domingo, diciembre 18, 2011

El Himno Nacional

El día 3 de febrero de 2007 se celebró en Madrid una multitudinaria manifestación convocada por el Foro de Ermua, que se clausuró con el himno nacional. 

Yo estuve en ella y recuerdo el estremecimiento de emoción colectiva que recorrió las calles abarrotadas cuando empezaron a sonar los primeros acordes. Algo insólito, el que sonara el himno nacional en una manifestación y no en un acto oficial. Vi gente a la que se le humedecieron los ojos y que lo escucharon en posición de firmes y visiblemente emocionados. Se escribió mucho sobre aquello. En una de las crónicas recuerdo haber leído que aquello fue un “éxito escénico”. Sí, realmente lo fue. 

Por supuesto, el PSOE criticó duramente el acontecimiento y habló de apropiación. ¿Puede alguien apropiarse de lo que es suyo porque es de todos? ¿Se apropia alguien de las calles o los parques por el hecho de pasear por ellos? ¿Se apropia alguien de la Quinta Sinfonía por el hecho de escucharla o incluso tararearla?

El jueves pasado, día 15, como todos los años por estas fechas, se celebró en el Auditorio de Zaragoza el tradicional concierto benéfico de Navidad a cargo de la banda de la Academia General Militar para recaudar fondos a favor de la Hermandad del Refugio. Como en años anteriores, se agotaron las entradas. No hay ningún otro acto que consiga a lo largo del año una afluencia semejante en el Auditorio, que se llena en esa ocasión, nunca mejor dicho, hasta la bandera.

Sé que era tradicional que en años anteriores finalizara el concierto con los acordes del Himno Nacional, que el público escucha puesto en pie, de forma absolutamente respetuosa y, aún diría más, emocionada. No creo que a nadie que acuda a un concierto de la banda de la Academia General Militar le desagrade el himno o sienta herida su sensibilidad, sino todo lo contrario.

Este año no se tocó (creo que el pasado tampoco) porque, dijeron, hay órdenes expresas de no hacerlo, de acuerdo con la normativa vigente: Real Decreto1560/1997, de 10 de octubre, por el que se regula el Himno Nacional. Es una normativa antigua, que ya estaba en vigor todos estos años pasados, cuando todavía se tocaba el himno sin problemas ni prohibiciones. Lo he repasado y no veo que impida que en un acto de estas características suene el Himno Nacional, que todos los asistentes esperan y desean oír. Ni se prohíbe, por supuesto, que suene en acontecimientos deportivos, como acostumbra hacerse.  

Vean qué dice: 

Artículo 3. El himno nacional será interpretado, cuando proceda: 

1. En versión completa:

a. En los actos de homenaje a la Bandera de España.

b. En los actos oficiales a los que asista Su Majestad el Rey o Su Majestad la Reina.

c. En los actos oficiales a los que asista la Reina consorte o el consorte de la Reina.

d. En los demás actos previstos en el Reglamento de Honores Militares.

2. En versión breve:

a. En los actos oficiales a los que asistan Su Alteza Real el Príncipe de Asturias, Su Alteza Real la Princesa de Asturias o Sus Altezas Reales los Infantes de España.

b. En los actos oficiales a los que asista el Presidente del Gobierno.

c. En los actos deportivos o de cualquier otra naturaleza en los que haya una representación oficial de España.

d. En los demás casos previstos en el Reglamento de Honores Militares.

Queda claro, creo, que esta norma no regula todos los usos del himno nacional, sino sólo aquellos usos oficiales en función de determinadas circunstancias o actos, donde debe interpretarse obligatoriamente. Es decir, indica donde es obligatorio que suene. Pero sin hacer exclusión de otros, pues no introduce prohibición alguna. Por tanto, no encuentro explicación legal al hecho de que se impida tocarlo en un concierto, por parte de una banda militar, salvo que los músicos (que son militares) hayan recibido, como supongo, orden expresa de no hacerlo, algo que sólo puede esperarse de quien ha demostrado tanta animadversión a los símbolos nacionales como el actual Gobierno de la Nación, al que ya le quedan dos días de existencia.

Sólo espero que con el cambio de Gobierno puedan cambiarse estas órdenes absurdas, que sin duda habrán partido de algún socialista acomplejado, que será cesado en breve, espero, y que al año que viene se pueda escuchar el Himno Nacional en el Auditorio de Zaragoza. Como desean los asistentes y corresponde que se haga.
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10 comentarios:

Alberto dijo...

"No hay ningún otro acto que consiga a lo largo del año una afluencia semejante en el Auditorio, que se llena en esa ocasión, nunca mejor dicho, hasta la bandera"

En fin, se ve que pisas poco el Auditorio... Con los ojos cerrados, ahora mismo y sin pensar, podría decirte diez actos en los que el aforo de la sala Mozart se ha llenado "hasta la bandera"... No hace falta comentar más.

Oroel dijo...

Bien, se llenará hasta la bandera en otras ocasiones, o sea, igual que en el concierto de Navidad, pero nunca más.

Y sí, tienes razón, no voy al Auditorio tanto como quisiera, pero, sí, suelo ir siempre que puedo.

No obstante, el tema era otro: la prohibición de tocar el Himno Nacional ante un público que precisamente desea oírlo.

Alberto dijo...

"Bien, se llenará hasta la bandera en otras ocasiones, o sea, igual que en el concierto de Navidad, pero nunca más" que no es lo mismo que "No hay ningún otro acto que consiga (...) una afluencia semejante".

No es el tema del artículo, pero si no se es preciso (por no decir que se falta a la verdad, que supongo que no era la intención) en ese punto, permíteme que dude de todo lo demás. Es lo que hay. Y más cuando no rectifica.

Oroel dijo...

¿En qué más he podido faltar a la verdad, en que no se tocó el Himno Nacional? Pues no se tocó. El Auditorio estaba lleno hasta la bandera. Vale, pero también hay otras ocasiones en que se ha llenado hasta la bandera, ¿y...?

Roberto dijo...

Aquí un antinacionalista tendría mucho que decir...

Oroel dijo...

Nacionalismo y patriotismo no deben ser lo mismo. Hay quien dice que mientras el patriotismo se alimenta del amor a lo propio, el nacionalismo se alimenta del odio a lo ajeno. No sé si será así.

Alberto dijo...

Es difícil explicar las cosas a alguien que parece no querer entender. Que no entro en si su texto es verdad o mentira, ni siquiera lo entro a valorar porque en el encabezado ya hay falta de rigor (aunque sea por exageración), y lo que es peor no se rectifica haciéndole ver el "error".

A ver si lo entiende así, es como si ahora Rajoy (o Zapatero antes o quien quiera) dijera "los 60 millones de españoles serán más ricos"... Si miente en lo más elemental (no somos 60 millones), ¿cómo le voy a creer en lo demás? Se llama credibilidad. Es así.

Oroel dijo...

Llegados a un punto las discusiones se tornan melocotonáceas. El auditorio se llenó hasta la bandera el día de Navidad. Puede ser cierto -seguramente lo es- que también se llene hasta la bandera en otras ocasiones, y que sea yo el equivocado. El Auditorio se llenó hasta la bandera el día del concierto de Navidad y se llena hasta la bandera en otras ocasiones. Vale, se lo admito.

El día del concierto de Navidad no se tocó el Himno de España. Ese es un hecho. Y era tradicional en años anteriores que se tocara. El año pasado creo -aunque no lo sé seguro- que tampoco se tocó. Y ese es un dato que es independiente de que el Auditorio se llene o no hasta la bandera, en esta o en más ocasiones. Es decir, no guarda relación causal ni de ningún otro tipo, salvo por el hecho meramente fortuito de que yo haya señalado ambas cosas en el mismo artículo. Esa es toda la relación que guardan ambos hechos.

Sus conclusiones, por tanto, a partir de que yo haya cometido la imprecisión de ignorar que el Auditorio se llene hasta la bandera en más ocasiones, son exageradas. Se empeña usted en exagerarlas, no sé con qué motivo.

No pienso más dar más vueltas al asunto. Ha encontrado usted una pelotita con la que se divierte enormemente, como un gato con un ovillo. Pero sin más consecuencias. Siga jugando si quiere. Yo ya me he aburrido del juego.

Anónimo dijo...

Tiende a tildar las conversaciones de "melocotonáceas" cuando le empiezan a incomodar o se reciben respuestas que uno no espera o no le gustan. Creo que refleja desinterés y falta de respeto hacia el otro participante.

Oroel dijo...

Volver una y otra vez sobre los mismos argumentos, dándoles vueltas y sin avanzar un ápice hacia ningún punto de acuerdo, aburre y exige, aunque parezca descortés, cortar el debate.

Nadie puede obligarme a continuar un debate más allá de ese punto de aburrimiento.


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