.
Este tipo de la foto (me niego a llamarle señor) tiene la cara más dura que el cemento armado. Y a pesar de ello, o quizás precisamente por ello, es vicepresidente tercero del Gobierno español.
Para mis lectores del otro lado del Atlántico, ERE es el acrónimo de “Expediente de Regulación de Empleo”, un figura legal que se aplica en España para regular las indemnizaciones de los trabajadores despedidos ante cierres de empresas o reajustes de plantilla. Los EREs lógicamente están supervisados por la propia Administración.
Pues bien, en Andalucía, la región española con mayor tasa de paro, se ha destapado estos últimos meses un escándalo por la gestión fraudulenta de esos EREs, con la connivencia y complicidad, parece, no sólo del propio gobierno autónomo andaluz, sino de los propios sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, que tanto apoyan al gobierno socialista.
Andalucía, para quienes lo desconozcan, lleva gobernada por el Partido Socialista ininterrumpidamente desde la reinstauración de la democracia, hace ya más de treinta años, lo que ha creado un auténtico “régimen” político que ahora, por fin, parece que empieza a resquebrajarse, a pesar de la inmensa trama clientelar creada durante estas últimas décadas. De todo este tiempo, el tipo de la foto de arriba, Manuel Cháves, ha sido el presidente de la Junta de Andalucía que más años ha gobernado, hasta su reciente nombramiento como ministro y vicepresidente del Gobierno español.
La corrupción es uno de los más graves problemas de ineficiencia económica, y sin duda alguna creo que aquí puede establecerse una incuestionable relación de causalidad entre todos los escándalos que se van conociendo y los niveles de paro y problemas económicos andaluces.
El tipo de la foto de arriba acumula ya algunos escándalos previos, como el de las subvenciones con que benefició a la empresa donde trabajaba su hija como apoderada y precisamente encargada de tramitar la solicitud de la subvención. La vulneración de la legislación sobre incompatibilidades ha sido flagrante (Artículo 7.1 de la Ley de Incompatibilidades 3/2005 de 8 de abril, aprobada por un Gobierno suyo).
Pero lo que demuestra de forma ya fehaciente la catadura moral verdaderamente infame del personaje es su imputación al PP de un caso del que ellos los socialistas son los únicos responsables.
.
.
Observen que de ser ciertas las imputaciones de Cháves, nos encontraríamos ante un caso en donde el Partido Popular, estúpidamente, habría llegado a cometer fraude para beneficiar a militantes socialistas caídos de las listas electorales. Algo, por supuesto, totalmente falso y que demuestra el poco respeto que tiene Cháves a la inteligencia de los ciudadanos. Porque la responsabilidad de las personas que se incluyen en las listas de los EREs corresponde íntegramente a la Junta de Andalucía, siendo únicamente competencia y responsabilidad del Ministerio de Trabajo, entonces en manos del PP, la fijación de las cantidades a cobrar, quien se limita a ratificar los expedientes procedentes de la Junta.
Fíjense que el propio ministro de Trabajo socialista, Valeriano Gómez, cuando actualmente se le ha pedido que inspeccione las irregularidades de los EREs para restablecer así la legalidad, se ha negado de forma tajante, respondiendo que no compete a su departamento inspeccionar las irregularidades en los EREs de la Junta de Andalucía y subrayando que esta competencia «corresponde, en exclusiva, a la autoridad laboral andaluza».
O sea, según Cháves, el Ministerio debería haber investigado cuando no existían indicios de delito, mientras que el propio Ministro socialista niega que deba hacerlo, cuando hay evidencia de que esos delitos sí se han producido.
Cháves está llamando tontos a los españoles, y en particular a quienes le votan.
Lo más divertido es que mientras trata de imputar al PP en un escándalo que ha conocido, consentido y alentado, que es de estricta y exclusiva responsabilidad suya, los socialistas se niegan, por si acaso, a que se constituya una comisión de investigación. Porque, investigando, investigando, nunca se sabe qué se puede descubrir... La coherencia no es un valor característico de los socialistas.
No obstante, como señala Santiago González en su blog, algo de razón tiene Cháves, porque conociendo la naturaleza esencialmente corrupta del socialismo español, y en particular la del propio Cháves, ya demostrada en ocasiones anteriores, ¿cómo es que no los vigilaron más y mejor?
Eso es exactamente lo que le faltó decir a Cháves: ¿por qué, señores del Partido Popular, si saben lo sinvergüenza que soy, no me vigilaron mejor?
.