Como me pregunto qué hubiera pasado si el apagón de Barcelona se hubiera producido con el PP en el Gobierno.
Nos lo podemos imaginar.
No leo nunca el Jueves, pero será interesante la interpretación que dé a esa cuestión.
Todo lo que se viene sabiendo estos días sobre los supuestos contactos del PSOE con ETA permite extraer al menos dos conclusiones: que Rodríguez Zapatero miente ahora y ha mentido con contumacia a lo largo de varios años, y que ha actuado con una extrema deslealtad, no sé si tipificable como alta traición, pero repugnante en cualquier caso. Un tipejo del que lo más sensato que podríamos hacer los españoles es desconfiar. Y del que habría que librarse con la máxima urgencia antes de que nos venda la Nación y el futuro.
El Gobierno estaba dispuesto a dar 1.500 euros mensuales a cada etarra reinsertado, durante diez años. Uno de mis familiares ha exclamado “¿y por qué no a mí que nunca he hecho mal a nadie?” Yo no puedo contestar. Debería hacerlo Zapatero. ¿Por qué no a nosotros?
Reconozco que tengo la peor opinión posible de José Luis Rodríguez Zapatero. Es un tipo de personaje con el que, de haberlo conocido en mi vida privada, hubiera evitado toda relación.
El Forum no fue un fracaso; o no para todos. Fue, sí, un fracaso colectivo, del conjunto de la sociedad, pero del que unos pocos sacaron un provecho inmenso. Para quienes lo concibieron fue un éxito rotundo del que obtuvieron exactamente los frutos que habían previsto; o incluso más. Exactamente como va a pasar -como está pasando ya- con la Expo.
Y si hay que vivir tiempos tormentosos que sea con buena música de fondo.
El debate sobre el estado Nación me ha dejado deprimido. Como hoy escribe Martín Ferrand, España está vieja, crispada y enferma. Muy enferma. Tanto, que un indigente intelectual como el que nos gobierna pude acabar con ella, ante la indiferencia general. Empiezan las vacaciones.
La catarata de datos económicos de Rodríguez Zapatero en el debate sobre el estado de la Nación fue, como señala Roberto Centeno, un ejercicio de cinismo difícilmente superable. Porque todos ellos eran falsos, desmentidos además por los datos constatados y públicos de organismos internacionales e independientes. Datos, los de Zapatero, que chocan frontalmente con la percepción que tienen los españoles, que son conscientes de las dificultades crecientes por las que atraviesa su economía

Y he tomado prestado este texto de Bertold Brecht de Calandria.
He tomado prestada esta canción de George Brassens del blog “Este país se va a la mierda”, que recomiendo vivamente. Es uno de los blogs con el debate más vivo e interesante que he visto..
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En los años setenta se estrenó una película que en España se tituló así: “Cuando el futuro nos alcance”. En inglés se titulaba “Soylent green”, que era el nombre de una especie de pienso compuesto, único alimento que se suministraba a la población. Se convirtió en una película de culto, protagonizada por Charlton Heston. Contiene alguna de las escenas más emotivas que recuerdo de la historia del cine.
Un amigo me ha hecho llegar este texto con el argumentario de la Asociación para la Defensa de la Función Pública Aragonesa. Creo un deber prestarle espacio en este blog:
Es difícil hallar su relación en la página web del Gobierno de Aragón, pero está. No obstante, yo no he sido capaz de acceder desde esa página, por lo que ruego a cualquiera que sea capaz de hallar la ruta, que me la indique. Yo he llegado a ella a través de Google.
Hablar, en España, de la lucha del -o por el- sentido común es hablar de la interminable, y por ello mismo agotadora, lucha por la Libertad. O por las libertades, porque son una a una las que se nos pretenden cercenar. Y en esta lucha, el enemigo constante a lo largo de los últimos treinta años ha sido el nacionalismo periférico. Con la entusiasta colaboración de los socialistas, traidores a la misma denominación de su partido: español.