El maestro Manuel Martín Ferrand ha hecho, con apenas cuatro pinceladas, uno de los más precisos retratos de nuestro Presidente y de la actual situación española.
Permítanme destacar unas pocas frases:
- Zapatero es como una cerilla. Después de arderle la cabeza, puro fósforo, solo cabe esperar a que se consuma el palito. Y, ¿después?
- El disparate de la «memoria histórica» cierra el ciclo y, para mantener el juego retrospectivo, el personaje [el Presidente] necesitaría un bisabuelo maltratado en la guerra de África, un tatarabuelo víctima de Filipinas y algún antepasado más, proscrito por supuesto, en las independencias americanas. El pasado ya no da más de sí...
- El liderazgo de Zapatero se sostiene enhiesto gracias al sostén centrífugo de unos partidos periféricos que chupan de donde hay, pero que no sienten, ni quieren sentir, la realidad nacional española.
- ¿Cuántas «embajadas» de Cataluña en el exterior puede soportar, sin desmoronarse, un Gobierno de España?
- ¿Cuántas provocaciones como la última de Juan José Ibarretxe -¡qué España pida perdón por el bombardeo de Guernica!- soportará un Estado administrado por la debilidad contemporizadora y oportunista?
Zapatero no da más de sí
Permítanme destacar unas pocas frases:
- Zapatero es como una cerilla. Después de arderle la cabeza, puro fósforo, solo cabe esperar a que se consuma el palito. Y, ¿después?
- El disparate de la «memoria histórica» cierra el ciclo y, para mantener el juego retrospectivo, el personaje [el Presidente] necesitaría un bisabuelo maltratado en la guerra de África, un tatarabuelo víctima de Filipinas y algún antepasado más, proscrito por supuesto, en las independencias americanas. El pasado ya no da más de sí...
- El liderazgo de Zapatero se sostiene enhiesto gracias al sostén centrífugo de unos partidos periféricos que chupan de donde hay, pero que no sienten, ni quieren sentir, la realidad nacional española.
- ¿Cuántas «embajadas» de Cataluña en el exterior puede soportar, sin desmoronarse, un Gobierno de España?
- ¿Cuántas provocaciones como la última de Juan José Ibarretxe -¡qué España pida perdón por el bombardeo de Guernica!- soportará un Estado administrado por la debilidad contemporizadora y oportunista?
Zapatero no da más de sí
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