viernes, septiembre 17, 2010

La ética y la estética sindicalista

Hablan de la correlación entre ambas, ética y estética, y si es cierto que es tan estrecha como dicen habrá que concluir que la ética sindicalista es como para taparse la nariz.

La tardía convocatoria de huelga para el 29 de septiembre, con un sorprendente margen de cuatro meses desde la convocatoria, el sospechoso e indulgente silencio ante las políticas del Gobierno, la iniciativa de ciertos medios de comunicación que se han decidido a indagar en las entrañas financieras y de funcionamiento de los sindicatos, y la más que valiente iniciativa de Esperanza Aguirre -que cada día me gusta más- para la reducción de liberados, han puesto en cuestión el papel que están desempeñando estas organizaciones en España.

Para empezar, y como una cuestión de principios, deberíamos asumir, y acostumbrarnos a ello, a escribir las cosas con propiedad: al referirnos a UGT deberíamos completar sus siglas con las de la casa matriz, las de la organización a que pertenece: PSOE. Así, la forma correcta de referirnos a ellos sería la siguiente: UGT-PSOE. Procuraré no olvidarlo en lo sucesivo.

Pero es Comisiones Obreras, CCOO, la que está estos días en el punto de mira, y más concretamente su secretario general, Ignacio Fernández Toxo, quien según La Gaceta preparó la huelga general a bordo de un crucero de lujo en aguas del Báltico.


Un crucero, se ha dicho estos días, está al alcance de todos los trabajadores de clase media. Es verdad. Yo podría pagármelo. Cuatro mil ochocientos euros dice la prensa que ha costado. Otra cosa es si debo, porque en mi vida hay muchas otras prioridades: ahorrar para un futuro que se intuye incierto, los hijos… Para que yo pudiera pagármelo, no sólo debería tener ese dinero, que no es tanto para un trabajador, sino resueltas las demás prioridades, que, efectivamente, no tengo resueltas y que son para mí, como para muchos, motivo de inquietud. Parece claro que Toxo no sólo tiene ese dinero sino resueltas sus otras inquietudes o prioridades.

Y sin olvidar, por supuesto, que hay muchos millones de trabajadores y parados que no es que no deban sino que ni siquiera pueden permitírselo.

¿Dimitirá Toxo? ¿Se lo pedirán sus compañeros? "Compañeros" creo que se llaman entre ellos. ¡Vaya con el "compañero" Toxo!

El escrutinio de los sindicatos está resultando revelador. O lo que es lo mismo, no soportan un mínimo escrutinio sin que su imagen se derrumbe estrepitosamente:





Quizás eso explique que Toxo pueda permitirse un crucero por el Báltico. Y es por eso que yo jamás he gastado esa cantidad de dinero en mis vacaciones.  Y explica, por supuesto, el profundo desprecio que me merece ese personajillo.

En el muy recomendable blog Paisse, que lleva desde 2006 predicando que este país se va a la mierda, se indican una serie de argumentos, pienso que incontestables, para no ir a la huelga del 29 de septiembre.

· Porque me descontarán el día del salario y no está el horno para bollos.

· Porque mi empresa no tiene la culpa de que, por culpa de la especulación financiera a nivel global y gracias a la pésima gestión de ZetaParo negando la crisis primero y tratándola de ocultar después, la situación se haya deteriorado hasta tal punto.

· Porque no va a servir para nada, el gobierno (este y el que vendrá después) ya han tomado la decisión de adoptar esas medidas que sí, que perjudican los derechos de los trabajadores, y que me temo no tienen marcha atrás. Y lo que nos queda por sufrir. Estamos sentenciados y sin derecho a pedir el último deseo.

· Porque los sindicatos han sido cómplices en todo este engaño, actuando con seguidismo y sumisión al gobierno. Ahora pretenden lavarse la cara con una huelga general que no servirá para nada, solo para limpiar sus conciencias.

· Porque los sindicatos solo aparecen por mi lugar de trabajo una semana antes de las elecciones a delegados de personal y desaparecen misteriosamente hasta las siguientes.

· Porque cuando la crisis empezó y las empresas privadas empezaron a resentirse y por extensión también lo hicieron sus empleados, como yo, los sindicatos no dijeron ni mu, seguían apoyando ciega y sectariamente a "su" gobierno. Solo se han movilizado para defender a los funcionarios, y con poco entusiasmo, más que nada para cubrir el expediente.

· Porque mi opinión sobre el funcionamiento y los objetivos de los sindicatos en la actualidad es pésima. Sería incoherente por mi parte participar en cualquier acto organizado por estos señores.

· Porque en los años que llevo trabajando nunca he tenido la oportunidad de ver que los sindicatos (me refiero en la actualidad) hayan hecho algo por los trabajadores, salvo cobrarle las cuotas a sus afiliados.

· Porque no me creo que los sindicatos actuales estén contra el sistema, sino que forman parte de él y están muy preocupados por no perder su trozo de pastel. Yo no voy a hacerles el trabajo sucio.

Razones todas ellas que se pueden sumar a la información sobre la financiación de los sindicatos y los ingresos de sus dirigentes.

Luego, ante la convocatoria, que cada cual actúe como crea que debe hacerlo. Pero yo hay gente a la que no le acepto ni una invitación a comer.

Mi dignidad no me permite relacionarme con sinvergüenzas, ni mucho menos dejarme utilizar para sus propósitos. E imaginen, después de leer esta colección de noticias, cuanto tiempo permanecería en mis manos el carnet de sindicalista, si lo tuviera, antes de arrojarlo hecho trizas a la papelera.

PD.: Y por si algo faltaba, lean este argumento máximo:


¿No creen muy recomendable mandarles a la mierda? No servirá de nada, pero permite un saludable desahogo.
.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

como es un comentario de poco gusto, no lo firmare.
decir sólo que...
vaya "Toxo" de woman (ver foto)

Oroel dijo...

Sí... Je, je, je. Cof, cof (tosecilla)


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