El día 12 de abril, en la rueda de prensa que siguió al Consejo de Ministros, la Vicepresidenta hizo saber su opinión de que Acción Nacionalista Vasca era legal y cumplía los requisitos requeridos para presentarse a las Elecciones municipales el próximo mes de mayo. La suerte estaba echada.
Desde ese momento supimos -tuvimos la certeza, porque la sospecha ya la teníamos mucho antes- que Batasuna, con un nombre u otro, estaría en las Elecciones. El Gobierno ya ha cedido en numerosas ocasiones antes, como para que no lo hiciera ahora, en un tema de mucha mayor relevancia que los anteriores (De Juana, Otegui...)
Dos semanas más tarde de aquellas declaraciones de la Vicepresidenta, Garzón ha cumplido su cometido. De la misma forma que pretendió en tiempos de González un Ministerio que le fue negado (su despecho precipitó el asunto de los GAL y la caída del Gobierno), ahora retoma sus pretensiones. Nunca renunció a ellas. Nada estaba escrito, pero de alguna manera sospechábamos que cuando la infamia se produjera, Garzón no andaría lejos. Y en el colmo de la contradicción, el mismo día en el que dicta un auto que permite seguir actuando a ANV, decreta prisión incondicional para un detenido al que acusa de haber confeccionado las listas de este partido en Navarra.
La decisión de Garzón se ha tomado en base a un informe elaborado por el Director General de la Policía, Joan Mesquida. Obviamente, una persona nombrada por el Gobierno que ha actuado a sus órdenes.
A la vista del auto de Garzón, ¿actuará el Gobierno? ¿aplicará la Ley de Partidos? ¿actuará el fiscal instando la ilegalización? Nada de eso es esperable. Al principio de la legislatura ETA estaba contra las cuerdas. Hoy se ha recuperado. Esta es la consecuencia de la política antiterrorista del Gobierno, aquella para la que pide el acuerdo de la oposición.
“El mandatario más traicionero desde Fernando VII está dispuesto a deponer la justicia, la dignidad y la memoria de las víctimas a cambio de que ETA le deje seguir en el poder”
Auto de Garzón
La decisión política de Zapatero
La contradicción en estado puro
Que se aplique la ley sin adjetivos
Desde ese momento supimos -tuvimos la certeza, porque la sospecha ya la teníamos mucho antes- que Batasuna, con un nombre u otro, estaría en las Elecciones. El Gobierno ya ha cedido en numerosas ocasiones antes, como para que no lo hiciera ahora, en un tema de mucha mayor relevancia que los anteriores (De Juana, Otegui...)
Dos semanas más tarde de aquellas declaraciones de la Vicepresidenta, Garzón ha cumplido su cometido. De la misma forma que pretendió en tiempos de González un Ministerio que le fue negado (su despecho precipitó el asunto de los GAL y la caída del Gobierno), ahora retoma sus pretensiones. Nunca renunció a ellas. Nada estaba escrito, pero de alguna manera sospechábamos que cuando la infamia se produjera, Garzón no andaría lejos. Y en el colmo de la contradicción, el mismo día en el que dicta un auto que permite seguir actuando a ANV, decreta prisión incondicional para un detenido al que acusa de haber confeccionado las listas de este partido en Navarra.
La decisión de Garzón se ha tomado en base a un informe elaborado por el Director General de la Policía, Joan Mesquida. Obviamente, una persona nombrada por el Gobierno que ha actuado a sus órdenes.
A la vista del auto de Garzón, ¿actuará el Gobierno? ¿aplicará la Ley de Partidos? ¿actuará el fiscal instando la ilegalización? Nada de eso es esperable. Al principio de la legislatura ETA estaba contra las cuerdas. Hoy se ha recuperado. Esta es la consecuencia de la política antiterrorista del Gobierno, aquella para la que pide el acuerdo de la oposición.
“El mandatario más traicionero desde Fernando VII está dispuesto a deponer la justicia, la dignidad y la memoria de las víctimas a cambio de que ETA le deje seguir en el poder”
Auto de Garzón
La decisión política de Zapatero
La contradicción en estado puro
Que se aplique la ley sin adjetivos
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