viernes, octubre 02, 2009

Alguien nos tendrá que administrar

Uno de los accidentes más frecuentes en el Oeste americano eran los disparos en el pie, con el que los torpes o nerviosos en el manejo del revólver se autolesionaban cuando intentaban desenfundar.

Un diplomático americano, de cuyo nombre no consigo acordarme, se refería a ese accidente cuando explicaba una de las normas que rigieron la Guerra fría, y gracias a la cual la cosa nunca pasó a mayores: “Rusos y americanos teníamos”, decía, “un pacto no escrito: cada vez que uno cometía una torpeza, el otro, para compensar, debía dispararse en el pie”.

Algo semejante sucede ahora con el principal partido de la oposición. Lo malo es que no parece existir reciprocidad en este pacto no escrito. Es por eso que hemos llegado a creer que la obligación de dispararse en el pie sólo afecta al Partido Popular, con el riesgo de que, a la vista del gran número de torpezas que están protagonizando Zapatero y esa alegre trouppe que finge ser un gobierno, aquél quede definitivamente inválido, cuando más se necesita una alternativa, casi con carácter de urgencia.

Que el PP se está disparando en el pie con, en este caso, lamentable precisión, es una evidencia. Sin embargo a veces puede cundir la sospecha de que algunos de esos disparos procedan de otro revólver distinto. O de que los disparos empiezan a ser ya más abundantes que las torpezas del Gobierno que hay que compensar. El pacto decía uno por torpeza. Y sólo uno.

La penosa subida de impuestos anunciada por Zapatero podría otorgar al Partido Popular unos réditos que quizás no haya hecho nada por ganar, salvo esperar pacientemente a que su rival político se desgaste sólo. El
caso Gürtel, que lleva tiempo gestándose, reaparece siempre, desde hace ya meses, con filtraciones al principio y mediante el levantamiento parcial del secreto del sumario ahora, cada vez que el PSOE se ve en apuros.

Más sobre el caso Gürtel

En cualquier caso, este asunto está resultando ser más grave de lo que los dirigentes del PP querrían creer. Ya hay más de sesenta imputados, entre los que se cuentan senadores, eurodiputados, ex consejeros, diputados y ex concejales del Partido Popular, lo que no puede despacharse diciendo que sólo es un montaje. Poco o mucho, algo hay. Y no cabe esconder la cabeza esperando que escampe, porque eso no ocurrirá. Quien dispone de la información es Rubalcaba (policía, fiscales, jueces “progresistas” y prensa afín), lo que quiere decir que la empleará toda, a conciencia, dosificándola (filtraciones, levantamientos parciales y sucesivos del secreto del sumario, nuevas imputaciones...) en la forma en que haga más daño al Partido Popular. Y que no le temblará la mano en apurar toda su potencialidad destructiva. Rajoy, en estas condiciones, no controla los tiempos. Sólo le queda equilibrar la prudencia y la energía, demostrando, sin que quede duda que (1) conserva las riendas del partido en sus manos y (2) lidera la regeneración ética, dentro y, por consiguiente, fuera del mismo.

Ante esta nueva y grave lesión en el pie del Partido Popular, el revólver que humea es, sospechosamente, el de Rubalcaba.

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Resulta irónico que el partido político más corrupto de la historia reciente de España, el PSOE, esté consiguiendo desde el Gobierno mantener bajo sordina, con una Fiscalía absolutamente sectaria y una policía sumisa, todos los casos de corrupción de los que se viene teniendo noticia últimamente y que le afectan, mientras que los únicos que trascienden son los relacionados con el Partido Popular.

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¿Por qué sólo se habla del caso Gürtel?

El asunto debe resolverse con rapidez, con energía, sin que quede sombra de duda, aprovechando si es preciso para hacer limpieza en el Partido Popular, pero es necesario que no se malogre la única alternativa capaz de administrarnos, visto que quien ahora nos gobierna nos lleva al despeñadero.

Muy previsiblemente, en septiembre del año que viene habrá elecciones anticipadas y para entonces debe haber una alternativa creíble, que permita que muchos votantes socialistas desencantados puedan votar sin tener que taparse la nariz.
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7 comentarios:

Cristóbal dijo...

Estimado Oroel:

¿Se están disparando en el pie o en la sien? Somos muchos los que no estamos dispuestos a votar a alguien que solo pretende heredar el régimen y que para ello ofrece más de los mismo, pero sin sonrisas.

Si el PP tiene estos muertos en el armario ¿qué esperanza de regeneración supone? Cierto que los otros tendrán más corruptelas, que los otros aprovechan mejor los flancos que estos dejan al descubierto,… pero las malas artes del Psoe no vuelve buenos a los del PP, en todo caso los vuelve tontos.

Alguien escribía que ZP pasará a la historia de la ignominia e incompetencia en España. Mucho me temo que MR le acompañará como el colaborador necesario.

Un abrazo. Carlos56.

Oroel dijo...

Escribía no hace mucho Martín Ferrand que “una parte de las malas prácticas de cualquier Gobierno es responsabilidad directa de la oposición”.

Pero siendo eso cierto, también tengo leído que Mariano Rajoy se desespera ante la pasividad sonriente de Zapatero, cuando le echa en cara sus incumplimientos, sus errores, sus contradicciones, y el otro permanece impasible o le sale por peteneras. A un iluminado debe ser difícil hallarle una grieta en la coraza, porque no responde con coherencia o como una persona normal.

Pero no quiero que esto suene a disculpa de Rajoy. Es un excelente parlamentario, pero un mal líder. Y sus dotes oratorias chocan una y otra vez contra el rostro granítico y la sordera del iluminado, lo que neutraliza el gran, posiblemente el único, activo de Rajoy. Podría compensar la debilidad de ese flanco -consecuencia de la insólita fortaleza que supone la estolidez ideológica de Zapatero- con un liderazgo enérgico y audaz, pero lamentablemente no es así. Rajoy no gestiona bien los tiempos, no elige bien a sus colaboradores y rara vez, nunca en realidad, arriesga. Y el aspirante es el que debe arriesgar.

Leí hace poco en las entregas de El Mundo sobre la Segunda Guerra Mundial, esa parte de las memorias de Churchill en que se refiere a los prolegómenos de la contienda, a los combates diplomáticos que la antecedieron y donde una y otra vez las potencias europeas cedían ante el voluntarismo y la iniciativa de Hitler, lo que no hacía sino demostrar una y otra vez ante el mundo y ante sus propios generales -espantados ante tanta osadía- la clarividencia del Führer. Contra todo pronóstico, siempre se salía con la suya, no porque tuviera razón, sino porque los demás cedían. Salvando todas las distancias, me recordó a nuestro iluminado doméstico.

No pretendo establecer una comparación entre déspotas, sino entre iluminados. Observa que siendo él quien gobierna no se comporta con prudencia, sino con insensatez, siendo él quien provoca y arriesga. Es él el que divide, enfrenta a unos con otros, irrita deliberada e innecesariamente a la mitad de la sociedad… A Hitler le perdieron sus errores, como le perderán a Zapatero. Pero lo que quiero decir es que es éste quien arriesga y provoca, mientras que no lo hace quien está en la oposición. Han cambiado los papeles.

Tarde o temprano se producirá la alternancia, como se produjo el desenlace de la Segunda Guerra Mundial. Pero cuando se pervierten las reglas del funcionamiento normal de una democracia, con un gobierno que no gobierna con prudencia, y una oposición que no hace uso de esa licencia que siempre tiene la oposición para sacar un poquito los pies del tiesto y hacer demagogia (sin caer en el histrionismo), sino que se comporta de un modo timorato (como Chamberlain y Daladier), la alternancia sólo puede producirse mediando un desastre, al que nos conducen los excesos del iluminado. Y de esos excesos tiene parte de culpa la oposición que no sabe como frenarlos, o no se atreve a hacerlo.

Si las cosas siguen así, UPyD puede acabar ocupando el lugar que un tiempo tuvo UCD, y el PP replegándose al espacio de AP en aquellas fechas. De Rajoy depende.

Alejandro dijo...

"Si las cosas siguen así, UPyD puede acabar ocupando el lugar que un tiempo tuvo UCD, y el PP replegándose al espacio de AP en aquellas fechas. De Rajoy depende."

Pues para mi eso no sería tan malo. Aparte de la corrupción y la manifiesta ineficacia de su líder, el PP sigue dependiendo demasiado de sectores conservadores y de la iglesia católica.

Demasiado para convertirse en una derecha moderna y equiparable con Europa.

Anónimo dijo...

A Alejandro:

Conozco a militantes del Partido Popular, con alguno de los cuales me une una buena amistad, que no responden en absoluto al estereotipo que has citado. Ni se identifican con la Iglesia Católica, porque son agnósticos, ni me atrevería a tildarlos de conservadores. Son gente moderna, muy preparada profesional e intelectualmente, con dominio de idiomas, una más que aceptable cultura y con ideas muy claras, ante quienes ningún pseudoprogre podría esgrimir ningún tipo de superioridad ideológica o moral.

Sí he de darte la razón, al menos parcialmente, cuando observo las listas electorales que lleva presentando el Partido Popular en Aragón a lo largo del tiempo, y compruebo con desconcierto e incredulidad cómo ofrece candidaturas trufadas de personajillos –con notorias excepciones, por supuesto- irrelevantes desde el punto de vista ideológico o intelectual. Me cuesta entender cómo desprecian o desconocen el magnífico capital humano que tienen en sus filas, para pedirnos que deleguemos nuestra representación política en personas con un nivel intelectual muy inferior a la media de la población, y a quienes no querría tener ni en la presidencia de mi comunidad de vecinos.

No es, no obstante, un mal que pueda atribuirse sólo al Partido Popular. La falta de democracia interna tiene esos efectos: la falta de renovación interna. Personas que sólo hubieran podido estar en política el breve espacio de una legislatura, y a pesar de haber demostrado en la primera su falta de talento llevan al menos cinco repitiendo como fijos en las quinielas. Recordemos a algún significado devorador de almejas de Carril que milita en las filas del PSOE aragonés y cuyas cada vez más gordas posaderas llevan legislatura tras legislatura ocupando sillones en el Ayuntamiento de Zaragoza o en las Cortes de Aragón, alternativamente, deshonrando con su presencia esas instituciones. También pasa en el PP, por supuesto.

En Europa ese estereotipo que aquí se atribuye a la derecha no tiene sentido, quizás porque fueron los conservadores los que lideraron la lucha contra Hitler, la resistencia contra el comunismo soviético y la construcción europea. La actual generación de la derecha española carece de esa legitimidad histórica, ni nunca podrá tenerla, por razones obvias (la Historia ya pasó), pero tampoco el PSOE tiene nada de qué presumir en esa época. Sus dirigentes son tan hijos o herederos del franquismo como toda la actual generación de españoles. Y algunos, además, hijos predilectos.

Alejandro dijo...

Por supuesto que hay militantes del PP que no tienen nada que ver con el estereotipo "facha". No seré yo quien caiga en estas generalizaciones tan injustas como simplistas.

Pero precisamente creo que esta derecha moderna y liberal debería hacer lo posible para librarse del lastre de esa "derechona" (que haberla hayla) que sigue poniendo el grito en el cielo ante aspectos de política social que deberían estar totalmente asumidos por un partido con pretensiones de gobernar en un pais europeo, del siglo XXI y que además tiene un enorme núcleo de población que, al menos estética e icónicamente es de izquierdas (o podríamos decir "progres".

El problema es que una derecha dividida probablemente nunca podría alcanzar una mayoría suficiente y por eso hay que estar continuamente haciendo guiños a esa derecha conservadora que a su vez y paradójicamente lastra sus propias expectativas.

Como decía Katleen Turner: "Coge un círculo, acarícialo, y se convertirá en un círculo vicioso".

Oroel dijo...

A Alejandro:

La contestación anterior era mía, of course.

Me encanta Kathleen Turner (Fuego en el cuerpo) y después de leer esa frase suya, más aún.

Alejandro dijo...

Entonces recordarás aquel pequeño pero maravilloso diálogo de la misma "Fuego en el cuerpo", en el que un extasiado William Hurt que la acaba de conocer, le dice a Kathleen:

- No deberías llevar esa ropa.

- ¿Por qué? Sólo es una blusa y una falda.

- Entonces no deberías llevar ese cuerpo.


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