He aquí una interesante imagen del fangal en que nos hallamos, que no es precisamente un estanque dorado, y un pormenorizado, aunque sin duda incompleto, muestrario del parasitismo que soportamos:
La crisis moral no consiste en los manejos que se despliegan en el blog o, desde la espantada incredulidad, en el artículo de Trasobares, que siempre los ha habido y los habrá, sino en el hecho de que la sociedad aragonesa permanezca impasible, resignada ante el expolio, intensamente parasitada y sin reacción apreciable. Poco podemos hacer, pero si en las próximas elecciones esos personajes que se muestran en el blog y en el artículo no desparecen de nuestra vida pública por la voluntad inequívoca y enérgica de los aragoneses, nos mereceremos todo lo que pueda pasarnos: como poco, la ruina económica y el envilecimiento moral.
Y habrá que recomendar a nuestros jóvenes que en cuanto puedan hagan las maletas y huyan de esta tierra, buscando otra más decente en que vivir.
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