martes, diciembre 07, 2010

¿Qué está pasando?

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¿Sigue siendo José Luis Rodríguez Zapatero presidente del Gobierno?

El tema de los controladores aéreos ha dado lugar a auténticos ríos de tinta.

El desencadenante fue, como todo el mundo sabe, este Decreto-Ley, aunque parece que el conflicto ya se estaba incubando desde mucho tiempo atrás:


Las consecuencias -legales- sobre el tráfico aéreo fueron éstas:



A mí particularmente me resulta sorprendente que la encomienda del control aéreo al Ministerio de Defensa sea previa, como pueden ver por la secuencia de los Reales Decretos, a la declaración del estado de alarma. Algo curioso.

Pero no creo necesario hacer mis particulares aportaciones sobre la actuación de los controladores, las razones que les pudieran asistir para adoptar esas decisiones extremas y tan graves, si esas razones eran suficientes y si las decisiones adoptadas eran proporcionadas, así como mi valoración de la gravedad de las consecuencias de sus actos y de la actuación del Gobierno, porque será repetir lo que muchos han dicho, antes y mejor que yo. Valgan estos enlaces que me envían algunos de mis amables lectores habituales, y con cuyo contenido coincido plenamente:



Observen que el Gobierno se ha saltado la Constitución militarizando a personal civil con la excusa del “estado de alarma”, cuando esa facultad sólo está reconocida en el más grave “estado de sitio”.

Observen igualmente el párrafo que sigue, tomado de un artículo de Cotizalia fechado el 11 de febrero de 2010:

Más improbable sería una huelga con el 0% de plantilla, pero sus consecuencias, devastadoras, también son contempladas por Aena. Supondría nada menos que el cierre del espacio aéreo español y la suspensión del 100% de los vuelos. “Se tomarían medidas de militarización de los controladores” y se declararía “el Estado de Emergencia”.

Es decir, cuando se aprobó el Decreto-Ley esa eventualidad ya estaba prevista por el Gobierno. Las condiciones laborales de los controladores se han modificado varias veces a lo largo del año, y la posibilidad de que se plantaran (con acciones de menor o mayor intensidad) ante cualquiera de ellas estaba perfectamente estudiada, calculada y prevista. No cabe por tanto atribuir la responsabilidad de lo sucedido sólo a los controladores. Aunque indirecta, alguna responsabilidad le cabe también al Gobierno. Sabía al menos lo que podía pasar y con ello ya contaba. La inoportunidad de las fechas del Decreto-Ley es manifiesta y no es descabellado pensar en su premeditación. En cualquier caso, no sería descartable.

La actuación de los controladores ha puesto en bandeja al Gobierno la posibilidad de escenificar un golpe de autoridad, planificado desde tiempo atrás. Como dice Martínez Gorriarán, los controladores deberían recibir una medalla al mérito progubernamental. Han embestido con la nobleza y la ceguera de un mihura. Se merecen una vuelta al ruedo, una vez banderilleados, picados y estoqueados, arrastrados por las mulillas.

Pero hay un trasfondo que me preocupa más: el papel jugado por Rodríguez Zapatero y por Rubalcaba.

Observen que el Real Decreto 1611/2010 está firmado por José Luis Rodríguez Zapatero en su condición de Presidente del Gobierno, mientras que el Real Decreto 1673/2010, que es incomparablemente más grave (declaración del estado de alarma), está firmado por el Ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui. ¿Por qué?

No tiene lógica. He reflexionado sobre la cuestión y sólo hallo una explicación posible: porque Zapatero se negó a hacerlo. Que además de esa extraña secuencia temporal de los dos reales decretos, el presidente estampe su firma en el menos relevante de los dos y delegue la firma del más grave es algo que carece de sentido. Salvo que algo extraño haya pasado.

Hay un dato que puede ser la clave: durante la vigencia del estado de alarma no se pueden disolver las Cortes ni convocar elecciones.

Pero no es descartable que Zapatero estuviera tentado de tirar la toalla:


Llegar a mayo de 2011 (elecciones autonómicas y municipales) en estas circunstancias de deterioro podría provocar un hundimiento generalizado del PSOE en todas las autonomías que renuevan parlamentos y gobiernos en esa fecha y en todos los grandes municipios españoles. Y no hay que olvidar que hoy día son esas administrativas las que colocan al mayor porcentaje de cargos públicos, más que el Gobierno central. La militancia del PSOE quedaría literalmente laminada, en muchos casos sin sus lucrativos medios de vida. Un partido donde el componente clientelar de su militancia no es desdeñable puede en esa situación quedar hundido durante mucho tiempo.

Pero unas elecciones generales convocadas anticipadamente en estas circunstancias se perderían también abrumadoramente. Y más aún: Rubalcaba tiene asuntos pendientes que puede mantener controlados mientras permanezca en el Gobierno, pero quedaría indefenso si el PSOE perdiera el poder: el caso Faisán y su papel en el 11-M. No olvidemos que Rubalcaba está negando la entrega a la Justicia del protocolo de actuación de los Tédax solicitado por requerimiento judicial. ¿Por qué?

Las posibles tentaciones abandonistas de Zapatero se ven así abortadas mediante la declaración del estado de alarma y su eventual prórroga. ¿Declaró Zapatero el estado de alarma o lo declararon sus ministros sin su consentimiento? La firma de Jáuregui es significativa.

Cuando Zapatero anuncia ahora la posible prórroga del estado de alarma, ¿está expresando su convicción personal o habla al dictado? Porque el estado de alarma, que es una situación excepcional en democracia, no debería durar más tiempo del estrictamente necesario, y la situación ya está en estos momentos regularizada. Efectivamente, la Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, de los Estados de Alarma, Excepción y Sitio, establece que la duración de esos tres supuestos debe ser la estrictamente indispensable para asegurar el restablecimiento de la normalidad. ¿Qué sentido tendría entonces ese anuncio de prórroga, que además debería ser refrendada por el Congreso? Ninguno, salvo que impediría la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones anticipadas. Incluso ahora mismo carece de sentido que se agoten los quince días de vigencia inicialmente previstos.

La práctica desaparición de Zapatero durante estos días, el indiscutible protagonismo que ha asumido Rubalcaba con ruedas de prensa nocturnas demuestran que es este último quien ha asumido el poder y lo ejerce, ya sin sutilezas ni disimulos.

Lean este artículo porque creo que todas las conjeturas que formula son absolutamente reales:


Y el relevo no ha sido pacífico ni pactado sino muy posiblemente impuesto (si Zapatero hubiera accedido voluntariamente, sería su firma la que aparecería en la declaración del estado de alarma y no la de Jáuregui). Y que en la recepción del día de la Constitución en el Congreso, el día 6, Bono se esforzara en mantener apartado a Zapatero de la prensa cogiéndolo del brazo y apartándolo de los corrillos sería una demostración de la desconfianza que inspira el presidente entre el aparato del PSOE, que es probable que sea quien en estos momentos ostente el verdadero poder ejecutivo, bajo la dirección de Rubalcaba.

Cuando Ignacio Camacho emplea la palabra “putsch” en su artículo, o está siendo más preciso de lo que cree o está evitando deliberadamente el uso del término castellano -golpe de Estado- que tiene reminiscencias más graves. Porque me da la impresión de que estamos hablando precisamente de eso. En cualquier caso algo muy turbio -y muy grave- está pasando.

Recuerden mi pregunta inicial: ¿Sigue siendo José Luis Rodríguez Zapatero presidente del Gobierno?
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12 comentarios:

Natalia Pastor dijo...

El sometimiento de los controladores a la jurisdicción militar es plenamente inconstitucional, puesto que el artículo 117.5 de la Constitución limita la "militarización jurisdiccional" de los civiles a los casos de proclamación del estado de sitio. Estado de sitio que no se ha proclamado en España.
No sólo lo pienso yo; lo dicen los catedráticos D. Pedro Cruz Villalón y Enrique Alvarez Conde, catedrático de derecho Constitucional de la Universidad Rey Juan Carlos I.

La ilegal aplicación del estado de alarma, que califica de "gravísima", y la totalmente inconstitucional militarización de los controladores.

Hoy, La Gaceta dedica su portada a cuestionar la legalidad de la medida adoptada por el Gobierno y recoge la opinión de distintos juristas al respecto. Entre ellos están el catedrático de Derecho Procesal Manuel Lozano, quien declara que había que haber decretado el estado de sitio para poder militarizar a los controladores y que lo ha hecho el Gobierno es "una aberración", y el profesor de derecho constitucional de la UNED Carlos Vidal, que advierte que "cuando la Ley habla de calamidad, se refiere a catástrofe natural, no a otra cosa", por lo que el estado de alarma no podía haberse decretado.

El Mundo, por su parte, incluye un extenso y documentado artículo del Catedrático de derecho Penal de la UCM, Enrique Gimbernat, quien incide en lo mismo: en la radical inconstitucionalidad de la militarización de los controladores, puesto que no se ha decretado el estado de sitio. Recuerda Gimbernat que, además de que el artículo 117.5 de la Constitución es muy claro al respecto, existe jurisprudencia del Tribunal Constitucional: concretamente una sentencia del año 1982.
Estamos por tanto ante una clamorosa "patada en la puerta" a la Constitución efectuada el sábado por el Gobierno. Porque nos encontramos ante un golpe institucional sin precedentes en nuestra democracia: la ilegal suspensión de derechos constitucionales por parte de un Gobierno.

Es gravísimo dejar a la discrecionalidad del Gobierno, a través de decretos, determinar cuáles son los servicios esenciales y cuándo esos servicios se han paralizado de manera grave.
Por mucho que sea el mal que hayan hecho los controladores, por muy odiado que sea el colectivo, por mucha censura que merezcan sus acciones... lo que han hecho los controladores es infinitamente menos grave que ese atentado contra las libertades y contra la legalidad que el Gobierno ha perpetrado.

Si se tolera esta aberración, la seguridad jurídica queda sustituida por la arbitrariedad gubernamental.

Oroel dijo...

Sobre eso que comentas, querida Natalia, no me cabe ninguna duda. Y aunque sobre ese aspecto no me he documentado tanto, con unas pocas lecturas me ha bastado para concluir lo mismo: (1) que no concurren las circunstancias previstas en la ley para decretar el estado de alarma, (2) que además sólo eso no bastaría para militarizar a los controladores y (3) que ahora mismo, recuperada la normalidad del control aéreo, el mantenimiento de ese estado de alarma está vulnerando la ley, si no se hubiera vulnerado ya previamente. Y que por supuesto la posible prórroga del mismo está totalmente injustificada y sólo puede responder a propósitos muy, pero que muy siniestros..

Pero lo más grave, Natalia, es que todos los indicios apuntan a que el Presidente del Gobierno ha sido destituido por sus ministros, con Rubalcaba a la cabeza y con la connivencia y conocimiento de Bono y posiblemente de una parte de la cúpula directiva del PSOE. Zapatero se mantiene ahora como figurante, una simple marioneta, y sus ministros -o Rubalcaba, que es quien manda- sólo pretenden ganar tiempo e impedir que Zapatero pueda disolver las Cortes y convocar elecciones anticipadas.

Ignacio Camacho en el ABC de hoy ha acertado plenamente, aunque se ha quedado corto, quizás por prudencia.

Alejandro dijo...

Pero digo yo que no nos podrán mantener año y medio en estado de alarma ¿no?

Carlos56 dijo...

Tienes razón Alejandro… salvo que se añadan más y más graves incidentes. Te apunto algunos que suelen estar en los manuales del perfecto golpista:

1. Graves problemas exteriores. ¿Vale problemas militares con Marruecos a causa de Ceuta y Melilla?

2. Situación económica desesperada. ¿Vale crack de la economía, sin plan de rescate?

3. Variación de la ubicación en la política de alianzas ¿Vale expulsión de la moneda única y "digna" salida de la Unión Europea?

4. Intento de golpe de estado … veamos a quién se lo podemos endosar . Creo que ya se preparó un perfil adecuado… sí ¿Vale el teniente general José Mena Aguado? (y, por Dios, que si me está leyendo, que esto es sólo un poner, que a este hombre no le deseo ningún mal) Naturalmente sería perfecto que pudiéramos ligar ciertos grupos mediáticos ¿Vale Intereconomía? y algunos líderes de la derecha.

5. Un magnicidio siempre ayuda en estas ocasiones. Como objetivos: el heredero de la corona. (debilita la viabilidad futura del régimen), el Jefe de la Oposición (ya se intentó en su momento), y… ¿el mismo presidente del gobierno? Se obtendría un mártir de la causa, y posibilidades de relacionarlo con los problemas exteriores o con la intentona golpista y se elimina un peso muerto, un lastre para el partido.

6. Y ¿qué pensar de una situación de carestía de alimentos o energética que causara víctimas y consecuentemente graves desórdenes sociales? ¡Ah, el desabastecimiento! ¡qué bien funcionó en Hispanoamérica como justificación de autogolpes!

No sigo, que se me está poniendo el cuerpo malo.

Un abrazo. Carlos56.

Oroel dijo...

Tengo para mí que nos hallamos ante un auténtico golpe de Estado, con el Presidente legalmente investido en el Parlamento destituido por sus ministros, capitaneados éstos por Rubalcaba. Es decir, que nos preside de facto un individuo siniestro que no ha sido legalmente investido como lo fue Calvo Sotelo cuando dimitió Suárez. Algo que podría ser tipificado como alta traición, pero que sólo Zapatero podría denunciarlo. Y no lo hará porque es sin duda un cobarde.

Pero todo esto son conjeturas, aunque que creo que están avaladas por un buen número de indicios.

Y por si alguien piensa otra cosa, jamás he sido conspiranoico ni nada parecido, pero es que las evidencias me parecen esta vez abrumadoras.

Lo que si es cierto, sean ciertas o no mis conjeturas, es que el estado de alarma ahora mismo ya es ilegal, porque la Ley Orgánica que lo regula establece que debe mantenerse el tiempo mínimo imprescindible para recuperar la normalidad. Y la normalidad en este caso no es otra que la recuperación del control aéreo, logrado hace ya dos días. Hoy mismo, o mejor ayer mismo, se hubiera debido reunir de urgencia el Consejo de Ministros para levantar el estado de alarma.

¿Por qué se mantiene? Porque los ministros no tienen la seguridad de que Zapatero no presente su dimisión o decrete la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones anticipadas. Algo que quieren impedir a toda costa, posiblemente porque su seguridad jurídica peligra una vez fuera del paraguas protector del Gobierno, particularmente la de Rubalcaba.

Una vez lograda esa garantía, desistirán de su intención de prorrogarlo, aunque tampoco podrían obtenerlo sin el refrendo del Congreso. ¿Lo obtendrán? Espero que no. ¿Provocarán alguno de esos supuestos excepcionales que cita Carlos56? Espero que no puedan.

Algo muy grave -insisto- está pasando, aunque no creo que pueda evitar la convocatoria anticipada de elecciones. El tema acabará escapándoseles de las manos. Zapatero no da más de sí, ni con ayuda de antidepresivos.

Alejandro dijo...

Fíjate en la sucesión de acontecimientos que estás suponiendo.

- ZP decide "tirar la toalla".

- Para impedirlo Rubalcaba decide provocar un acontecimiento lo suficiente grave como para convocar el "estado de alarma".

(- Todo esto coincide ¡qué suerte! con el puente de la Constitución lo cual agrava mucho más las consecvuencias del plante de los controladores y justifica las medidas drásticas)

- El gobierno lanza oportunamente un Decreto para tocarles los huevos a los controladores.¿Lo tenían escondido en la manga esperando el momento en que ZP se rajara?

- Los controladores responden EXACTAMENTE como se esperaba y en el momento justo, justificando incluso la lapidación pública si fuera menester.

- Se pone el estado de alarma lo cual le da a Rubalcaba los días necesarios para convencer a ZP de que no convoque elecciones.¿Quedará convencido del todo? ¿Cómo pueden estar seguro de que dentro de una semana no volverá a las andadas?¿Lo amordazarán y lo meterán en un zulo?¿Entrenarán a un doble como en el prisionero de Zenda?

No digo que los hechos no huelan mal. ¿Pero no está todo esto muy cogido por los pelos?

Oroel dijo...

La secuencia de los acontecimientos es otra:

1.- Zapatero hace ya mucho tiempo que está pensando en irse. Está moralmente hundido viendo que a cada movimiento que hace se empeora la situación. Pero todavía no ha tomado la decisión aunque sí ha comunicado su estado de ánimo a su entorno más inmediato. Han hablado de las alternativas (dimisión, disolución de las Cortes…)

2.- Hay que sacar un Decreto-Ley de medidas urgentes, gravísimas; entre ellas la de la retirada de los 426 euros a los parados de larga duración..

3.- Zapatero ha recibido acerbas críticas por tener previsto irse de España justo en ese momento (Cumbre Latinoamericana). Decide quedarse para acallar las críticas y como un gesto de responsabilidad.

4.- Las negociaciones de las condiciones laborales de los controladores están estancadas. Ha pasado el año si haber resuelto el tema de las horas trabajadas y ahora al final del año esas horas están a punto de agotarse sin haber tomado una decisión. Aprovechan el decreto-ley para hacerlo. No es el modo correcto pero no es inusual tampoco.

5.- Los controladores estallan. El Gobierno no esperaba una reacción tan contundente, aunque el protocolo de actuación ya está estudiado.

6.- Zapatero acaba de hundirse. Quiere disolver las Cortes. Sus ministros quieren impedirlo. Convocar ahora elecciones es una catástrofe.

7.- Hay que resolver el asunto de los controladores. Se redacta un Real Decreto militarizándolos, que es el que firma Zapatero. Es lo último que está dispuesto a firmar. Lo siguiente es la disolución de las Cortes.

8.- Rubalcaba debe impedirlo. Se dan cuenta de que no se puede militarizar a los controladores sin declarar el estado de alarma (realmente no se puede tampoco con estado de alarma) y además sería la forma de evitar la disolución de las Cortes. Zapatero se niega. Es por eso que firma Jáuregui.

9.- Zapatero está cogido. O los denuncia, haciéndolos detener y se enfrenta él sólo, con la inestimable ayuda de Sonsoles, entonces sí, al estado de excepción o de sitio, o se retira a sus aposentos con una buena dosis de Tranquimazín. Opta por esto segundo.

10.- Con Zapatero en fase de depresión y sedado, todas las comparecencias recaen en Rubalcaba.

11.- Anuncian la posibilidad de prorrogar el estado de alarma para impedir la disolución de las Cortes.

12.- Una vez que Zapatero ha transigido con el primer golpe de mano se ha convertido en rehén y cómplice. Está en sus manos. Debía haberles denunciado y no lo ha hecho. Y a partir de entonces le someten a un marcaje estrecho. No se fían de él y de su situación anímica. El mismo Bono en el Congreso escenifica ese marcaje de tal forma que hay periodistas que lo perciben y lo cuentan en las tertulias de la radio.

Esa es la secuencia correcta.

Oroel dijo...

¡Qué casualidad!

http://www.libertaddigital.com/opinion/emilio-campmany/que-casualidad-57463/

Fíjate qué escribe Campmany: ¿Y para qué iba Zapatero a forzar un decreto que le priva de una facultad que nadie le puede obligar a emplear? Eso mismo diría yo si le hubiera visto comparecer para explicar la medida adoptada o, al menos, hubiera visto su firma al final del Decreto. Pero ninguna de las dos cosas ha ocurrido.

Luis de Miguel dijo...

Yo que no soy jurista ni lo pretendo ser, no me voy a meter en la legalidad o no de las medidas tomadas por el Gobierno, ni en la reacción de los controladores y sus consideraciones y repercusiones legales. No hablaré de Ley. Pero tengo todo el derecho a hablar de moral, de ética y de decencia. Y no me parece que la incompetencia del Gobierno, su falta de previsión, las malas artes en la gestión y su prepotencia, se puedan tapar como si no pasara nada a fuerza de decretos urgentes, estados de alarma y supresión de garantías constitucionales a todos los ciudadanos.
Si la alarma procede de los daños y perjuicios causados, también deberíamos blindar el Estado con una Ley de prensa o la libertad de asociación.
Siento mucho que la gente proyecte su frustración contra los controladores. Creo que se han equivocado de diana....

Anónimo dijo...

Publico tu artículo en mi muro de facebook.

Anónimo dijo...

Según he leido, para prorrogar el "estado de alarma" más de 15 días, es necesaria la aprobación del Parlamento. ¿Estará algún partido dispuesto a apoyar dicha prorroga?...

Oroel dijo...

¿Prorroga? No creo que se preste ninguno. Porque la prórroga sólo supone concederle más tiempo al aparato del PSOE (que no a Zapatero, pues esa es su exclusiva prerrogativa) impidiendo que su jefe tire la toalla. Salvo que al resto de los partidos, o a algún partido, le acojone la eventualidad de unas elecciones anticipadas. Ese es el que apoyaría la prórroga.

No sé si se me entenderá bien lo que quiero decir.

Antes he citado el párrafo de Emilio Campmany:

“¿Y para qué iba Zapatero a forzar un decreto que le priva de una facultad que nadie le puede obligar a emplear? Eso mismo diría yo si le hubiera visto comparecer para explicar la medida adoptada o, al menos, hubiera visto su firma al final del Decreto. Pero ninguna de las dos cosas ha ocurrido”.

Reconvirtamos la pregunta para que se entienda mejor:

“¿Y si el decreto se lo ha impuesto alguien para privarle precisamente de esa facultad que estaba dispuesto a emplear? Es la pregunta lógica viendo que ni ha comparecido él durante los dos primeros días para explicar la medida adoptada (sino Rubalcaba) y que no ha sido él quien ha firmado el Decreto (sino Jáuregui)”

Creo que así se entiende mejor.


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