.
Tal como era previsible, después del anticipo de los seis años previos, el Gobierno de Rodríguez Zapatero se ha instalado definitivamente en la indignidad. Parecía su destino inevitable. Y efectivamente, así ha sido.
Melilla:
La visita de Aznar a Melilla ha provocado la histeria en las filas del PSOE. Y los más propensos a la histeria, José Blanco y María Teresa Fernández de la Vega, han estado de nuevo a la altura de las expectativas. Nunca defraudan.
Ambos, por supuesto, han ignorado u olvidado la visita de Zapatero a Rabat, en otra de las periódicas crisis diplomáticas de España con el reino alhauita, ésta cuando gobernaba Aznar (aquella que precedió a la efímera toma marroquí del peñón de Perejil). En ella, Zapatero se entrevistó con Mohamed VI frente a un mapa donde incluso las Islas Canarias aparecían integradas en Marruecos, con el mismo color que el Sahara Occidental. Por cierto, en la foto de la entrevista, ¿no es Trinidad Jiménez quien le acompaña? Sí, efectivamente, lo es, que acompañó a Zapatero porque ella era entonces, en 2001, responsable de Relaciones Internacionales de los socialistas.
.
En la actualidad Aznar ha viajado a una ciudad española, en territorio nacional. No parece razonable que un ciudadano español deba autolimitar sus desplazamientos por España por exigencias de una potencia extranjera como al parecer pretendía el Gobierno. En aquella ocasión, Zapatero viajó al extranjero, precisamente a entrevistarse con la otra parte en conflicto, en lugar de alinearse con el legítimo Gobierno de España, ignorando a la diplomacia española. Si en alguna ocasión hubo deslealtad fue, sin duda alguna, en aquélla. O dicho de otra manera: los socialistas tienen un morro que se lo pisan y una desvergüenza incalificable.
Mientras tanto, Moratinos, nuestro supuesto ministro de Asuntos Exteriores, veranea en la Dordoña francesa, donde tiene una casa (muy socialista). Pasemos por alto el estatus de la casita: lo relevante es que no ha cumplido con su obligación. Ningún miembro del Gobierno lo ha hecho. De ahí la histeria ante el gesto de Aznar.
En la foto que ilustra este comentario, su casa francesa es esa que se ve detrás del ministro Moratinos (que, por cierto, vio la final del Mundial de fútbol en compañía del dictador Raúl Castro). Todo muy ejemplar. Esto es el socialismo español.
La reciente sentencia del Tribunal Constitucional sobre la reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña ha irritado a los nacionalistas, a los genuinos y a los sobrevenidos; esto es, a los socialistas. Es por eso que en su más genuino estilo, Zapatero se apresura a incumplir su obligación, a faltar a su responsabilidad y a hacer lo que no se permitiría ningún primer ministro de un gobierno occidental: a eludir el cumplimiento de una sentencia del Tribunal Constitucional (o del Tribunal Supremo en Estados Unidos).
¿No es normal que se les tenga desprecio? Realmente, no sé cómo se podría tener otra consideración distinta y mejor hacia ellos.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario