El invento de SERMUZA ya fue tratado hace unos meses en este blog.La empresa SERMUZA no tiene como objeto mejorar el servicio de vertido, alcantarillado y depuración de aguas residuales, ni siquiera abaratarlo. El que cambie la titularidad, de servicio municipal a empresa pública, no parece que baste, por sí solo, para mejorar la gestión. No hay razones objetivas que justifiquen esa posibilidad.
El objeto es incrementar las posibilidades legales de endeudamiento del Ayuntamiento, segregando esa parte de la gestión, cambiando la titularidad, y haciendo que sea la empresa quien se endeude. Un truco contable, ni difícil ni imaginativo.
Y aquí está la operación, la oferta de financiación de SERMUZA, publicada en la web del Ayuntamiento.
Pero no hay crédito. Nadie, ninguna entidad financiera ha presentado ofertas.
Observen la operación. El Ayuntamiento cede a SERMUZA (que es el propio Ayuntamiento, propietario del 100% de las acciones de la empresa) infraestructuras municipales por valor de 101 millones de euros, por las cuales la empresa debe pagarle 62 millones. ¿Qué cuentas y qué informes avalarán ese pago de 62 millones a cambio de 101? No espero saberlo, ni creo que jamás informen a los ciudadanos de esos enojosos detalles. Para ello, la empresa solicita créditos por valor de 62 millones (que el Ayuntamiento no puede pedir porque tiene prohibido asumir más deuda, puesto que ha superado todos los límites legales) y se los paga al Ayuntamiento. Burdo, pero fácil. ¿Verdad que parece mentira que las restricciones legales puedan bordearse e incumplirse con tanta facilidad? Pero estamos en España.
Sólo hay un problema. Nadie parece dispuesto a prestar esos 62 millones.
Belloch habla de la negociación directa con las entidades financieras. Conociéndolo, es para echarse a temblar.
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