Vean el impresionante discurso -una clase elemental de política a unos niños en una escuela pública- de Fernández de la Vega.
Y de qué forma descarada miente, manipula y tergiversa. Maniqueísmo en estado puro. Nauseabunda la mujer.
Pero qué poca decencia
Fernández de la Vega al descubierto
Y de qué forma descarada miente, manipula y tergiversa. Maniqueísmo en estado puro. Nauseabunda la mujer.
Pero qué poca decencia
Fernández de la Vega al descubierto
Pues sigue siendo nuestra vicepresidenta, por voluntad de los españoles.
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3 comentarios:
Leía tu blog con cierta prisa pero
sin evitar por ello mi asombro.
Primeramente, el tema de nuestra querida mosquetera D'Artacan. Es natural pensar que la mano del Altísimo e Inmortal Chaves podría andar por detrás de su adjudicación. Una mujer de tan escaso fuste y peso intelectual no llega de casualidad a un Ministerio, aun siendo éste de España.
En cuanto a la ministra De La Vega, es realmente vomitivo. Que una persona con un mentalidad tan enferma, de una amoralidad desbordante, sectaria y henchida de maldad, se permita mentir flagrantemente y después esconder la cabeza mientras se limita a sonreir con cara de estar perdonándole la vida a la periodista...es de lo más indecente -por decirlo suavemente- que he visto en mucho tiempo.
Si es que es cierto que llega un momento en el que todo vale. Y tanto...
Saludos
Esta es la gente que nos gobierna.
A ambos:
Dicen que bastan unas pocas relaciones para llegar al presidente del Gobierno o al hombre más poderoso de la Tierra. Me explicaré: yo conozco a alguien, y ese alguien a otro, que a su vez conoce a otro que conoce al presidente del Gobierno o a alguien de su entorno próximo. Con apenas cinco o seis relaciones podemos llegar a contactar con cualquier persona. Bien, yo no busco al presidente del Gobierno. Yo busco a alguien del pueblo gaditano de Alcalá de los Gazules que pueda investigar las partidas de bautismo de su iglesia en los meses de febrero y marzo de 1977. Seguro que alguien conoce a alguien que conoce a otro que conoce al cura de ese pueblo. Demos con él.
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