Esta intervención de Rubalcaba se produjo en plena jornada de reflexión, el día anterior a las elecciones generales de 2004, en la que legalmente está prohibida la propaganda política. La situación, ya lo recuerdan, era de excepcionalidad, tras el gravísimo atentado de los cercanías de Madrid, que se saldó con cerca de 200 muertos. Ganó el PSOE, volcando en esos pocos días todas las previsiones de las encuestas, que volvían a dar la mayoría al PP. El caso dista mucho de estar aclarado y a estas alturas sólo se sabe que la versión oficial con que pretendió cerrarse es totalmente falsa.
Siete años más tarde España está en bancarrota, los escándalos se suceden y los nuevos parados se cuentan por millones. Es la impronta del PSOE. Ocurrió exactamente igual en su anterior periodo de gobierno, bajo la presidencia de Felipe González, aunque en esta ocasión las cosas han ido más rápidas y peor.
Rubalcaba, a quien las encuestas sitúan como el socialista mejor colocado para suceder a Zapatero, se encuentra en el ojo del huracán. Sus maniobras y el papel desempeñado por él y/o sus colaboradores más inmediatos en el chivatazo a ETA que impidió la detención del aparato de recaudación de la banda, el conocido como el caso Faisán, está siendo objeto de investigación y polémica.
He escrito algunos artículos sobre el asunto, que me permito recordar:
Las cosas se han complicado desde entonces, apareciendo nuevas evidencias:
Hoy sabemos sin ningún género de dudas que cuando el Gobierno declaró públicamente que quedaba roto el proceso de negociación con ETA a raíz del atentado de la T-4, en el que murieron dos inmigrantes ecuatorianos, mintió y siguió negociando en secreto.
El 29 de marzo de 2007, Juan Carlos Yurrebaso Atuxta fue detenido en un control rutinario en Perigueux (Francia) cuando se dirigía a Suiza a mantener una reunión con mediadores del Gobierno (que no era la primera). Pero el Gobierno había dado su palabra unos pocos meses antes de haber enterrado el proceso negociador. Se discutía entonces la presencia de ANV en las elecciones municipales de 2007. Cuando fue detenido, Yurrebaso, llevaba un móvil con una tarjeta prepago que, comprada en el País Vasco, había sido utilizada con anterioridad por García Hidalgo. Este último es militante socialista y era entonces director general de la Policía.
Calibren ustedes las implicaciones del hecho y valoren en qué manos estamos. Todo esto cuando el Gobierno aseguraba haber roto las negociaciones con ETA.
Hoy sabemos también que el jefe de la investigación intentó borrar la conversación del 'chivatazo'.
Ante la aparición de todos estos datos, el diputado del Partido Popular, Ignacio Gil Lázaro, está desarrollando desde hace tiempo una férrea labor de seguimiento del caso con preguntas continuas al ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que éste elude responder con su característica habilidad dialéctica. Pero si al principio se reía del diputado popular, su tono y sus gestos son cada vez más tensos.
Observen la tensa intervención de Rubalcaba y reparen en un detalle: parece que ataca, parece que acusa, pero en realidad se está defendiendo. Observen que no ha respondido a nada, que no ha aportado ningún dato, observen como bordea el asunto e intenta desviar la atención, observen sus maniobras de distracción focalizando la atención en un tema tangencial, como si lo relevante fueran las “aviesas” intenciones del diputado popular y no la gravedad de las imputaciones que se le formulan, sólidamente fundamentadas además, y frente a las que Rubalcaba no tiene respuesta posible sin mentir o sin autoinculparse de un delito gravísimo. Rubalcaba no puede contestar, no sabe, no quiere, no se atreve: está literalmente acojonado. Sabe que está en juego su carrera política y quizás incluso su libertad. Está implicado directamente, bien de forma voluntaria y deliberada o bien por negligencia inexcusable. Y su defensa cerrada, su obstrucción ante todos lo intentos por conocer la verdad inducen a pensar en la primera de las posibilidades.
Este es el personaje siniestro y mendaz que podría encabezar las listas del Partido Socialista Obrero Español en las próximas elecciones generales. Aunque yo no lo creo: será alguien mucho más ingenuo y vanidoso, suficientemente tonto.
PD.: El tema es complicado. Quizás estos resúmenes les ayuden a aclararse entre tantos protagonistas e implicados.
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