viernes, marzo 21, 2008

Reforma electoral

Es un hecho que admite pocas dudas que en los treinta años de democracia los partidos nacionalistas han adquirido un protagonismo excesivo en la gobernación del país, porque su apoyo ha resultado imprescindible en casi todas las legislaturas.

Un hecho que siempre me ha parecido escandaloso ha sido la consecución por su parte de reformas estructurales y transferencias irreversibles a cambio de apoyos coyunturales; un precio excesivo, sin duda.

Sin embargo, salvo en el caso del PNV, no hay una representación excesiva de los nacionalistas en comparación con sus votos. Los dos partidos mayoritarios obtienen un nivel de sobrerrepresentación mayor.

Por el contrario, los partidos nacionales con amplia implantación y representación minoritaria, como Izquierda Unida y Unión, Progreso y Democracia, son fuertemente castigados por el sistema electoral con circunscripciones provinciales.

Ante ello se abre un amplio debate, con propuestas de todo tipo:

- ¿Es legítimo pretender reducir la representación en el Congreso de los partidos nacionalistas, cuando, por ejemplo, Convergencia i Unió obtiene un porcentaje de escaños que es casi idéntico al de sus votos?

- ¿Por qué nos parece más justo, o nos escandaliza menos, el exceso de representación que obtienen PSOE y PP que el de algunos partidos nacionalistas?

- ¿Es justo el papel arbitral que asumen los nacionalistas en la gobernación del país cuando su opción es estrictamente territorial y sólo representan a los ciudadanos de su territorio?

- ¿Por qué hay que votar listas cerradas con personas a las que nunca votaríamos?

Reforma Electoral

UPyD pide la reforma electoral

Plataforma Pro

Hay propuestas de todo tipo: desde las listas abiertas, a un cambio en la circunscripción de forma que fuera nacional (lo que obligaría a modificar la Constitución), a exigir que para concurrir a las elecciones se presentaran candidaturas en un número mínimo de provincias (algo que se solventaría mediante la presentación de candidaturas fantasma) o a exigir un porcentaje mínimo de votos en el territorio nacional.


El debate es importante porque afecta a la esencia misma de la democracia, pero es difícil que los dos partidos mayoritarios (que son los máximos beneficiarios por este sistema) se comprometan en ello.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La reforma de la ley electoral es imperativa, para que los partidos se pongan las pilas. Seis diputados para UPD y doce para IU, que aparezcan más partidos sin barreras de entrada.

Cristóbal dijo...

Estimado Oroel:

¡Ya estoy aquí!

He estado estudiando la propuesta de reforma electoral de UPD, con alguna otra, y me temo que la cuestión está muy verde.

Unos pretenden garantizar la gobernabilidad. Eso implica una reforma en el sentido de alejarse de la proporcionalidad e ir hacia sistemas mayoritarios.

Otros pretenden mejorar la representatividad. Tu comentario de listas abiertas y las del anónimo que me preceden, parecen ir en ese sentido.

Personalmente me inclino por circunscripciones unipersonales (un representante), sistema mayoritario a doble vuelta, para el Congreso. Buscaría así la identificación del parlamentario con los problemas concretos de su distrito. Para el Senado yo abogaría por una circunscripción única, proporcionalidad corregida, con un mínimo de un 5% de votos.

Como verás, hay propuestas para todos los gustos.

Un abrazo. Carlos56.

Republica Rojigualda dijo...

Es lógico primar a las mayorías, lo ilógico sería primar a las minorías. La Ley D'Hondt es absolutamente imprescindible en un sistema parlamentario, donde el gobierno depende del parlamento. Si no existiera este sistema, la gobernabilidad sería imposible.

Si España fuera una república presidencialista, (cosa que espero que llegue a ser algún día) no haría falta la ley D'Hondt, o sería menos necesaria.

Lo que desde luego no tienen sentido son las circunscripciones provinciales. Circunscripción única en el Congreso y sistema mayoritario en el Senado sería lo más lógico.


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