su incompetencia.
Lo que yo digo, vamos.
Interesantes aportaciones.
Nadie ha rebatido, no obstante, mi afirmación principal: que el PSOE no es socialista. Leguina, y supongo que algunos más que hoy mantienen un prudente silencio, opinan eso, o lo opinan al menos de su jefe, Zapatero.
Y dicho esto, permitidme algunas apostillas a vuestras intervenciones.
1.- Creo que Zapatero es tonto del haba. Muy tonto. Es decir, listo -tontiastuto como decía Raúl del Pozo de Felipe González- pero no inteligente.
2.- No sé si Zapatero tiene o no un plan, tal como se planteaba aquel tertuliano radiofónico, aunque evidentemente yo también, como dice Carlos56, trato de ver si hay un patrón de comportamiento que pueda asimilarse esquemáticamente a un plan. Y creo que sí lo hay, lamentablemente lo creo, aun a riesgo de ser considerado -de considerarme yo mismo- paranoico. Hasta hace poco siempre había rechazado la posibilidad de esos planes maléficos a largo plazo, aunque últimamente compruebo que explicarían muchas cosas.
Recuerdo al respecto una frase que decía que ante este tipo de conjeturas, la estupidez explica muchas cosas. Pero es que en este caso habríamos de suponer una estupidez casi excesiva, no imposible, pero sí improbable, precisamente por excesiva.
3.- El que alguien sea clamorosamente tonto no descarta que sea capaz de hacer y tener planes, como posiblemente los tiene Zapatero. Son planes estúpidos sin duda, absolutamente incoherentes con el ideario que dice tener y defender, pero planes al cabo. Que nos conducen al desastre, por supuesto. También conozco algún estúpido de derechas -que los hay- que es capaz de defender ideas y objetivos absolutamente contradictorios con un ideario liberal. Y está tan feliz y encantado de haberse conocido. Como Zapatero.
4.- Me ha parecido interesantísimo el párrafo de Natalia sobre la prohibición de fumar, sobre la obligación del chaleco reflectante, sobre la obesidad, sobre el relajamiento del rigor académico, todo ello por nuestra salud, nuestra seguridad, nuestro bienestar, nuestra felicidad... Es un concepto totalitario que sacrifica la libertad -con la que por cierto, Zapatero se llena la boca-, porque desconoce que la otra cara de la moneda en la que campea la “libertad” es la “responsabilidad”. Y nos quieren vender una mercancía averiada, imposible, inexistente: libertad sin responsabilidad.
Pero este es un pensamiento muy elevado para Zapatero, tan simple, tan esquemático él.
Estimado Oroel:
Habrás observado que vuelvo a ser un poco más dueño de mi tiempo.
Es difícil contestar tu pregunta sin entrar en un interminable debate, muy posiblemente, con Alejandro. En cierto momento ya hicimos un amago y supongo que mantenemos las posiciones bastante intactas. Yo personalmente pienso que sí, que esto es lo que da de sí el socialismo “democrático”. Que una vez que ha renunciado (¿) al cambio de las estructuras económicas (la prevalencia de los trabajadores sobre el capital) ya le queda muy poquito recorrido, salvo la creación de tramas de intereses, clientelismo, que le ayuden a perpetuarse en el poder. Otra vía para esa perpetuación es la destrucción de los valores que pueden permitir a la sociedad una reacción que refleje dignidad e independencia de criterios…
Otro punto. Hay que ser muy cuidadosos con ciertas cuestiones como tabaco, obesidad, chalecos reflectantes… La confrontación no es solamente la libertad de los ciudadanos frente al reglamentarismo economicista y autoritario. Hay intereses de terceros en juego. Así, por ejemplo, cuando alguien en una autopista es atropellado, su cuerpo tiene grandes posibilidades de “esclafarse” contra el parabrisas de un tercero, con desagradables consecuencias para ese tercero. Insisto en que sólo es un ejemplo, pero creo que ilustra claramente que hay intereses de terceros por los que el Estado tiene que velar Por consiguiente, no todas las cuestiones citadas por Natalia merecen ser contempladas bajo el mismo prisma.
Por cierto amigo Alejandro. En mi parecer la afirmación de que “En cuanto a que la religión es una superstición de otros tiempos, mucha gente lo creemos así”, me parece poco afortunada. Sustituyes un conjunto de creencias, las religiosas, por otra… ¿Sabemos o no sabemos si son una superstición? ¿Y si lo son, lo son de otros tiempos? ¿No es esta afirmación una superstición en sí?
Yo no soy futbolero y abogaría por la eliminación del futbol (me da rabia tanta gente disfrutando con lo que a mí me parece una memez alienante). Pero ¿cuánto tiempo tardaría el pueblo en sustituir ese opio por otro, posiblemente aún peor? Personalmente no soy persona religiosa, ni siquiera creyente, pero me da escalofríos esa cruzada anticristiana, que pretende inventarse una religión laicista, en la que se han sustituido los dogmas de fe por “lo políticamente correcto”. Desde hace mucho tiempo me siento menos agredido por los creyentes que por mis homólogos, los no creyentes. Al menos en España los primeros han dejado de realizar autos de fe, los segundos, no lo tengo tan claro.
Por mi experiencia vital, sé que creyentes con diversos dogmas y descreídos pueden convivir y construir juntos proyectos comunes. Sólo precisan de algunos denominadores culturales comunes. A mi juicio, uno de ellos es la inviolabilidad de la dignidad individual. Ese postulado tiene diversos corolarios, por ejemplo, el respeto a las convicciones religiosas en tanto que estas no transgredan el principio enunciado.
Un abrazo a todos. Carlos56.
El que yo crea que las religiones son supersticiones de otro tiempo
(que es una "creencia" que merece tanto respeto como cualquier otra) no quiere decir que yo prohibiría ni perseguiría las religiones.
Eso sí, yo trataría de reducir su presencia en las esferas públicas y de decisión.
Por poner un ejemplo: ¿En el comité de ética de un hospital debe haber sacerdotes católicos por decreto? Yo creo que no, hay gente que cree que sí.
¿La religión católica debe tener una posición claramente privilegiada frente a otras religiones -e incluso frente a otras disciplinas- en el sistema educativo?
¿Debe tener el Estado español acuerdos con otro Estado soberano como es el Vaticano (por cierto el único Europeo no democrático y donde se discrimina a la mujer) desde los que se regula la política religiosa de NUESTRO país?
Yo lo siento mucho si ofendo a alguien, pero las religiones para mi -y para muchos otros no creyentes- no pasan de ser supersticiones y merecen el mismo respeto y amparo por parte del Estado que cualquier otra actividad a que se quiera entregar un ciudadano en su esfera privada.
Y por supuesto nada d elo que he dicho contradice la frase de Carlos:
"Por mi experiencia vital, sé que creyentes con diversos dogmas y descreídos pueden convivir y construir juntos proyectos comunes"
Con la que estoy plenamente de acuerdo.
No amigo Alejandro:
No es eso. No se trata de que tú prohibieras las religiones. Se trata de intentar respetar un conjunto creencias que para ciertas personas pueden dar significado a sus vidas. Es evidente que espetar a alguien que manifiesta una convicción religiosa que las religiones son supersticiones, es, cuando menos, poco cortés.
Pero es que además no es correcto y es peligroso.
No es correcto:
Definición 1: Superstición es una creencia por la que los individuos creen que pueden alterar el destino o la suerte propia o de una persona.
Definición 2: La religión es un elemento de la actividad humana que suele componerse de creencias y prácticas sobre cuestiones de tipo existencial, moral y sobrenatural.
Es peligroso:
La eliminación del elemento religioso que no venga asumida como un proceso racional es imposible. Nos jugamos el sustituir religiones asentadas, civilizadas, que han evolucionado desde el Renacimiento, por nuevas religiones de estado (v.g. el laicismo militante). Y eso es peligroso no para las personas religiosas, a ellas el martirio les santifica. El peligro es para nosotros y para nuestras libertades, entre las que está el abrazar o desabrazar (este verbo seguro que no existe) la religión que nos venga en gana (con la limitación del respeto a la dignidad humana).
Las cuestiones que mencionas en tu respuesta son dignas de debate, pero menores, a mí entender. ¿Hasta qué punto la religión católica conserva una especial prevalencia en la sociedad española? No lo sé, creo que menos que hace treinta años. A mí sus ritos y símbolos no me molestan especialmente y no tengo ningún interés en acelerar un proceso natural, en el que lo religioso vaya pasando al ámbito privado. Forzar la situación lo único que conseguirá es radicalizar y fortalecer a los intransigentes.
Naturalmente es una opinión, una más entre … Pero, fíjate bien, he tenido muchas discusiones con gentes de fe, sobre las creencias, lo divino y lo humano, y el sabor de boca que tengo no es tan amargo como cuando observo la intolerancia de otros, de los que deberían haber sido “los míos”.
Un abrazo. Carlos56.
1. Creo que todos nos entendemos cuando hablo de superstición. No es necesario recurrir al diccionario. Puedo recurrir a palabras como superchería, fraude o engaño, pero por cortesía me pareció que superstición era más suave.
2. Si alguien cree que le falto al respeto lo siento mucho. Pero estamos hablando de gente que proclama (sin ninguna prueba y en contra de toda evidencia) que existe un Dios justiciero con opiniones muy concretas (y un tanto extrañas) sobre lo que está bien y lo que está mal. En nombre de ese Dios continuamente se realizan presiones para influir en las leyes que nos afectan a TODOS (incluidos los no creyentes).
Por otra parte continuamente me encuentro con manifestaciones de esa fe que invaden las calles, cortan el tráfico y hacen exhibición pública de su creencia.
¿Acaso no estoy yo en MI LEGÍTIMO DERECHO a manifestar que EN MI OPINIÓN (tan fundamentada -como poco- como la suya) todo eso es una enorme falsedad?
Yo creo que tengo pleno derecho a manifestar mi no fé exactamente igual que hacen ellos con su fe.
3. Y vuelvo a decir que no pretendo eliminar el hecho religioso ni las religiones. Sé que es imposible y cómo bien dices igual es hasta peligroso.
Tan sólo pretendo que se disminuya de forma gradual su influencia en la "res pública" (al menos a la misma velocidad que decrece su número de creyentes y practicantes). Creo que es una pretensión razonable y nada escandalosa ya que, como muy bien dices, la influencia de la religión (en nuestro caso la católica) en la conducta de los individuos particulares es cada vez menor mientras que su influencia en elementos sociales como la escuela no es proporcional.
Ah, y te felicito por la buena suerte que has tenido en tus debates con "gente de fe". Yo no me he encontrado con tanta moderación y buen rollo.
No se sabe qué és És
Quién lo sabe ???
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