miércoles, mayo 05, 2010

España y la receta griega

El acta de defunción de la clase media ya está escrita hace días.

El acta de defunción de esa clase media creada bajo el franquismo; no mérito de Franco, ojo, sino de las generaciones de nuestros abuelos y nuestros padres, cuyo sacrificio inmenso, su sentido común, entrega y laboriosidad nunca ponderaremos lo suficiente, y que esta generación acaba de dilapidar.

Al acta de defunción le falta la firma. Esa que Zapatero no se atreve a estampar, y que preferiría que fueran los agentes sociales (¿a quién, a cuántos españoles representan los agentes sociales?) quienes la rubricaran o de la que se corresponsabilizara la oposición.

Un presidente, cuya inanidad intelectual le lleva a confundir derechos con subsidios, no puede admitir que pasará a la Historia como el enterrador de la clase media española. Ese será su gran castigo, el baldón perpetuo y ya inevitable que acompañará su nombre en los libros de Historia. Y con todo merecimiento.

Los derechos son inalienables e imprescriptibles, y los que Zapatero cree estar creando prescriben en cuanto se acaba el dinero. Que ya se ha acabado. La deuda que estamos asumiendo es dinero de nuestros hijos y nuestros nietos, riqueza que todavía no se ha producido y que ya figura en su debe. Herencia zapaterina.

Pero erraremos en el tratamiento si asumimos sin más la receta griega: subidas de impuestos, recortes de sueldos y pensiones, retraso en la edad de jubilación… Todo eso deprimirá hasta niveles de criogenia el consumo. No digo que no sea necesario. Quizás sea incluso inevitable. Pero eso será insuficiente para sacarnos de la crisis, y acabará por apuntillar a la clase media, definitivamente proletarizada, si no revisamos la demencial estructura político-administrativa que hemos creado, si mantenemos las autonomías, si no eliminamos sin dilación ni remordimientos esa vergüenza que son las comarcas (comarcas con gabinetes de presidencia: ¡a dónde vamos a parar así!), si no cerramos empresas públicas, institutos autónomos, embajadas autonómicas, televisiones públicas, si no revisamos urgentemente el papel de las cajas de ahorro y sobre todo la presencia (la intromisión) política en ellas, si no eliminamos dos o tres ministerios inútiles…

¿Aún tenemos ministerio de la Igualdad con la que está cayendo? ¿Cómo es posible que mientras aumentan las colas en los comedores sociales se esté dragando el Ebro a su paso por Zaragoza para que naveguen los barquitos del alcalde? ¿Cómo es posible que se mantenga viva la ilusión de esa estupidez de la Exponabo? ¿Cómo es posible que el Gobierno de Aragón mantenga sus embajadas en Bruselas y Madrid?

El tratamiento que necesita España es muy diferente del que se ha aplicado en Grecia. La reunión que hoy han mantenido los dos líderes, Zapatero y Rajoy, de los principales partidos del país, no ha servido para nada. Absolutamente de nada. Hoy tenían que haber salido de ella con el tratamiento ya prescrito, y de acuerdo para aplicarlo. Los temas de la reunión eran menores y yo para tratar eso, en el lugar de Rajoy, ni me hubiera dignado acudir. Los temas de la reunión deberían haberse debatido en el Parlamento. Con eso bastaba.



Pero es que al final, con el concurso de la oposición o sin él, con el apoyo de los agentes sociales -de los sindicatos y de la patronal- o sin él, la responsabilidad es de Zapatero. Y sólo suya. Es él el que tiene el BOE en sus manos y el que puede publicar unas decisiones u otras o dejar de hacerlo.

Y si al final decide que hay que recortar el sueldo a los funcionarios, las pensiones a los pensionistas, retrasar la edad de jubilación y subir los impuestos a todos, lo aceptaré. Aunque pediré su dimisión, por supuesto.

Pero si al mismo tiempo decide que hay que mantener el Ministerio de Igualdad; si no exige a sus presidentes autonómicos (a los de su partido al menos) que acaben con las comarcas, con las embajadas autonómicas, con las empresas públicas; si su partido no modifica por la vía de urgencia esa decisión de la traducción simultánea en el Senado... Si es capaz de exigir esos sacrificios a la población española sin tomar al mismo tiempo o con carácter previo esas otras decisiones yo no pediré su dimisión: pediré sus criadillas.

Y si alguien encabeza una rebelión social -que espero que no sean los sindicatos, aunque no creo- yo le aplaudiré y secundaré. Porque en esas condiciones estará incluso más justificada que en Grecia. Y ya ven lo que está pasando allí.

Adenda: ¿Y si al final Zapatero decide no hacer nada, ni proponer sacrificios razonables a los españoles, ni recortar el gasto público, ni reestructurar el sector financiero, y la situación sigue deteriorándose, qué hacemos con él?
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2 comentarios:

Alejandro dijo...

Vaya, me has quitado las palabras de la boca. Iba a escribir algo muy similar en el blog de Daniel. Sobre todo similar a los 4 últimos párrafos.

A mi no me parece mal que recorten el sueldo a los funcionarios si esa puediera ser la solución para que otra gente con más problemas salga adelante ¿?.

Pero desde luego, si empiezan a recortar los salarios sin antes recortar en todo lo que has dicho (y que, repito, me has quitado de la boca) yo también saldré a la calle y con el cuchillo entre los dientes.

¡¡Estaría bueno que recorten el sueldo a los trabajadores (recordemos que a pesar de lo que opinan algunos """¿¿¿progres???""" los funcionarios no dejan de ser trabajadores) y que los senadores tengan traducción simultánea, cuando en los pasillos segurísimo que hablan entre ellos en español (Anasagasti, de hecho creo que hasta con sus propios correligionarios se tiene que entender en español.)

Rafael del Barco Carreras dijo...

ZAPATERO Y RAJOY, REUNIÓN 5-05-10

Rafael del Barco Carreras

Nada especial, acuerdo en la reforma de las cajas pero no en el mercado laboral y el déficit, y Grecia, o eso comunican.

Mi apreciado Miguel de Arriba de “españoles primero” me envía y escribe en uno de sus acertados artículos la cita de Bernard Shaw, “Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo… y por los mismos motivos”, y la de Les Luthiers “Cuando era niño me dijeron que cualquiera podía llegar a ser presidente; agora estoy comenzando a creerlo”.

Solo se me ocurre unirme al ¡Váyanse ya! repitiéndome en lo de “elecciones primarias”, “listas abiertas” y “libertad de voto para los elegidos”, y como consecuencia la total división de los poderes del Estado, Legislativo, Ejecutivo y Judicial, o sea, una Democracia Abierta, que los barra a todos. Oxigenar, levantar alfombras… y a duplicar el número de juzgados, la corrupción obligará.

La reunión de ayer merece las citas y la reflexión. Con lo de las primarias y demás no es que yo sea un fanático del menos malo de los Sistemas Políticos, la Democracia, pero tengo mi particular sueño, lo he escrito en otras ocasiones, quisiera antes de morirme que los socialistas del Ayuntamiento de Barcelona, herederos por línea directa de Serra y Maragall, discípulos y apadrinados de los franquistas Samaranch y Porcioles, fueran barridos para levantar alfombras. Una gozada no solo conocer con más detalles el porqué de mi prisión sino la actual QUIEBRA TOTAL.

Estoy convencido que los acontecimientos político-financieros que nos envuelven no tienen más salida, ¡salida, que no arreglo!, y si parece que sobre Democracia Real y Abierta no se van a poner de acuerdo (los dos a la vez no se harán el harakiri), con la esperanza de que el cuadro político tras las próximas elecciones se complique, reventando el grano, la GRAN CORRUPCIÓN, que acumula pus desde la llamada Transición, me es suficiente. El pus anterior lo limpiaron las leyes de amnistía, que se pueden derogar.

En cuanto a las cajas, tan podridas que se han puesto de acuerdo, o eso reza el comunicado, levantando del sillón a Narcís Serra y su corte, Caixa de Catalunya, se iniciaría el festival en Barcelona. Por lo pronto, sustituido Garzón, inculparlos en el CASO PRETORIA.


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