Va a resultar que no siempre lo correcto es lo más justo.
Dos magistrados del Tribunal Supremo se encuentran de frente en la puerta del Hotel Palace. Casualmente, cada uno de ellos va cogido del brazo por la mujer del otro. La situación es, ya se pueden imaginar, extraordinariamente tensa. Durante unos segundos que se hacen eternos se miran los unos a los otros en silencio y con absoluto desconcierto.
Al cabo de un rato uno de ellos rompe el silencio y, después de carraspear ceremoniosamente, dice: -Debido a la situación tan peculiar en la que nos encontramos, yo creo que lo correcto es que con la máxima discreción y sin necesidad de escándalo, cada uno de nosotros se vaya con su mujer en su coche a su casa, ¿no cree?
Tras meditarlo un par de segundos el otro responde: - Estoy de acuerdo con usted en que eso sería lo correcto, pero no creo que fuera lo justo, porque no le habrá pasado desapercibido el pequeño detalle de que usted está saliendo del hotel mientras que yo estoy entrando.
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