viernes, diciembre 08, 2006

La mentira de los datos macroeconómicos

Frente al optimismo con que el Gobierno maneja las cifras macroeconómicas, la realidad es muy distinta. Los ciudadanos harían bien en atender más a la evolución de su poder adquisitivo y de su capacidad de ahorro que a las palabras del Presidente.

Hace unos pocos meses -menos de tres, creo- un Rodríguez Zapatero optimista hasta la imprudencia nos aseguraba que, de seguir esta racha de crecimiento, en la primera mitad de la próxima década superaríamos a Francia y Alemania en riqueza. O mentía conscientemente o su ignorancia en materia económica es mayor de lo imaginado.

Efectivamente, mientras la Eurozona crece a una media del 2’6%, nosotros lo hacemos a un 3’8%. Sin embargo hay algún dato complementario que calló, quizás conscientemente, haciendo bueno el refrán sobre la falacia de las verdades a medias. El crecimiento demográfico de la Eurozona es del 0’5% anual, mientras que el nuestro, con la mayor tasa de inmigración del planeta, lo hace al 3%. Nuestra renta per capita crece, por tanto, muy por debajo del resto de Europa, como perciben perfectamente las familias que en estos dos últimos años han visto como disminuye su capacidad de compra y ahorro. Porque nuestro diferencial de inflación con el conjunto de estos países sigue siendo de un punto. Somos, esa es la verdad, cada año más pobres. Esa es una realidad tangible, que nadie debe venir a contarnos. La notamos cada fin de mes.

Nuestro crecimiento no está basado en un aumento de competitividad, como vienen alertando todos los expertos y organismos internacionales, sino en el aumento de la demanda interna, del consumo fundamentado en dos pilares: la inmigración (un millón de nuevos habitantes cada año, desde hace al menos cuatro, y con tendencia creciente) y el endeudamiento de las familias. Un modelo de crecimiento insostenible. Como aseguraba un experto hace unos días: vamos como una moto... al precipicio. La falta de competitividad tiene dos efectos, el segundo más tangible que el primero: el deterioro de nuestra balanza de pagos (cada día compramos más al extranjero y vendemos menos) y cada día los salarios son menores y mayor la precariedad del empleo.

Una situación de endeudamiento masivo hace extraordinariamente vulnerable a la clase media ante las subidas de tipos. El tipo de interés de la Eurozona ha subido por sexta vez en un año, mientras que el Euríbor (el tipo de referencia para las hipotecas) acumula catorce subidas consecutivas. Una hipoteca media a interés variable puede subir más de 2.000 euros al año a partir de la próxima revisión. Los efectos sobre el consumo de las familias pueden ser demoledores. Además, a pesar de lo prometido en la pasada campaña electoral, los impuestos, directos e indirectos, no han hecho sino subir. La voracidad de las administraciones públicas es insaciable.

Las familias que afrontaron un precio desmesurado por la compra de una vivienda, pero se consolaban pensando que su valor se había incrementado desde su adquisición, ven cómo sube también el precio (al menos el coste financiero) que han de pagar por ella.

En contra del optimismo que pretendía transmitir de forma irresponsable Rodríguez Zapatero, las cosas no van bien. En absoluto. Pero las familias disponen de sus propios indicadores económicos, más fiables que las palabras del presidente. Harían bien en analizarlos y obrar en consecuencia. Lo tendrán -lo tendremos- que hacer en cualquier caso. A la fuerza ahorcan.

2 comentarios:

Huber dijo...

Hola Oroel, enhorabuena por tu blog, ya veo que te has pasado al BETA y el resultado es estéticamente mucho más agradable. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Señor Oroel, le felicito por sus magníficos artículos, pero encuentro excesivamente benévolas sus críticas hacia los poderes dominantes.Supongo que se autocensura en muchas de sus opiniones por educación, lo cual dice mucho a favor de su catadura moral, muy diferente a la de los personajillos políticos a los que hace referencia. Lo tendré vigilado.


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