lunes, septiembre 20, 2010

El debate identitario de ZP



Tengo para mí que quien realmente necesita un profundo debate identitario consigo mismo es el propio Zapatero, quien hasta ahora se definía como socialista o, estirando el concepto, como un “rojo utópico”. ¿No eran los rojos los internacionalistas y los defensores de las políticas igualitarias?

Que un socialista abogue por el debate identitario y reproche a quien, razonablemente, lo eluda sólo puede significar dos cosas:

O que el tipo no es socialista.

O que el tipo, como señala Natalia Pastor, ha perdido el oremus. Observen que Zapatero ha apoyado la expulsión de gitanos decretada en Francia por Sarkozy.

Tomo prestadas las palabras del blog de Natalia: “El socialismo ibérico lo mismo aprueba recortes en prestaciones sociales, que abarata el despido y congela pensiones, que acaba aceptando políticas de expulsión como quien cambia de camisa. Asume sin sonrojo que el Estado de bienestar tiene fecha de caducidad y que las políticas migratorias de la UE se resuelven a golpe de deportación. Zapatero, una vez más, ha hecho lo contrario de lo que predica”.

No entro en el análisis de los matices. El principio, aunque matizable hasta el infinito, es el que es.¿Va a aplicar ese principio Zapatero con los inmigrantes ilegales existentes en España?

Cuando digo que eludir ese debate identitario es razonable, me refiero a que en pleno siglo XXI, en el siglo de las comunicaciones y los intercambios económicos, culturales y de todo tipo, basar la ciudadanía en identidades, ni siquiera individuales sino colectivas, es un retroceso histórico, que sólo puede interesar a los nacionalistas, que rentabilizan ese discurso. El debate identitario -cuando el fundamento de los derechos civiles es la ciudadanía, es decir la condición de ciudadano, con independencia de la raza, la lengua, el sexo o la religión- es un debate involucionista y claramente retrógrado. Y además en medio de la crisis, cuando hay otras prioridades mucho más urgentes.

Porque efectivamente, que en medio de la crisis económica más grave de los últimos treinta años, en la que nos hallamos en buena medida por su incompetencia e imprevisión, nos proponga el debate identitario sólo es una muestra más, por si hiciera falta, de su pavorosa irresponsabilidad. En una España en la que puede haber -y quizás nos quedemos cortos- hasta siete millones de inmigrantes entre legales e ilegales, donde hay rumanos, ucranianos, negros, magrebíes, chinos, sudamericanos y además de muchas etnias distintas en cada caso... ¿pretende abrir también con ellos un debate sobre identidades? El próximo fin de semana viene a Zaragoza, a arropar a la candidata socialista, Eva Almunia, que será entonces proclamada oficialmente. ¿Hablará de identidades en Aragón? ¿Nos hablará, como en Cataluña, de las infraestructuras o de la financiación? ¿Abrirá el debate identitario en sus mítines en Madrid? ¿O no tienen los aragoneses y madrileños identidad?

Que el tipo no tiene principios ya lo sabíamos. Eso le permite enarbolar en cada lugar y momento el que más le conviene, o el primero que le viene a la cabeza.

Entiendo que el debate identitario sea una prioridad de los nacionalistas, e incluso que si éstos son mínimamente responsables o inteligentes lo pospongan en una situación de crisis como la actual, pero que sea una prioridad para un presidente de gobierno socialista -nada menos que socialista- y que debe enfrentar la actual crisis económica, con casi cinco millones de parados y mientras nuestro país pierde competitividad en todos los frentes, me horroriza. ¡En manos de qué frívolo oportunista estamos! 

Ha fortalecido, sí, el autogobierno de Cataluña, que es su principal cantera de votos, allí donde obtiene la más amplia diferencia electoral con el Partido Popular, el feudo que le permite gobernar en el resto de España, pero ¿a cambio de qué? ¿Es el mayor autogobierno de Cataluña intrínsecamente bueno o deseable para el conjunto de España? ¿No ha debido sacrificar otros valores, tales como la equidad, la igualdad de todos los españoles ante la ley, la solidaridad interterritorial, la convergencia económica e incluso los derechos civiles de los ciudadanos catalanes castellanoparlantes?¿Es Zapatero socialista o nacionalista catalán?


"Zapatero siempre habla de Cataluña como si acabara de llegar y fuera a inaugurar una época inédita de autonomía y paz territorial. Sin embargo, Zapatero lleva en sus espaldas siete años de decisiones personales sobre Cataluña que han desestabilizado la dinámica del Estado de las Autonomías y han sembrado una tensión soberanista que no existió siquiera durante los gobiernos nacionalistas de Convergencia i Unió".

Abramos el debate, no sé si exactamente identitario, pero sí territorial, tan vinculado: ¿cuál es su modelo de Estado: autonómico, federal, confederal? ¿Es ahora mismo el PP el único partido que defiende el Estado autonómico y la Constitución del 78? ¿Define nuestra Constitución a España como una Nación de naciones, tal como hicieron no hace mucho Felipe González y Carme Chacón?

Zapatero acaba de tirar por la borda, como ya hiciera con sus pretendidas políticas sociales, todo el ideario de izquierdas sobre la igualdad de los ciudadanos y la solidaridad interterritorial.

Pero aún habrá quien le siga, millones todavía, sin saber siquiera a donde les conduce.
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5 comentarios:

Angus dijo...

¿Cuando hara una entrada sobre la muerte de Labordeta?

Alejandro dijo...

ZP no tiene principios, efectivamente. Muchos socialistas ya lo reconocen. Va a decir en cada momento y en cada foro lo que le conviene. Lo que sus oyentes quieren oir. Cada vez me recuerda más a la divertida "Zelig" de Woody Allen.

Alejandro dijo...

Amigo Angus:

Lo suyo suena muy perentorio. ¿es acaso obligatorio escribir sobre Labordeta?

Deje al muchacho escribir lo que quiera.

Aunque, si le sirve de algo yo sí que lo he escrito

Anónimo dijo...

Por supuesto que no es obligatorio pero en un blog que habla en muchas ocasiones de politica aragonesa no dedicar una entrada a la muerte del ABUELO y de la impresionante respuesta del pueblo de Aragón es por lo menos sorprendente. Independientemente de las ideas que defienda cada uno los valores y las actitudes de Labordeta deberían hacer reflexionar a más de uno (tanto de un lado como del otro).

Alejandro dijo...

Pues nada, tendrás que escribir algo sobre Labordeta.


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