¿Expo o Forum?

El Forum no fue un fracaso; o no para todos. Fue, sí, un fracaso colectivo, del conjunto de la sociedad, pero del que unos pocos sacaron un provecho inmenso. Para quienes lo concibieron fue un éxito rotundo del que obtuvieron exactamente los frutos que habían previsto; o incluso más. Exactamente como va a pasar -como está pasando ya- con la Expo.

Blog oficial de la Expo

Contra lo que pueda parecer, no existe esa unanimidad de los ciudadanos zaragozanos que nos suelen mostrar los medios de comunicación.

¿Por qué decimos “no” a la EXPO 2008?

Presentación de la plataforma contra la Expo de Zaragoza

Ecologistas en acción

La cara siniestra de la EXPO

Tengo hijos en edad universitaria y en ese entorno hay una abierta hostilidad hacia la muestra, no sólo entre el alumnado, sino fundamentalmente en el sector docente, mucho más informado y crítico. E igualmente, en mi entorno profesional, son una mayoría los escépticos o los abiertamente contrarios. ¿Los argumentos? Básicamente coinciden con los expuestos en las páginas web mostradas en este artículo: Especulación, destrozos medioambientales que contradicen los valores que la propia exposición dice querer potenciar, unos gastos desorbitados que no se corresponden con las prioridades ni las demandas sociales. Un exposición de este tipo es el ejemplo más notable que pueda mostrarse de desarrollo insostenible: un gasto inmenso para un evento extraordinariamente breve y acotado en el tiempo, sin ninguna utilidad social.

La Expo 2008 costará más de 800 millones de Euros en gastos sólo de obra pública, con un sobrecoste que ahora mismo ya supera, según datos oficiales -que no tienen que ser necesariamente ciertos-, en más del 70% el presupuesto inicial. ¿Quién, qué instituciones están asumiendo ahora mismo esos desfases presupuestarios? ¿Qué efectos tendrán sobre las inversiones y prestación de servicios futuros?

Un ejemplo: El coste de la pasarela peatonal de La Almozara se dispara más de un 60 %

Las críticas provienen de los dos lados del arco parlamentario, aunque son mucho más explícitas desde la izquierda. Las críticas del PP son mucho más matizadas.

"La Expo se ha reducido a Ranillas y ha abandonado Zaragoza y Aragón"

IU exige un control riguroso de la Expo

Expo 2008 y modelo de ciudad

Ahora mismo se trabaja contra reloj en el recinto de la Expo y hay muchas dudas de que pueda llegarse a tiempo y con todas las obras, accesos y pabellones concluidos. Buena parte de los sobrecostes son imputables precisamente a esa urgencia de última hora. Todos los zaragozanos recordamos la parsimonia de los primeros trámites administrativos en los que se perdieron los primeros años tras la nominación. E igualmente, bastantes infraestructuras y equipamientos zaragozanos llevan un retraso tal que harán imposible su entrada en funcionamiento durante el evento. Así, los visitantes que además de la Expo pretendan conocer Zaragoza, podrán contemplar la enorme cicatriz de la antigua estación del Portillo, cuyas obras de urbanización fueron irresponsablemente retrasadas por el actual y reelegido alcalde Belloch, cuando ya estaban planificadas por el anterior equipo del PP. Y lo mismo con el gran teatro Fleta, que lleva varios años derruido en el centro de la ciudad.

Zaragoza es ahora mismo un caos de tráfico que se agudizará durante la Expo.

Igualmente, nuestra ciudad se ha situado a la cabeza (la segunda ciudad española) en el crecimiento del precio de la vivienda, que muchos imputan al efecto de la Expo.

Nuestra ocupación hotelera se sitúa en este verano del 2007 en torno al 50%, y sin embargo se están construyendo nuevos establecimientos con más de 3.000 nuevas plazas de alojamiento. ¿Qué pasará con ellas una vez que concluya la Expo?

En definitiva, hay muchas posibilidades de que la Expo acabe naufragando, o de que aunque sea un éxito de visitantes, la contabilidad posterior suponga un jarro de agua helada. Zaragoza va a sufrir una grave resaca -una más que previsible recesión- tras el evento.

Pasará la Expo y nos daremos cuenta de que no ha sido para tanto, ni merecía la pena tanto gasto para tan poco tiempo, ni concentrar tantas estructuras en un solo sector de la ciudad. ¿Quién gestionará esa desilusión?