En el ajedrez existe la convención de anunciar con antelación un mate inevitable: “Mate en dos, mate en tres…”, que normalmente pone fin a la partida cuando el vencido constata que efectivamente cualquier esfuerzo es inútil y que la suerte está echada. Se rinde entonces el rey: se retira del tablero o simplemente, con un pequeño empujón, se deja caer. Se pone fin a la partida. Prolongarla hasta el mate es agónico, tedioso e inútil.
Pero nunca se ha aplaudido por su responsabilidad, generosidad o espíritu de sacrificio al jugador derrotado que rinde el rey sin apurar esas últimas e inútiles jugadas. Sería una estupidez.
Zapatero se encuentra en situación de “mate en marzo de 2012”. Así lo determinan las encuestas del CIS desde hace ya muchos meses, y lo angustioso de la situación económica y la continua aparición de nuevos escándalos de corrupción en el seno de su partido, de las inicuas concesiones a los terroristas y de las muchas mentiras con que ha engañado a los españoles, permiten augurar un mayor y continuo declive hasta entonces.
Zapatero ha “rendido el rey”, aparentemente. Ha anunciado que no se presentará en el 2012. Bien, ¿y qué? ¿Cuál es la consecuencia práctica? Ninguna. Aunque se presentara, es obvio que no volverá a ser presidente del Gobierno. Si no se retira él, lo retiraríamos los españoles. Está en situación de mate inevitable. Lo sabe él. Lo sabemos nosotros. Pero sigue de presidente. ¡Ojo! por tanto, que puede seguir haciendo mal. Tiene el BOE en sus manos. Y no creo que sea hoy más inteligente o menos sectario de lo que era anteayer. Y como he leído en un lúcido análisis, a finales de este año ha de pactar los presupuestos con los nacionalistas para sacarlos adelante. ¿Qué concesiones estará dispuesto a hacer ahora que sabe que él no va a gestionar su propia herencia ni se va a ver en la responsabilidad de defenderla ante el electorado en la próxima campaña electoral? Preparémonos para lo peor.
Lo más ridículo, al margen del peligro latente que encierra este irresponsable, despojado además de los últimos compromisos que pudieran constreñir sus veleidades, es que se esté aplaudiendo su sacrificio, su responsabilidad o su generosidad, cuando no cede nada que no tuviera ya perdido y sentenciado. Insisto, no cede nada. Sólo huye, se retira ente la certeza de la derrota. Y pretenden revestirlo de grandeza… Y además sigue.
Su verdadera grandeza, el gesto de verdadera responsabilidad hubiera sido convocar elecciones generales anticipadas, hacerlas coincidir con las elecciones autonómicas y municipales para ahorrarnos ese nuevo gasto y esta larga agonía. Su verdadera generosidad hubiera sido desparecer de la escena rápida y sigilosamente, sin alharacas y sin imposturas sobreañadidas, que bastantes hemos tenido en estas dos últimas legislaturas.
Su problema es que no hay recambio para sustituirle. Todos los candidatos posibles han aplaudido sus disparates y han participado de sus infamias. Todos son corresponsables y, peor aún, cómplices. Si el presidente es un “pato cojo”, un líder amortizado y que ya no suscita adhesiones, sus posibles sustitutos están tan cojos o más que él.
Pero eso lo analizaremos en próximas entregas.
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2 comentarios:
Hola! Me ha encantado tu articulo y como has relacionado la situacion actual de zp con una partida de ajedrez! Soy profesora de un master online y creo que les daré a leer el artículo a mis alumnos, si no te importa, claro ;)
Cata:
Por supuesto que puedes dárselo a leer a tus alumnos. Me siento halagado. Gracias.
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