El maestro Carrascal sistematiza como nadie las claves de la política.
Y lo cierto es que, nuestro presidente, Rodríguez, sometido a su análisis riguroso, suspende en todos los frentes. Se ha dicho, y creo que con razón, que nadie desde Fernando VII había demostrado tal capacidad destructiva en tiempos de paz como nuestro presidente. Ha dinamitado todos los consensos y todas las bases de la convivencia, desde el punto de vista social, económico, institucional y territorial. Donde no había tensiones, las crea. Donde había consensos, los rompe.
Y lo cierto es que, nuestro presidente, Rodríguez, sometido a su análisis riguroso, suspende en todos los frentes. Se ha dicho, y creo que con razón, que nadie desde Fernando VII había demostrado tal capacidad destructiva en tiempos de paz como nuestro presidente. Ha dinamitado todos los consensos y todas las bases de la convivencia, desde el punto de vista social, económico, institucional y territorial. Donde no había tensiones, las crea. Donde había consensos, los rompe.
Incluso ha abocado a su partido a una crisis de la que apenas hay atisbos, pero que es más profunda de lo que parece, y que más pronto que tarde estallará. Hemos de verlo.
Me alegraré de verlo.
Vic como paradigma
Según Carrascal, las bases de la política de Rodríguez han sido las siguientes:
1.- La negociación con ETA.
2.- Aplacar a los nacionalistas desmontando el Estado autonómico y sustituirlo por el confederal.
3.- Atribuirse la bonanza económica heredada de gobiernos anteriores sin realizar ninguna de las reformas necesarias.
4.- Alterar el equilibro socio-político de España mediante la entrada y regularización masiva de inmigrantes.
Todo ello se ha saldado con un rotundo fracaso.
No había previsto -nunca lo hace- las consecuencias de sus actos, y es posiblemente en el tema de la inmigración donde habrá efectos más profundos y a más largo plazo.
No había previsto -nunca lo hace- las consecuencias de sus actos, y es posiblemente en el tema de la inmigración donde habrá efectos más profundos y a más largo plazo.
Según la oficina estadística de la UE, Eurostat, España es el segundo país europeo con mayor número de extranjeros, sólo por detrás de Alemania.
¿Qué significa eso? Pues algo tan significativo como que superamos al Reino Unido y a Francia, que tienen una población mayor que la nuestra, y que ese incremento de la población extranjera se ha producido en nuestro país en menos de diez años, mientras que ellos han acogido a su población inmigrante a lo largo de décadas, de forma muy escalonada. Nosotros todo lo hacemos por las bravas, con poca planificación y menos previsión.
Según un reciente estudio sobre el distrito zaragozano de Delicias, donde vivo, al que he tenido acceso, en el rango de edades comprendidas entre 20 y 39 años, uno de cada tres habitantes de Delicias es inmigrante, y en el rango de edades entre 0 y 19 lo es uno de cada cuatro. Estamos hablando del distrito más poblado de la ciudad, con más de cien mil habitantes. En el Casco Histórico, si bien con una población mucho menor, ese porcentaje aún es mayor.
La primera y a mi juicio más significativa es que ha sido precisamente un ayuntamiento gobernado por socialistas quien adopta este tipo de decisiones, dejando en evidencia el “buenismo” de Rodríguez. ¿Qué hubiera pasado si hubiera sido la derecha -el PP concretamente- quien adoptara esa decisión? Y la segunda, es la enorme incongruencia de nuestras leyes y, por ello mismo, la escasa calidad de nuestro ordenamiento jurídico.
Habrá que seguir hablando del tema.
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