Toda esta gente que vota a la izquierda se caracteriza por lo que los anglosajones llaman el “soft thinking”, el pensamiento suave, débil, superficial, poco exigente... No demasiado riguroso en términos de precisión lógica o argumental.
Se engañan a sí mismos con irresponsabilidad o dejen que les engañen. Les basta con un mensaje “buenista” y con unos cuantos eslóganes biensonantes. Los argumentos lógicos y consistentes, contrastados con los datos y con la Historia, resultan ser demasiado densos para unas mentes no acostumbradas a las digestiones lentas ni a la sinceridad intelectual. No dejes, se dicen a sí mismos, que la verdad te arruine un prejuicio arraigado o una consigna interiorizada a base de repetición subliminal. En buena parte, cosecha LOGSE sin duda. Pensábamos que no, pero sí, sabían lo que hacían. Han arruinado generaciones pero se han garantizado una masa manipulable y dócil de votantes que jamás va a echarles en cara sus desmanes.
La imputación de responsabilidades en esta hora crítica y angustiosa, cuando entramos de cabeza en un periodo de crisis insondable, probablemente la más grave desde el crash del 29, cuando se hundió la bolsa de Nueva York (recordemos que Estados Unidos no recuperó los niveles del PIB anteriores a la crisis hasta ya casi vencida la Segunda Guerra Mundial), es uno de los más claros ejemplos del “soft thinking”.
Porque, observen qué interesante elipsis intelectual.
La economía se mueve con la inercia de un petrolero. Un inepto al frente de la nave necesita tiempo para hundirla o dirigirla contra las rocas. Un petrolero, como la economía de un país del tamaño de España, no gira, ni frena ni acelera inmediatamente, sino que necesita un tiempo de maniobra. Es por eso que los frutos de una buena gestión se recogen años después. La primera legislatura de Zapatero, de cuyos resultados tanto presumía, es el más claro ejemplo. No cambió su política respecto a la de Aznar a pesar de las advertencias de que el modelo estaba agotado o a punto de agotarse. Y cosechó los frutos de la gestión del gobierno anterior, atribuyéndose con descaro e irresponsabilidad todo el mérito. Y toda la grey “progre”, que no socialista (que de estos ya casi no quedan), asumió alborozada el sofisma: gobiernan los nuestros y las cosas van mucho mejor. Luego, ¿por qué van mejor?: porque gobiernan los nuestros, los buenos. El mérito es de Zapatero.
Han pasado cinco años y los indicadores socioeconómicos se han deteriorado, tal como advertíamos, pero no de cualquier manera, sino de forma dramáticamente más acusada que en el resto de los países de nuestro entorno. Recogemos ahora los frutos de tanta irresponsabilidad, con una legislatura de retraso, como dicta el sentido común y la experiencia. Recogemos ahora lo que se sembró antes. Pero no, ahora la responsabilidad no es de Zapatero. Ahora es de Aznar, del modelo económico de Aznar. Han pasado cinco años en que pareciera que Zapatero no ha tenido ninguna responsabilidad ni asumido ningún papel en la gobernación del país. Cuando las cosas van bien, el mérito es suyo, a pesar de que gobierna sobre las bases que le han dejado otros. Y cuando, agotada aquella herencia, ha de gobernar sobre los cimientos que él mismo ha construido (o más bien destruido) entonces la responsabilidad es de los anteriores.
Es un sofisma que repugna al sentido común, que contradice a la experiencia e insulta a la inteligencia. Pero a ellos les vale.
Y si no, siempre queda el recurso a la globalidad de la crisis. La culpa es de Estados Unidos y de los mercados financieros mundiales. Pero, ¿ha tenido Estados Unidos alguna culpa en que el nuestro sea el mayor déficit comercial del mundo? ¿en que hayamos tenido la mayor tasa inmigratoria del mundo? ¿en que nuestros niveles educativos figuren entre los peores de toda la OCDE? ¿y que tengamos una de las competitividades más bajas de los países desarrollados? ¿Y de nuestra dependencia energética? Todos están sufriendo la crisis, dicen. Sí, pero no todos de la misma manera. Nosotros de forma mucho peor que el resto.
Nuestro hecho diferencial
Da lo mismo. No lo entenderán ni lo aceptarán. Es demasiado complejo para el “soft thinking”. Para asumir esa realidad necesitarían algo que no está a su alcance: honradez y esfuerzo intelectual.
Se engañan a sí mismos con irresponsabilidad o dejen que les engañen. Les basta con un mensaje “buenista” y con unos cuantos eslóganes biensonantes. Los argumentos lógicos y consistentes, contrastados con los datos y con la Historia, resultan ser demasiado densos para unas mentes no acostumbradas a las digestiones lentas ni a la sinceridad intelectual. No dejes, se dicen a sí mismos, que la verdad te arruine un prejuicio arraigado o una consigna interiorizada a base de repetición subliminal. En buena parte, cosecha LOGSE sin duda. Pensábamos que no, pero sí, sabían lo que hacían. Han arruinado generaciones pero se han garantizado una masa manipulable y dócil de votantes que jamás va a echarles en cara sus desmanes.
La imputación de responsabilidades en esta hora crítica y angustiosa, cuando entramos de cabeza en un periodo de crisis insondable, probablemente la más grave desde el crash del 29, cuando se hundió la bolsa de Nueva York (recordemos que Estados Unidos no recuperó los niveles del PIB anteriores a la crisis hasta ya casi vencida la Segunda Guerra Mundial), es uno de los más claros ejemplos del “soft thinking”.
Porque, observen qué interesante elipsis intelectual.
La economía se mueve con la inercia de un petrolero. Un inepto al frente de la nave necesita tiempo para hundirla o dirigirla contra las rocas. Un petrolero, como la economía de un país del tamaño de España, no gira, ni frena ni acelera inmediatamente, sino que necesita un tiempo de maniobra. Es por eso que los frutos de una buena gestión se recogen años después. La primera legislatura de Zapatero, de cuyos resultados tanto presumía, es el más claro ejemplo. No cambió su política respecto a la de Aznar a pesar de las advertencias de que el modelo estaba agotado o a punto de agotarse. Y cosechó los frutos de la gestión del gobierno anterior, atribuyéndose con descaro e irresponsabilidad todo el mérito. Y toda la grey “progre”, que no socialista (que de estos ya casi no quedan), asumió alborozada el sofisma: gobiernan los nuestros y las cosas van mucho mejor. Luego, ¿por qué van mejor?: porque gobiernan los nuestros, los buenos. El mérito es de Zapatero.
Han pasado cinco años y los indicadores socioeconómicos se han deteriorado, tal como advertíamos, pero no de cualquier manera, sino de forma dramáticamente más acusada que en el resto de los países de nuestro entorno. Recogemos ahora los frutos de tanta irresponsabilidad, con una legislatura de retraso, como dicta el sentido común y la experiencia. Recogemos ahora lo que se sembró antes. Pero no, ahora la responsabilidad no es de Zapatero. Ahora es de Aznar, del modelo económico de Aznar. Han pasado cinco años en que pareciera que Zapatero no ha tenido ninguna responsabilidad ni asumido ningún papel en la gobernación del país. Cuando las cosas van bien, el mérito es suyo, a pesar de que gobierna sobre las bases que le han dejado otros. Y cuando, agotada aquella herencia, ha de gobernar sobre los cimientos que él mismo ha construido (o más bien destruido) entonces la responsabilidad es de los anteriores.
Es un sofisma que repugna al sentido común, que contradice a la experiencia e insulta a la inteligencia. Pero a ellos les vale.
Y si no, siempre queda el recurso a la globalidad de la crisis. La culpa es de Estados Unidos y de los mercados financieros mundiales. Pero, ¿ha tenido Estados Unidos alguna culpa en que el nuestro sea el mayor déficit comercial del mundo? ¿en que hayamos tenido la mayor tasa inmigratoria del mundo? ¿en que nuestros niveles educativos figuren entre los peores de toda la OCDE? ¿y que tengamos una de las competitividades más bajas de los países desarrollados? ¿Y de nuestra dependencia energética? Todos están sufriendo la crisis, dicen. Sí, pero no todos de la misma manera. Nosotros de forma mucho peor que el resto.
Nuestro hecho diferencial
Da lo mismo. No lo entenderán ni lo aceptarán. Es demasiado complejo para el “soft thinking”. Para asumir esa realidad necesitarían algo que no está a su alcance: honradez y esfuerzo intelectual.
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7 comentarios:
Efectivamente. Y es más, cuando acusan al modelo económico de la era Aznar, no sin cierta razón, porque era un modelo cortoplacista e insostenible en el tiempo, se olvidan de la urgencia con la que el PP tuvo que actuar, ya que heredaba un país arruinado y con unas tasas de paro escalofriantes. Tenían que basarse en algo que diera sus frutos aquí y ahora. Sin embargo, ZP se ponía al frente de un país con una economía saneada y ese sí era el momento de poner en marcha algún modelo económico con perspectivas de futuro, favoreciendo la innovación, la inversión extranjera -a la que no ha hecho más que espantar-, y favoreciendo el esfuerzo y el trabajo, en lugar de fomentar las subvenciones a la apatía y a la improductividad.
Supongo que, por mucho que nos duela el reconocerlo, tenemos el Gobierno que nos merecemos, aunque algunos lo merezcan más que otros...
saludos
Oyes, que soy de la ESO y no pertenezco a esa gente que vota PSOE porque sí, porque el PP es facha (argumento que lo escuchareis de más de un joven) xD.
No te olvides que el PP tuvo 8 años y 4 de ellos con mayoría absoluta y se acobardó en lugar de poner (con perdón) los cojones encima de la mesa y apostar por una educación pública de calidad, de excelencia. Pero no, se vino abajo y la educación ahora es una mierda, que ni los propios sociatas que la defienden llevan a sus hijos a la escuela pública. Lo que quieren para los demás, no lo quieren para ellos. Éso es socialismo.
No extraña que después de conocerse cómo va la crisis el PSOE siga ganando en intención de voto. Normal, entre los sectarios que ya había antes se les une esta savia nueva neoprogre, jaleada (también en la segunda acepción de la RAE) por un perfecto inepto.
Éste es el logro de ZP y del PSOE en este país: anestesiar a todos.
Siguiendo con la educación: no sabes ni te imaginas la de faltas de ortografía que te puedes encontrar en apuntes y correos electrónicos de universitarios. Cambiar "a ver" con "haber" cuando tiene que ir uno u otro, el "ha" de ha hecho, por ejemplo, escrito como "a hecho". La preposición "a" como "ha", y similares (b por v, estubiera, tube; cambiar la g con la j etc etc).
Para llorar.
Definición simplona semejante a las "acusaciones ante un espejo" que realizaba Radio Ruanda o a aquellas "descripciones-tipo" de los judíos que los representaban -como un todo- encorvados, con nariz ganchuda, rozando con dedos flacos y de uñas cual garras felinas, las monedas de oro que guardaban bajo las tablas del suelo.
Hablando de "pensamiento débil", simplificación de conceptos y sectarismo extremo, he aquí lo que me he encontrado en un blog "del régimen":
"Obama, como todo el mundo comparte, es el ZP NEGRO: la misma presencia, el mismo talante, el mismo compromiso con la PAZ, la misma preocupación por las minorías, los mismos ataques de la extrema derecha..
Por todo esto, nos alegramos de que hoy América comience una nueva etapa al lado del BIEN y de la ESPERANZA..."
Sin ánimo de ofender a nadie, esto cada vez me recuerda a una religión más que a una militancia política razonada y razonable.
Y contra la fe no hay argumentos que valgan...
He releido lo que he escrito y me veo obligado a puntualizar algo para que nadie se lleve a engaño: ESTO NO ES EN COÑA ni es ironía (como puede parecer).
Es de un blog progre y entiendo que el autor se cree realmente lo que escribe.
A g:
Tienes razón. He simplificado y generalizado en exceso. Pido disculpas por ello.
No obstante, el comentario de Alejandro demuestra que tampoco he exagerado o generalizado tanto después de todo.
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