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La jugada a la que me refiero no es la de Tomás Gómez. La jugada es la del PSOE con ese as en la manga que es Tomás Gómez.
Mis amigos del PP son unos ingenuos. Nunca aprenderán. Pero es que la ingenuidad es una de esas debilidades estratégicas de la derecha que yo señalaba hace poco. Están contentísimos y riéndose a mandíbula batiente con la rebelión de Tomás Gómez ante los designios de Zapatero para que Trinidad Jiménez (una simpática profesional, pero poco más) encabece la lista de Madrid en las próximas elecciones autonómicas.
Vale, de acuerdo, todos sabemos que un líder cuestionado ya no es un líder. Y hasta es posible que el ejemplo de Gómez aliente otras rebeliones como la de Asunción en Valencia. Pero, ¡ojo!, que el retorno de Antonio Asunción a la política activa en Valencia puede ser más peligroso para Camps que para Zapatero. E incluso puede ser el germen de una regeneración socialista que haga mucho más corta su inminente travesía del desierto (que en mi opinión, y por criterios de estricta justicia y de necesidad histórica, no debería ser menor de veinte años).
Pero hablábamos de Tomás Gómez. Posiblemente la rebelión de Gómez ha sido espontánea e incontrolada, ni previsible ni prevista, incluso molesta para los mandamases socialistas. Nunca es agradable comprobar que mandas menos de lo que pensabas y que un (supuesto) mindundi se te puede subir a las barbas. Pero nada impide readaptar la estrategia y aprovechar el cambio de situación. Cada crisis es una oportunidad.
De entrada, el PSOE está vendiendo las “primarias”, obligado por la tenacidad de Gómez, como una demostración de democracia interna. Nadie les cree, por supuesto. Pero ahí está el primer ejemplo del cambio de actitud, forzado e impuesto, pero una prueba de su adaptación a las circunstancias, en definitiva.
Y en segundo lugar, si nadie dudaba de la victoria de Esperanza Aguirre en Madrid, yo creía posible incluso la derrota sin paliativos del PSOE en esa comunidad, un auténtico hundimiento socialista que podría imponer casi unas elecciones anticipadas y el abandono precipitado de Zapatero. Madrid es hoy el núcleo más españolista de España, y por ello mismo el más agraviado y reticente ante las políticas de Zapatero. La derrota del PSOE en Madrid se preveía antológica. Tanto es así que incluso UPyD podría pasar a tener más de diez escaños en la asamblea madrileña, como consecuencia de la recogida de votos socialistas desencantados. Quien pensara, incluso sintiéndose de izquierdas, darle una patada en el culo a Zapatero, tenía indefectiblemente que votar a otro partido: IU o UPyD posiblemente, por su mayor afinidad ideológica. Hoy, si gana Tomás Gómez las primarias, y muy posiblemente suceda así, los tradicionales votantes socialistas pueden darle esa patada en el culo a Zapatero sin dejar de votar al PSOE.
Hasta mi amigo Humberto Vadillo, que es una persona inteligentísima, hizo un análisis precipitado (muy bien escrito, como él sabe hacerlo, pero precipitado):
(Hasta el título, querido Humberto, es equivocado)
Las mujeres son más largas para estas cosas:
“Y ninguno de ellos [Trini y Gómez] es conocido por oponerse a ninguna de las políticas más nefastas para este país que su partido ha protagonizado en los últimos años, desde la ruptura de todos los consensos básicos, empezando por el modelo territorial del Estado a la Política Antiterrorista. Ambos dos siempre han estado al lado de Zapatero, haciendo mutis por el foro o apoyando de forma entusiasta sus desatinos. Ni a Jiménez ni a Gómez se le conoce opinión discrepante sobre la política económica ejecutada por su jefe Zapatero. Ni la una ni el otro han dicho ni pío cuando Zapatero ha decidido romper el Pacto de Toledo (...) Ni el uno ni la otra han opinado nada en contra de las duplicidades del sistema público de salud (...) Ninguno de los dos ha alzado la voz contra la imposición de las lenguas co-oficiales en perjuicio de la lengua común; ninguno de los dos ha denunciado la vulneración del derecho a elegir que sufren los padres que no pueden educar a sus hijos en la lengua materna cuando esta es el castellano o español; ninguno de los dos ha denunciado que los Estatutos llamados de segunda generación son modificaciones de la Constitución por la puerta de atrás... (...) Ninguno de los dos ha denunciado la politización de la Justicia; o de los órganos de dirección de las Cajas de Ahorro. Ninguno de los dos quiere acabar con las duplicidades del conjunto de administraciones públicas, con el despilfarro, la ineficiencia y el derroche que eso representa. A ninguno se le ha escuchado pedir que se cumplan las leyes en todos sus extremos y se disuelvan los Ayuntamientos gobernados por ANV/Batasuna/ETA... A ninguno de ellos se le ha escuchado oposición alguna a un sistema electoral profundamente injusto que devalúa el voto de los ciudadanos siempre que estos no apoyen a los nacionalistas o a PP o PSOE”.
Tomás Gómez es hoy mismo, aunque estratégicamente se siga escenificando lo contrario, un hombre de Zapatero. Posiblemente lo haya sido siempre. Y si no lo era, hoy ya lo es. Nunca ha discrepado, como señala Rosa Díez, pero no era el elegido. Hoy sí lo es, aunque simulen que no. Es la esperanza socialista para mantener el voto descontento con Zapatero, aquel que estaba considerando dejar de votar al PSOE, abstenerse o votar a otras opciones. Para que la jugada salga bien, debe mantenerse la apariencia del desacuerdo, de la contrariedad por la presencia del personaje; fingir incomodidad ante su irrupción. Van a seguir haciéndolo, aunque el plazo hasta las elecciones es muy largo. Es por eso que creo que tarde o temprano se les verá la jugada.
Pero de momento, Tomás Gómez no es un grano en el culo de Zapatero, como algunos creen, sino un as en la manga.
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3 comentarios:
Estimado Oroel:
¡No lo veo del todo claro!
1º No han permitido las primarias en ninguna población de Andalucía, imponiendo los candidatos oficialistas. Eso está escociendo mucho en la militancia.
2º Las presiones del aparato sobre los apesebrados para que se pronuncien a favor de la ministra están clamando al cielo.
3º Las denuncias de pucherazo, de hoy mismo, ponen de manifiesto que el “clima democrático” se les está estropeando.
En mi criterio, tengo claro que unas primarias reñidas en Madrid pueden alentar la participación de sus propios militantes en las elecciones; pero un panorama de pelea interna más bien lo desalentará.
Respecto a la opinión de Doña Rosa, tiene razón en sus consideraciones, pero creo que se olvida de algo: Son los secuaces más próximos los únicos que pueden traicionar “con eficacia” al capo.
Te pondría como ejemplo la conspiración contra Julio Cesar, en la que la presencia de Bruto era considerada imprescindible. Pero estos personajes, todos ellos, me parecen muy encima de los que hoy nos ocupan.
Un abrazo. Carlos56
Comprenderás, apreciado Carlos56, que mi artículo está basado en conjeturas. No tengo pruebas y además puedo estar perfectamente equivocado. No es descartable.
Sin embargo, observa que cuanta más credibilidad le den a la pelea (que desde luego ha de resultar creíble, como en una buena película de acción) tanto más sujetan a los votantes socialistas (que se creen socialistas) disconformes con Zapatero. ¿Dónde le van a poder propinar una patada más dolorosa que apoyando a alguien a quien están tratando por todos los medios de cargarse?
Hasta la irrupción en escena de Gómez, la opción para mostrar la discrepancia con Zapatero era abstenerse o votar a otros partidos distintos. Ahora ya se puede mostrar una disconformidad muy explícita y contundente (aparentemente contundente) sin necesidad de dejar de votar al PSOE. O más aún, votando precisamente a este PSOE enfrentado al sector oficial.
En esencia, sea una estrategia planificada previamente o sobrevenida, Gómez (que creo que va a ganar las primarias) les va sujetar los votos. Y si Gómez pierde las primarias, el batacazo de Trini frente a Esperanza Aguirre va a ser antológico. Entonces sí.
Querido Carlos56:
He estado oyendo lo de las últimas maniobras del aparato socialista en Móstoles de las que, confieso, no estaba muy bien enterado. Si a la cúpula del PSOE les salen bien y resulta elegidaTrinidad Jiménez, les habrán salido realmente muy mal. Se cumplirá entonces esa frase que dice que Dios confunde a quien quiere perder. Será señal de que han optado definitivamente por el suicidio, por adelantar el final de la aventura. Trini se enfrenta a un descalabro que ni el de Sebastián frente a Gallardón.
Se unirá entonces el rechazo que la gente tiene por Zapatero, y que puede dirigirse eficazmente contra su candidata, con la percepción además de que esa candidata ha sido impuesta mediante juego sucio.
Pero, sobre todo, hay una foto de Trini que la descalifica a mi juicio como candidata, y mucho más en un sitio como Madrid, de aquí al final de sus días: la de la reunión de Zapatero con Mohamed VI en el año 2001, gobernando Aznar, en lo que fue la primera prueba de deslealtad del líder socialista, la primera de una larga lista de deslealtades. En esa foto aparece sentada, sonriente, Trinidad Jiménez, en esas fechas responsable de Relaciones Exteriores del PSOE. Y la foto no está trucada como esas otras que circulan por internet.
Si finalmente gana las primarias Trinidad Jiménez frente a Tomás Gómez, al PP le basta con difundir esa foto, con empapelar Madrid con ella.
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