domingo, junio 15, 2008

Déjà vu

¿Recuerda alguien a Jorge Verstrynge?: un diletante político, frívolo e ideológicamente muy despistado. ¿No está siguiendo Ruiz Gallardón sus pasos?

Verstrynge fue en su momento -hace mucho de esto- el delfín de Fraga. Acabó militando en el Partido Socialista y más tarde asesorando al político comunista catalán Francisco Frutos. En algún momento de su trayectoria se declaró admirador de Le Pen.

Fraga siempre se ha equivocado con la elección de sus sucesores: Verstrynge, Hernández Mancha, posteriormente iba a nombrar a Isabel Tocino pero un grupo de notables del partido le impuso a Aznar, Núñez Feijoo en Galicia... Ahora ha manifestado claramente su predilección por Gallardón. ¿Otro Jorge Verstrynge? ¿Se vuelve a equivocar el patriarca?

Gallardón proclama que el PP "no es de derechas ni de los radicales de derechas"

1.- Creo que plantearse a estas alturas de la Historia el debate entre derecha, centro e izquierda es una estupidez. Y mucho más en España. Por encima y de forma mucho más perentoria que ese debate, lo que ahora mismo está en juego es la definición y continuidad de la Nación española. Que Gallardón lo plantee no es sino el reflejo de sus dudas y de su indefinición política. Y posiblemente también de sus complejos.

¿Es malo ser de derechas? ¿Se puede ser de derechas y aspirar a la justicia social? ¿Se puede ser de derechas y honrado? ¿Se puede ser de derechas y desear el progreso? ¿Se puede ser de derechas y luchar por los derechos civiles y sociales? ¿Se puede ser de derechas y amar la Libertad y sus correlatos, las libertades menudas y cotidianas? He aquí un pequeño repertorio de preguntas que debería formularse y responderse D. Alberto en su posiblemente sincero esfuerzo por aclarase y ubicarse ideológicamente.

Hay más: ¿ser centralista -o jacobino, como se suele decir ahora- es de derechas?

2.- El centro político no es una ideología, sino una actitud.

3.- ¿No puede aspirar el PP, sin perder o modificar su definición ideológica, a ganar el voto del centro, cambiando simplemente su actitud, pero no su mensaje? ¿O es que acaso el PSOE de Zapatero está actualmente ubicado más próximo al centro que el PP?

4.- Y sobre todo, ¿ser de centro significa aproximarse a los planteamientos nacionalistas?

En definitiva, tiene Gallardón un buen número de preguntas que formularse y responder públicamente, para que sepamos a qué atenernos, si es que aspira, como parece, a suceder a Rajoy.

Pero mucho me temo que el que se tiene que aclarar y ubicar ideológicamente es él, porque los demás ya lo estamos.

Addenda 1: Lamento no ser original. Fíjense que escribía Jiménez Losantos en el año 2002:
Gallardón, por el camino de Verstrynge

Addenda 2: Escribe Pío Moa: “De este modo España sería el único país de Europa sin derecha”. Grandioso. ¿Otra singularidad española?
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6 comentarios:

Mike dijo...

De todos modos, fijarse un poco en la política y asistir a la vestryngenización de Gallardón, para ver al poco tiempo la gallardonización de la derecha, es bastante fatigoso...

O eso, o nos compramos el manual de instrucciones, para seguir los acontecimientos, caray; que ya no sabe uno como...

doblesobresencillo dijo...

Estimado Oroel:

Siento que hayas tenido que "joderme" el comentario que pensaba publicar, ya que iba a comenzar con la sentencia de Pío Moa que, sin embargo, se convierte en tu final. Nos encontramos pues.

Bromas aparte, la figura de Vestrynge me provoca ardores de estómago. Este pequeño diablo, avieso, lleno de odio y de unas formas que dejan bastante que desear, no sólo supura petulancia y maledicencia, sino que, además de no hallarse políticamente, cuenta en su haber reciente con uno de los hechos más lamentables que puede cometer un asesor político:

"Un cambio de ideología que comparte con Jorge Verstrynge, el que fuera secretario general de Alianza Popular con Manuel Fraga antes que militante de izquierda (además de profesor de la Universidad Complutense de Madrid), figura desde hace algún tiempo como "asesor militar" del ejercito bolivariano, y sus libros se han convertido en referencia para el régimen del caudillo venezolano."

Ahí es nada. Aparte de ser uno de los estandartes en la actual lucha antiglobalización. Existe por la red un número más del programa "Las noches blancas", de Dragó, en la que se enfrenta a Carlos Rodríguez Braun y al Profesor Velarde Fuertes. He de decir que disfruté viendo cómo acribillaban a base de datos y teoría a este miserable pelagatos.

El tema de Gallardón en sí es, más que para sorprenderse, para confirmar lo que muchos venimos sosteniendo desde hace bastante tiempo.

Un cardo más entre tan pocas rosas...

Aprovecho para comunicarte que he vuelto a las andadas con mi antiguo blog. La necesitad aprieta y el nuevo tiempo libre obliga.

Siempre será un placer contar con tu presencia.

Saludos.
Doblesobresencillo.blogspot.com

Anónimo dijo...

Seamos sensatos.

Gallardón no nos gusta a muchos que nos calificamos de derechas, pero es el UNICO CAPAZ DE GANAR unas elecciones con el PP.

El objetivo es alcanzar el centro, crecer por la izquierda del partido, por la derecha no se puede crecer más o a costa de perder millones de votos por el otro lado.

creciendo por la izquierda, se ganarán 2 millones de votos más y se perderán 200.000 ¿acaso no merece la pena?

cualquier cosa es mejor que Z-ETA-P, cualquiera, cada pelea que hay en el PP es una bendición para el verdadero enemigo: el PSOE recalictrante y radical que vivimos.

Si para echar a Zapatero hay que poner a Gallardón (que es el único que puede), bienvenido sea Gallardón (con toda su soflama e ideología).

Oroel dijo...

A Samueldl:

Entraré a leerte. Será un placer.

Oroel dijo...

A Mike:

Necesitamos un Sarkozy. Lástima que no parece haberlo.

Oroel dijo...

A Anónimo:

El objetivo no es ganar las elecciones, sino llevar adelante un programa político, una idea de España y de la sociedad española y ofrecer solución a los problemas que nos atenazan. Ganar las elecciones ayuda bastante, ciertamente, a conseguir todo eso. Pero hay que ganarlas con un propósito claro, que no traicione los deseos y confianza de quienes han votado a la opción ganadora.

Sigo insistiendo en que el debate ahora, no al menos el debate primordial, no es el que se establece entre derecha e izquierda, aunque la justa distribución de la riqueza y la justa remuneración de los factores de producción sigue siendo, como decía mi admirado Julio Anguita, un problema central, todavía hoy no resuelto. Observa el pequeño detalle de que, gobernando un partido que se dice socialista, el más radical precisamente de cuantos ha habido en esta ya no tan corta etapa democrática, la participación de los salarios en el PIB español es la más baja de toda su historia. Y ello además con el mayor número de trabajadores ocupados que haya habido nunca en nuestro país. Saca tus conclusiones sobre la sinceridad, eficacia y compromiso de izquierdas de “este” partido socialista.

Pero aun siendo ese un debate pendiente, el verdadero reto en la hora actual lo ofrece la actitud frente a las demandas nacionalistas. Y ese no es un debate de derechas o izquierdas, sino un debate nacional (no nacionalista, o en todo caso de un nacionalismo reactivo, defensivo...) Respecto al pretendido centrismo, que no sería sino una actitud tibia, o complaciente, o contemporizadora, o comprensiva con los nacionalistas, que no están dispuestos a ceder nunca (llevan toda la vida cediendo, dicen ellos), yo siempre pongo el ejemplo de Vidal Quadras. A éste se le tachaba por parte del nacionalismo catalán de todo lo malo que se te ocurra: desde reaccionario, de extrema derecha, catalanófobo, traidor... Obtenía los mejores resultados que ha obtenido nunca el PP en Cataluña. Para sustituirle, y acercarse a los nacionalistas, se puso a Piqué, con una actitud contraria en todo. El PP languideció desde entonces. Y sin que los nacionalistas atemperaran sus pretensiones. Ahí están.

¿Cuáles van a ser las respuestas de Gallardón a las preguntas que he formulado en mi artículo?

De momento, en el debate con los nacionalistas, el más urgente de cuantos tenemos planteado (junto con la crisis económica, una de cuyas causas han sido las cesiones descentralizadoras que hemos hecho a lo largo de treinta años y que son insostenibles), Rosa Díez tiene una posición mucho más grata para la inmensa mayoría de los votantes del PP (al menos en lo que yo conozco), que la que se supone que va a tener Gallardón. Pero el hombre habrá de definirse.

De momento todo son dudas.


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