“¿Te preguntas, viajero, por qué hemos muerto jóvenes,
y por qué hemos matado tan estúpidamente?
Nuestros padres mintieron: eso es todo”.
Jon Juaristi.
“No sé si cuando un pueblo ha conservado durante siglos costumbres patriarcales, puede ser moral y políticamente bueno mezclarle con pueblos más civilizados”. Dominique Garat, el 11 de junio de 1790 ante la Asamblea Constituyente francesa. Se refería al pueblo vasco de los distritos de Labours y Soule, que ellos llaman Lapurdi y Zuberoa, antes de que se les uniera administrativamente con el del Bearn, según Garat más civilizado, para constituir el departamento de los Pirineos Atlánticos.
La cita está tomada del artículo de Pedro J. Ramírez en el Mundo del domingo, 2 de agosto.
La reaparición en escena -violentamente, como sólo sabe hacer- de la banda terrorista ETA es uno de esos asuntos recurrentes que nos obligan a reflexionar. Llevamos ya cincuenta años hablando y reflexionando sobre ella.
Ya se ha dicho mucho, posiblemente todo, sobre su origen, motivaciones, complicidades… Pero la posición moral ante ella es en muchos casos todavía ambigua. Y no me refiero a esa repugnante indefinición moral del nacionalismo vasco, equidistante e hipócrita, sino a la del PSOE que, a mí al menos, me resulta tan sospechosa y, dada su condición de partido nacional, con responsabilidades de gobierno, ahora y de forma alterna en el futuro, tan peligrosa.
¿Por qué la banda apenas comete atentados en Francia?, se pregunta Pedro J. Él lo atribuye a la firmeza de sus autoridades. ETA sabe, dice, que Francia nunca jamás se sentará a negociar absolutamente nada con ellos, con presiones o sin ellas. Ya desde los tiempos de la Revolución saben que los federalistas afrontaban la pena de muerte en la guillotina. Y posiblemente guardan memoria del tratamiento que mereció en el país vecino otro grupo terrorista: la OAS, Organisation de l'Armée Secrète. Francia no se anda con chiquitas. O quizás los franceses, además de un compromiso sincero en la lucha antiterrorista al lado de sus vecinos del sur, observan con preocupación la extensión del virus nacionalista en su propio territorio. Los nacionalistas, como han podido observar en España, siempre interpretan la tolerancia civilizada y democrática como debilidad. Un error que en Francia los etarras no pueden permitirse. Saben que con Francia ni una broma. Con España en cambio ya es otra cosa. Que se lo pregunten a De Juana Chaos.
La presidencia de Zapatero ha ofrecido a los etarras la esperanza, más tangible que nunca, de que podrían sentarse a negociar con el Estado español en pie de igualdad y obtener contraprestaciones políticas. Quizás sea cierto que Zapatero ha escarmentado definitivamente, aunque yo lo dudo, y esa posibilidad haya quedado totalmente rota con él. Pero ha dejado abierta la esperanza de que en un futuro otro como él retome ese camino, algo que en Francia nunca ha pasado ni es previsible que suceda. José María Carrascal viene a decir lo mismo: “Todos los gobiernos españoles han querido apuntarse el tanto de «traer la paz al País Vasco» negociando con ETA, dándola el rango de interlocutora y ofreciéndola incentivos. Lo que la potenció, reafirmó e hizo pensar: «Si no es con este gobierno, será con el próximo»”. Y con nadie han estado más cerca que con Zapatero. Nadie les ha dado tantas esperanzas. Es decir, si no con él, con otro como él, piensan.
Pero puede que finalmente sea con él, algo que yo no descartaría del todo. Por si acaso, observen:
1.- El Gobierno todavía no ha iniciado ningún tipo de acción para apartar a ANV de los ayuntamientos en los que conserva presencia institucional, a pesar de saber, como es notorio, que son la voz de ETA. ¿Por qué?
2.- Todavía no se ha revocado la autorización parlamentaria de 2005 para dialogar con ETA, a pesar de que los términos de esa autorización fueron absolutamente incumplidos en su momento. ¿Por qué?
3.- No habrá moción de censura en la Diputación Foral de Álava para que el PP pueda recuperar su presidencia, a pesar de que con los apoyos del PSE sería matemáticamente viable. ¿Por qué?
“¿Alguien duda de que el PSE abandonará, en cuanto se den las condiciones adecuadas, su enclenque pacto con el PP para emprender junto al PNV la reforma estatutaria, mimética a la catalana, que ya preconizaba antes de las elecciones autonómicas?” se pregunta de nuevo Pedro J.
Yo no, yo no albergo ninguna duda. ¿Y ustedes?
ETA obtendría -quizás el condicional sea una cautela excesiva: obtendrá- parte de sus objetivos, un avance hacia ellos, por otras vías.
La lucha continúa. Nuestras rendiciones parciales, más que nuestro dolor, son su aliento.
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y por qué hemos matado tan estúpidamente?
Nuestros padres mintieron: eso es todo”.
Jon Juaristi.
“No sé si cuando un pueblo ha conservado durante siglos costumbres patriarcales, puede ser moral y políticamente bueno mezclarle con pueblos más civilizados”. Dominique Garat, el 11 de junio de 1790 ante la Asamblea Constituyente francesa. Se refería al pueblo vasco de los distritos de Labours y Soule, que ellos llaman Lapurdi y Zuberoa, antes de que se les uniera administrativamente con el del Bearn, según Garat más civilizado, para constituir el departamento de los Pirineos Atlánticos.
La cita está tomada del artículo de Pedro J. Ramírez en el Mundo del domingo, 2 de agosto.
La reaparición en escena -violentamente, como sólo sabe hacer- de la banda terrorista ETA es uno de esos asuntos recurrentes que nos obligan a reflexionar. Llevamos ya cincuenta años hablando y reflexionando sobre ella.
Ya se ha dicho mucho, posiblemente todo, sobre su origen, motivaciones, complicidades… Pero la posición moral ante ella es en muchos casos todavía ambigua. Y no me refiero a esa repugnante indefinición moral del nacionalismo vasco, equidistante e hipócrita, sino a la del PSOE que, a mí al menos, me resulta tan sospechosa y, dada su condición de partido nacional, con responsabilidades de gobierno, ahora y de forma alterna en el futuro, tan peligrosa.
¿Por qué la banda apenas comete atentados en Francia?, se pregunta Pedro J. Él lo atribuye a la firmeza de sus autoridades. ETA sabe, dice, que Francia nunca jamás se sentará a negociar absolutamente nada con ellos, con presiones o sin ellas. Ya desde los tiempos de la Revolución saben que los federalistas afrontaban la pena de muerte en la guillotina. Y posiblemente guardan memoria del tratamiento que mereció en el país vecino otro grupo terrorista: la OAS, Organisation de l'Armée Secrète. Francia no se anda con chiquitas. O quizás los franceses, además de un compromiso sincero en la lucha antiterrorista al lado de sus vecinos del sur, observan con preocupación la extensión del virus nacionalista en su propio territorio. Los nacionalistas, como han podido observar en España, siempre interpretan la tolerancia civilizada y democrática como debilidad. Un error que en Francia los etarras no pueden permitirse. Saben que con Francia ni una broma. Con España en cambio ya es otra cosa. Que se lo pregunten a De Juana Chaos.
La presidencia de Zapatero ha ofrecido a los etarras la esperanza, más tangible que nunca, de que podrían sentarse a negociar con el Estado español en pie de igualdad y obtener contraprestaciones políticas. Quizás sea cierto que Zapatero ha escarmentado definitivamente, aunque yo lo dudo, y esa posibilidad haya quedado totalmente rota con él. Pero ha dejado abierta la esperanza de que en un futuro otro como él retome ese camino, algo que en Francia nunca ha pasado ni es previsible que suceda. José María Carrascal viene a decir lo mismo: “Todos los gobiernos españoles han querido apuntarse el tanto de «traer la paz al País Vasco» negociando con ETA, dándola el rango de interlocutora y ofreciéndola incentivos. Lo que la potenció, reafirmó e hizo pensar: «Si no es con este gobierno, será con el próximo»”. Y con nadie han estado más cerca que con Zapatero. Nadie les ha dado tantas esperanzas. Es decir, si no con él, con otro como él, piensan.
Pero puede que finalmente sea con él, algo que yo no descartaría del todo. Por si acaso, observen:
1.- El Gobierno todavía no ha iniciado ningún tipo de acción para apartar a ANV de los ayuntamientos en los que conserva presencia institucional, a pesar de saber, como es notorio, que son la voz de ETA. ¿Por qué?
2.- Todavía no se ha revocado la autorización parlamentaria de 2005 para dialogar con ETA, a pesar de que los términos de esa autorización fueron absolutamente incumplidos en su momento. ¿Por qué?
3.- No habrá moción de censura en la Diputación Foral de Álava para que el PP pueda recuperar su presidencia, a pesar de que con los apoyos del PSE sería matemáticamente viable. ¿Por qué?
“¿Alguien duda de que el PSE abandonará, en cuanto se den las condiciones adecuadas, su enclenque pacto con el PP para emprender junto al PNV la reforma estatutaria, mimética a la catalana, que ya preconizaba antes de las elecciones autonómicas?” se pregunta de nuevo Pedro J.
Yo no, yo no albergo ninguna duda. ¿Y ustedes?
ETA obtendría -quizás el condicional sea una cautela excesiva: obtendrá- parte de sus objetivos, un avance hacia ellos, por otras vías.
La lucha continúa. Nuestras rendiciones parciales, más que nuestro dolor, son su aliento.
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2 comentarios:
Podría reproducirte el artículo de "Las ratas españolas", publicado por Carlos Caballero, en 1998, siendo diputado del PNV, (y reproducido por ABC el jueves 12 de marzo de 1998), que comienza diciendo "lindezas" de este tenor: "En la Edad Media vino a un pueblo de Euskadi llamado Ermua una oleada de ratas procedentes de España...".
Está bien que Pedro J. reproduzca uu trozo sacado de "El bucle melancólico" de J.Joaristi. Lo he leído. Pero te recomiendo que igualmente leas "Euzkadi", de Ramón Sierra Bustamante, Editora Nacional, Madrid, 1941. Es otro punto de vista. Saludos. José Ramón MIRANDA.
A José Ramón:
Gracias por esa sugerencia. Será difícil encontrar un libro de esa fecha, salvo en alguna biblioteca pública, pero lo buscaré.
Pienso que esa fecha no existía ETA por lo que ni la historia ni la memoria del País Vasco estaba contaminado por su ominosa presencia.
Un cordial saludo.
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