El Partido Popular de Aragón tiene en su mano la llave para alcanzar el gobierno de la Comunidad en las próximas elecciones. Pero parece como si no supiera o no se atreviera a usarla. Y es fácil: basta con introducirla en la cerradura y girar en el sentido adecuado. Sin embargo, me temo que está a punto de tirarla, o eso parece. ¿Miedo a ganar?
¿Cuál es esa llave?: las empresas públicas. O más concretamente, desvelar ante la opinión pública la podredumbre que ocultan tras sus siglas.
Las últimas encuestas demuestran que el Partido Popular de Aragón no consigue desgastar al PSOE en la misma medida en que ocurre en otras Comunidades Autónomas. Como hoy dice M. Vallés en el Periódico de Aragón: “Si la actividad ejecutiva ha estado adormecida, lo mismo se puede decir de la oposición, anulada en muchos debates y demasiado preocupada por determinados titulares que por marcar una estrategia inteligente y efectiva frente a Marcelino Iglesias. Pocas veces han establecido el tempo y da la sensación que han ido en todo momento a remolque del Gobierno. Y eso es ir lento”.
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Hay un escándalo gigantesco en Aragón, que yace sepultado y oculto a la opinión pública, y que son las empresas públicas. Y el PP no ha conseguido hasta ahora desvelarlo, porque todo lo fía a la “buena voluntad” del Gobierno, para que sea él mismo quien aporte las pruebas de las múltiples irregularidades que está cometiendo y de la inmensa trama clientelar que ha creado. Algo que nunca, por supuesto, ocurrirá. Pensar que el Gobierno se va a autoinculpar o a dar la información que le incrimine es pecar de una ingenuidad casi invalidante para gobernar. Quien pretenda gobernar no se puede permitir ser ingenuo.
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La respuesta del Gobierno de Aragón a las peticiones de información por parte de la oposición ha sido, por supuesto, negarla y ofrecerles su participación en los consejos de administración.
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La respuesta del Gobierno de Aragón a las peticiones de información por parte de la oposición ha sido, por supuesto, negarla y ofrecerles su participación en los consejos de administración.
Evidentemente esa propuesta del Gobierno a la oposición es una trampa para elefantes, que además podría contravenir la legislación vigente o al menos forzarla hasta el extremo de tergiversarla gravemente. La Ley 2/2009, de 11 de mayo, del Presidente y del Gobierno de Aragón indica en su artículo 11 que el Gobierno de Aragón establece la política general y es responsable políticamente ante las Cortes de Aragón y de forma solidaria.
¿Cuál es el propósito de la creación de las empresas públicas? Muchos creemos que son una forma de crear una cantera de trabajo de acceso preferente para la militancia de los partidos en el Gobierno y de extender la trama clientelar en la que se sustentan. Pero, al menos sobre el papel, las empresas públicas permiten ejercer la acción política por otras vías distintas, y presumiblemente más eficaces, o eso dicen, que la mera Administración general.
Sin embargo, el Gobierno, que ni comparte ni podría la responsabilidad de la gestión de la Administración de la Comunidad Autónoma, pretende compartir la responsabilidad de la gestión de las empresas públicas. La oposición ha solicitado reiteradamente al Gobierno la relación de empleados de las empresas públicas, sin resultado. Ahora, desde los consejos de administración podría conocer ese dato. Imaginemos que comprueban las relaciones familiares y de militancia que todos sospechamos. ¿Podría denunciarlo ante los jueces o en las Cortes, públicamente? ¿Están obligados los miembros de los consejos de administración a mantener el secreto de los datos que conozcan como consecuencia de su cargo, lo que implica tanto como desactivarse políticamente de forma voluntaria? A mí no me cabe duda de que eso es lo que el Gobierno persigue con esa sorprendente “generosidad”.
Una de las, a mi juicio, más graves anomalías legislativas de nuestra Comunidad Autónoma es que mientras que el Estado está obligado a crear por Ley las empresas públicas (Artículo 61 de la Ley 6/1997, de 14 de abril, de Organización y Funcionamiento de la Administración General del Estado), es decir, mediante trámite parlamentario y discusión política en el Congreso sobre su necesidad, oportunidad, fines y características, en Aragón las empresas públicas se crean mediante acuerdo del Consejo de Gobierno, por Decreto.
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Es sorprendente que la creación de entidades de derecho público menores, como algún Instituto Autónomo sin ninguna relevancia, poco presupuesto y escasa plantilla, haya de ser debatida y decidida en las Cortes, y la creación de monstruos empresariales de cientos de empleados se hurten del debate y del control políticos. ¿Por qué en el Estado sí y en Aragón no? Nunca entenderé que ni siquiera la oposición haya manifestado algún tipo de objeción ante esta anomalía tan significativa.
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Pero ahora el PP parece dispuesto a participar en los consejos de administración de las empresas públicas aragonesas. Un error. Le tienden una trampa y se apresta a caer en ella.
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El PP se muestra ahora dispuesto a participar en las empresas públicas
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El PP participará en las empresas públicas, pero con condiciones
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No soy el único que piensa que es un error:
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No soy el único que piensa que es un error:
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Miedo a contarlo
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El clásico "atrévete a saber" ("sapere aude"), una invitación de Horacio que divulgó Kant para que una persona ilustrada pueda formar sus juicios y tomar decisiones informadas, choca hoy con la reticencia de muchos dirigentes políticos, que parecen tener pánico a la transparencia democrática. No se sabe si por desidia, prepotencia, miedo o por una mezcla de todas esas cosas, la opacidad se ha convertido en un mal endémico de la mayoría de nuestras instituciones. Al retraso escandaloso de poner en marcha la Cámara de Cuentas de Aragón, hay que unir los malabares del Gobierno PSOE-PAR para no dar información sobre el complejo y costoso entramado de empresas públicas, datos que reclaman hace años PP, CHA e IU. En lugar de acceder a facilitar esos datos, el Gobierno responde invitando a la oposición para que entre a los consejos de administración, lo que no soluciona el fondo de la cuestión y ahonda el corporativismo. Y deja sueltos flecos muy preocupantes: ni siquiera entraría a esos consejos toda la oposición, sino sólo el PP, ya que se requeriría un aval parlamentario del 20%. Es una solución descafeinada que puede generar más opacidad y que no responde a la demanda de regeneración democrática.
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(Artículo Encarna Samitier, publicado en "Heraldo de Aragón" el 27 de diciembre de 2009)
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Lo dicho: el PP de Aragón tiene en su mano la llave para llegar al gobierno de la Comunidad y está a punto de tirarla. Incomprensible.
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El clásico "atrévete a saber" ("sapere aude"), una invitación de Horacio que divulgó Kant para que una persona ilustrada pueda formar sus juicios y tomar decisiones informadas, choca hoy con la reticencia de muchos dirigentes políticos, que parecen tener pánico a la transparencia democrática. No se sabe si por desidia, prepotencia, miedo o por una mezcla de todas esas cosas, la opacidad se ha convertido en un mal endémico de la mayoría de nuestras instituciones. Al retraso escandaloso de poner en marcha la Cámara de Cuentas de Aragón, hay que unir los malabares del Gobierno PSOE-PAR para no dar información sobre el complejo y costoso entramado de empresas públicas, datos que reclaman hace años PP, CHA e IU. En lugar de acceder a facilitar esos datos, el Gobierno responde invitando a la oposición para que entre a los consejos de administración, lo que no soluciona el fondo de la cuestión y ahonda el corporativismo. Y deja sueltos flecos muy preocupantes: ni siquiera entraría a esos consejos toda la oposición, sino sólo el PP, ya que se requeriría un aval parlamentario del 20%. Es una solución descafeinada que puede generar más opacidad y que no responde a la demanda de regeneración democrática.
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(Artículo Encarna Samitier, publicado en "Heraldo de Aragón" el 27 de diciembre de 2009)
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Lo dicho: el PP de Aragón tiene en su mano la llave para llegar al gobierno de la Comunidad y está a punto de tirarla. Incomprensible.
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1 comentario:
Siempre se puede luchar desde dentro, a modo de "quinta columna". Sitúas a algunos consejeros y luego vas descubriendo información a la opinión pública para desmantelar los atropellos. Si se hace de esta manera no me parece errónea la actitud del PP. Eso sí, si no se hace de esta manera mis temores se multiplicarán exponencialmente.
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