Al Gobierno se le agota el margen en la economía -ya no tiene ninguno, realmente- y de sus mentiras. Su vigencia, desde aquel desmentido fulgurante de ETA en menos de un día con la bomba de la T-4 en Barajas, no había vuelto a ser menor. Ahora ha sido desmentido en tres días. Y esta vez por la Comisión.
Y, efectivamente, si lleva cinco años mintiendo, ¿qué razón hay para pensar que justamente ahora va a decir la verdad? ¿Qué razón hay para pensar que conociendo unas cifras económicas pavorosas, no va a tratar de maquillarlas?
En cualquier caso esa escena de arrogante impostura de Zapatero en el Congreso anunciando el inicio de la recuperación para marzo o abril de este año ya es historia. Recuerden: “Será en ese momento, en el mes de marzo, mes de abril, cuando tengamos un ritmo intenso de actuaciones de obras públicas que sin duda alguna van a generar empleo en un volumen muy estimable”.
Ha pasado exactamente un mes y un día. ¿No sería el momento de pedirle que las ratifique? No ha pasado tanto tiempo.
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