sábado, marzo 08, 2008

El decorado se hunde

"Hipotecarse hoy en día es como decidir un radiante día de verano que llevarás camiseta de manga corta el resto de tu vida"

El lunes, de los dos grandes partidos uno habrá ganado y otro habrá perdido. Pero el que haya ganado, el que deba asumir la responsabilidad de formar gobierno se enfrentará a un panorama político, institucional y económico desolador. Y si no hay una mayoría clara, la legislatura puede ser agónica y corta.

A partir del lunes empieza el “festival de la verdad” y el goteo puede dejar paso a un torrente de malas noticias que se va a llevar muchos patrimonios y esperanzas por delante. Es la crónica de una crisis anunciada... y concienzudamente preparada.

02.01.2008
Colonial

27.02.2008
Grupo Jale

04.03.2008
Proinsa

05.03.2008
General Motors

07.03.2008
Eurovalls

07.03.2009
Nozar

Y hay más...

En el antiguo Código Civil se llamaban “quiebras” a lo que ahora se llaman “concursos de acreedores”. Es un rumor extendido, cuya veracidad pronto habrá ocasión de comprobar, que se está retrasando el anuncio de muchos de esos “concursos” hasta después de las elecciones. Crucemos los dedos.

PD.: El edificio que ilustra este comentario se iba a construir en lo que ha sido el solar más caro de la historia de Zaragoza, un modesto rascacielos de 30 plantas. Parece que ya no pasará de la realidad virtual.

5 comentarios:

winston dijo...

Hace unos días "La tormenta perfecta" (magnífico título), ahora "El decorado se hunde". Evidentemente, la ruina económica está ya entre nosotros y va a quedarse mucho tiempo. Sin embargo y con todo el drama que esta situación va a representar para muchas personas y familias, si la cosa se queda ahí es la mejor de las hipótesis que se me plantean para el futuro de España. La crisis política en la que también estamos inmersos es mucho peor que la económica, ya que de ésta se sale, más o menos empobrecidos, pero se sale. Respecto a la otra y tal y como están las cosas, la solución no vendrá dada sin buenas dosis de violencia. Créame que nada me gustaría más que equivocarme.

Oroel dijo...

Estimado Winston:

¡Dios mío!, espero que no, que no haya que recurrir a la violencia, ni para atacar ni para defendernos; no, por lo menos, a otra violencia distinta de la legítima, a aquella de la que sólo el Estado tienen el monopolio y sujeta además a las estrictas normas del Derecho.

El problema, amigo Winston, como creo que ya he apuntado en alguna ocasión, es que estoy persuadido que nuestros problemas económicos tienen un sustrato político insoslayable, y derivan fundamentalmente del lamentabilísimo Título VIII de la Constitución, con el que alumbramos un modelo de Estado imperfecto, insostenible, indefinido, instalado en una transitoriedad que ha abierto un proceso constituyente perpetuo, con reformas continuas del aparato del Estado -siempre además en un proceso de vaciamiento-, ambiguo y contradictorio, sujeto a interpretaciones incluso disparatadas, que un Tribunal Constitucional sumido en el descrédito está dispuesto a bendecir...

Se imagina Winston, si hubiéramos adoptado un modelo sensato, presidido sobre todo por la lealtad constitucional -que aquí no ha existido- y sin el perpetuo chantaje nacionalista. Se imagina cómo sería ahora España si hubiéramos tenido las tasas de crecimiento de Irlanda, que hace treinta años estaba muy por debajo de nosotros en renta per cápita.

No creo que podamos salir de la crisis económica si no abordamos una reforma política profunda, que incluya la reforma constitucional consensuada por los dos grandes partidos. Ello exige un requisito previo: la desaparición de Zapatero y de toda su corte de los milagros por el sumidero de la Historia; una casi refundación del Partido Socialista, dispuesto a abandonar las utopías bermejas -rojas- y a purgar los radicalismos de esta esperpéntica legislatura. Las urnas dirán si eso es posible o sólo un sueño. Habrá que abordar el desmantelamiento en sus justos términos de un Estado de las autonomías que ha demostrado ser un experimento fracasado; devolver las competencias de Justicia, Prisiones, Educación, Policía, Sanidad...; habrá que desmantelar las estructuras comarcales, las empresas públicas autonómicas -un aparato más deficitario e ineficaz que el antiguo INI-, la pléyade de televisiones públicas...

¿Es creíble que un Partido Popular que acaba de apoyar las nuevas y estúpidas reformas estatutarias de esta última legislatura vaya a hacer todo eso, que no es sólo necesario, sino imprescindible?

Creo que la respuesta a esta pregunta es lo que nos sume, a usted y a mí, en el desaliento.

Mañana lo único que estará en nuestras manos -en las del electorado- es la desaparición de Zapatero, condición necesaria, pero no suficiente.

Reciba un cordial saludo.

Oroel

Cristóbal dijo...

Estimado Oroel.

En relación a tu respuesta a Winston, no necesitamos esperar a una reforma constitucional para ir atajando la situación. La actual constitución da ciertos elementos suficientes para emprender el camino:

Artículo 150.
3. El Estado podrá dictar Leyes que establezcan los principios necesarios para armonizar las disposiciones normativas de las Comunidades Autónomas, aun en el caso de materias atribuidas a la competencia de éstas, cuando así lo exija el interés general. Corresponde a las Cortes Generales, por mayoría absoluta de cada Cámara, la apreciación de esta necesidad.

Como última medida siempre está el artículo 155 que ya hemos comentado en tu blog en alguna ocasión.

Un abrazo. Carlos56.

Oroel dijo...

Estimado Carlos56:

El artículo 150.3 es usado con toda normalidad en buen número de leyes, que o bien todas ellas son leyes de bases o bien lo son partes de su articulado. Pero está claro que es una solución claramente ineficaz y a todas luces insuficiente frente a la vorágine descentralizadora -vaciadora realmente, como he dicho antes- en que nos hallamos desde hace treinta años. Por no hablar de algunas de las fallidas leyes armonizadoras: la LOAPA que acabó en LAPA, creo recordar.

Creo que hace falta un remedio más enérgico.

¿El artículo 155? ¿Sería posible usarlo sin un consenso amplio de los dos grandes partidos nacionales? Posiblemente no. Pero en cualquier caso, ese artículo 155 serviría para garantizar el statu quo, que en mi opinión ahora mismo es indeseable e insostenible a medio, y quizás, si la crisis aprieta más de la cuenta, a corto plazo. Hace falta cambiar este statu quo al que hemos llegado, creado a voluntad de los nacionalistas y contra los deseos de la mayoría. En democracia los derechos de las minorías se respetan, por supuesto, pero es la voluntad de la mayoría la que prevalece. Salvo aquí. Lo que me hace dudar que lo nuestro sea un democracia.

Sabes tan bien como yo que en los sondeos realizados últimamente hay una mayoría de encuestados que abogan por ejemplo, por devolver las competencias educativas al Estado. Y estoy seguro que lo mismo ocurriría si se sometieran a consulta otros servicios esenciales. ¿Y cuánta gente ha votado a favor de las ampliaciones competenciales contenidas en las recientes reformas estatutarias? Y sin embargo esas ampliaciones se van a llevar a cabo, continuando con el vaciamiento del Estado que una mayoría no deseamos y que apreciamos como un peligro para nuestra estabilidad institucional, nuestra economía y nuestra continuidad como Nación.

Un fuerte abrazo.

Oroel

Cristóbal dijo...

Estimado Oroel:

Totalmente de acuerdo.

Sabes que, por mi parte, creo en la necesidad de una sebera revisión de la Constitución Española. No obstante esa u otra menos ambiciosa, debería contar con el acuerdo de los dos partidos mayoritarios, lo que representa un 85-90 % de los votantes (curiosamente ese convencimiento es del centro-derecha, ya no es tan seguro que la izquierda no pretenda hacerse una constitución a su medida). Pero mientras eso llega, existen al menos esas dos herramientas que conviene tener en cuenta. Al 150.3 se le puede extraer mucho partido todavía y, en principio, no requeriría más que mayorías absolutas, lo cual es algo más verosímil que ese gran acuerdo PP-P(SOE).

El 155 no solamente garantiza el statu quo. Aplicado con la misma filosofía que Toni Blair, puede hacer entrar en razón a más de uno y devolverlo a la lealtad constitucional.

En fin. No perdamos la esperanza.

Un abrazo y mantengamos los dedos cruzados en la jornada del 9. Carlos56.


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