domingo, diciembre 27, 2009

Un gobierno que no mienta

Quiero mantener viva todavía, como un último resto de juventud, la capacidad de indignarme y escandalizarme. Porque el día en que cosas como ésta dejen de repugnarme deberé considerarme definitivamente viejo.


Ya he escrito otras veces sobre el caso del chivatazo del bar Faisán.



Hoy hemos sabido nuevos datos que confirman lo que todos sabemos.

Recogido de un acta de la banda terrorista ETA: "En relación a la operación llevada por Marlaska, os diré que por dar el aviso está encausado un alto policía de San Sebastián y casi el jefe de Seguridad del PSOE". La frase es de uno de los enviados del Ejecutivo, respondiendo a los reproches de la banda por incumplir sus compromisos. ¿Qué compromisos eran esos? En todo caso, para demostrarles que el Gobierno cumplía sus compromisos, fueran los que fueran, su enviado argumenta las consecuencias que ha tenido el chivatazo.

Andan por ahí revueltos el propio Rodríguez como responsable máximo, el ministro Rubalcaba, el que fuera jefe de seguridad del PSOE, Fernando Mariscal y el juez Garzón. Suficiente para que el asunto huela tremendamente mal.

En definitiva y como ya está más que acreditado, Rodríguez ha traicionado a todo y a todos. Quiero oír sus explicaciones. Nos las debe.

PD1.: Hoy, día 28 de diciembre, se ha sabido, a través de El Mundo, que la persona que dijo la frase citada anteriormente en la reunión con ETA es un magistrado que se encuentra en el Consejo General del Poder Judicial, nombrado en ese cargo en septiembre de 2008 quizás como pago por sus gestiones.



Soy muy mayor para irme de España a reiniciar mi vida, pero aconsejo a los jóvenes que lo hagan, que se vayan. Esto está podrido hasta la médula. Esto hiede. Un país así, sin principios, no puede salir adelante. O se cambia de gobierno -y casi de régimen, drásticamente-, o mejor irse.



PD2.: Un partido que fue capaz de organizar los GAL (Rubalcaba estaba entonces de ministro portavoz: “Ni hay pruebas ni las habrá”) y que ha sido capaz de colaborar con una banda armada para evitar la detención de su aparato de financiación, ¿de qué no habrá sido capaz?

El PSOE nunca ha ganado las elecciones sin que mediara un trauma colectivo de primer orden: el 23F en 1981 y el 11M en el 2004.
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5 comentarios:

Natalia Pastor dijo...

Hay un antes y un después en toda esta historia, y es que ese "NO" de respuesta de Rubalcaba a la pregunta de si hubo instrucciones del Gobierno para el "chivatazo" del Faisan, nos transporta a aquella otra famosa de Felipe González de «no hay pruebas ni las habrá» a una pregunta sobre los GAL.

Y más aún,después de lo revelado a cerca de Gómez Benítez, interlocutor «número 4» con ETA, deja la evidencia de que el chivatazo se gestionó al más alto nivel político para favorecer la negociación con ETA.

Esperemos que el PP,por una vez, esté a la altura de las circunstancias y no desista en el empeño de aclarar la verdad hasta las últimas consecuencias,caiga quien caiga.

Anónimo dijo...

Quiero que no desanimne a las nuevas generaciones, este es un país que merce la pena..nada de huir, mejor construir, añadir, ayudar, luchar, crecer.
Si hemos podido reunir a todos los españoles a pesar de las lenguas, los reinos y demás historias..no los separe un obstaculo como unos gobernantes no validos.
Un reino como el Español con un mediterraneo lleno de luz,un valle del jerte en flor, los pirineos , covadonga, as rias baixas..que hermosa tierra hay que luchar por ella, no abandonarla
un cordial saludo

Anónimo dijo...

Lo siento por la cultura aragonesa que se quedará atrás como mis paisanos gallegos con una enseñanza que deja a los estudiantes en un posición desigual a la hora de estudiar y se competivivo en Europa a dónde deberíamos de encaminar la educación..en mi adorada tierra gallega los niños estudian las materias en ese idioma que yo adoro para las tertulias, los poemas, la lectura de buenos libros de nuestros escritores, pero que es una aberración a la hora de estudiar por que los deja en desventaja, cual guetto.
Así que las proximas generaciones no sabrán defenderse en igual de condiciones con el resto de españoles y es triste por que nosotros también somos españoles pese a quien pese
un cordial saludo

Oroel dijo...

Querido primer anónimo:

No quisiera desanimar a nadie, pero tampoco debemos engañarnos ni engañar a los demás.

Observe la fotografía de ese señor calvo que acompaña mi comentario. Es un juez o un magistrado en su toma de posesión como miembro del Consejo General del Poder Judicial. Y está tomando posesión de ese cargo como pago a los servicios prestados al Gobierno en su labor de interlocución con una banda terrorista, a quienes ha justificado la “buena voluntad” y fiabilidad de ese Gobierno argumentando que éste había incluso cometido un delito por ampararles, un delito de colaboración de banda armada, para que su aparato de financiación no fuera detenido. Algo que en cualquier otro país europeo hubiera provocado una crisis institucional de primer orden, plenamente justificada e incluso conveniente, el cese del Gobierno y el procesamiento de sus miembros, empezando por el primer ministro.

Y aquí, quien está invocando eso, cómo mérito del Gobierno ante ETA, es nada menos que un miembro de la carrera judicial -“señoría”, debe llamársele, nada menos-, al que obviamente se le premia su felonía.

Pero ahora viene lo más grave. El asunto se ha hecho público. ¿Ha pasado algo? No. ¿Ha habido escándalo entre la ciudadanía? ¿Ha dimitido ese “señor”? ¿Se le ha abierto una investigación? ¿se le ha procesado? ¿alguien ha propuesto su cese?

No me desanima tanto el delito y la ignominia cometida, gravísima, como el hecho de que, conociéndose, no pase nada. La falta de reacción ante el dolor demuestra que el ser, si está vivo, está en coma, y si no, muerto. La sociedad española está en coma o muerta.

Oroel dijo...

Querido segundo anónimo:

Reconozco que para mí las lenguas no tienen más valor que el instrumental. Me importa más lo que se dice que en qué idioma se dice, y mido el valor de un idioma por su potencialidad para comunicarme. Es por eso que considero que el castellano es evidentemente más valioso que el gallego, el catalán o, ya no digamos, que el aragonés. Habrá quien no comparta mi opinión, pero ésta es la mía, creo que es razonable y a mí me vale.

El problema de las lenguas es que se han convertido en un instrumento político en manos de los nacionalistas para crear la conciencia de “pueblo”, distinto y diferente del resto, abandonados los argumentos raciales, tan poco presentables en el mundo de hoy.

El gallego o el catalán en manos de los nacionalistas de esas respectivas comunidades autónomas tienen una finalidad obvia, cual es la creación de un sentimiento colectivo de pertenencia a una realidad social diferente y distinta de la española, como base para la que invocar luego cotas crecientes de autogobierno e incluso la segregación de España y la soberanía nacional. El asunto es sabido. Además las lenguas son manejables desde el punto de vista social: se puede imponer su enseñanza, se puede imponer su presencia en la vida pública, se pueden crear puestos de trabajo vinculados al conocimiento de la lengua que se quiere potenciar, se puede proscribir más o menos disimuladamente la lengua que se pretende erradicar... No es nada que no estemos viendo cotidianamente. Es la Libertad la que se menoscaba, pero qué importa frente al superior designio de la “construcción nacional”. Aunque vaya mierda de naciones las que se construyen laminando las libertades.

El problema en Aragón es que estamos ante una gran mentira y ante una gran traición. Toda la Ley de Lenguas parte del enunciado de dos mentiras, la que se dice: que el aragonés y el catalán son lenguas propias originales (sic) e históricas de Aragón; y la se calla: que el castellano también es todas esas cosas y muchas más: la lengua propia y materna de más del 90% de los aragoneses. Aquí en Aragón no se pretende la soberanía de la comunidad sino la segregación de una parte del territorio y su anexión a Cataluña. Y esto ha sido perpetrado, con ese propósito manipulador y artero, por un presidente aragonés de estricta obediencia catalana, como demuestra su historial. Se va pero no sin antes cumplir el cometido que se había fijado, o le habían encomendado, desde el principio de su mandato, hace ya once años y que él mismo enunció en su primer discurso de investidura.


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