La catarata de datos económicos de Rodríguez Zapatero en el debate sobre el estado de la Nación fue, como señala Roberto Centeno, un ejercicio de cinismo difícilmente superable. Porque todos ellos eran falsos, desmentidos además por los datos constatados y públicos de organismos internacionales e independientes. Datos, los de Zapatero, que chocan frontalmente con la percepción que tienen los españoles, que son conscientes de las dificultades crecientes por las que atraviesa su economíaLa crisis, más cerca.
Los expertos no han dejado de alertar sobre la inminencia de una crisis que puede precipitarse cuando concluya el verano. El problema más grave no serán las dificultades económicas crecientes de las familias para afrontar sus gastos, sino el incremento del paro. De momento, en este último mes de junio, un mes en el que tradicionalmente disminuye el paro, éste se ha reducido en su tasa más baja desde hace diez años. Un dato de verdad preocupante.
Un muy mal dato
Zapatero anunció desde la tribuna del Parlamento que cada familia con residencia legal en España recibirá 2.500 euros por cada nuevo hijo que nazca desde hoy. Una oferta propia de mitin de polideportivo, un conejo sacado de la chistera en un marco inapropiado, y cuyas implicaciones son más que preocupantes: primero, nadie al parecer en el Ministerio de Economía conocía la noticia, ni la esperaba, ni sabe cómo puede pagarse e implantarse. Pero, segundo, es más que dudoso que eso pueda incentivar la natalidad entre la población española, asfixiada por los problemas económicos, y que sabe que esa cantidad no compensa ni de lejos los innumerables gastos que ocasionan los hijos. Sólo quizás, la minoría gitana pueda verse favorecida y no sé si estimulada en esa propuesta procreadora. Necesitamos mano de obra, ha venido a decir Zapatero. Le ha faltado añadir, mano de obra “barata”. No ha hablado de formarla adecuadamente, ni de aumentar por tanto nuestra competitividad. Pero es claro que va a ser la población inmigrante, mucho más prolífica que la población autóctona española, la que se va a ver más beneficiada por esta medida.
Y finalmente, el duro contraste entre las mentiras de Zapatero y la cruda realidad:
El disparate económico de la semana, 4 de julio de 2007
No es lo peor que ZP nos mienta, sino que nos tome por tontos.
1 comentario:
¿Y no debiera haver provocado un anuncio como ese una reacción airada ante tanta demagogia, que es casi un insulto?
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