La historia electoral del PAR en las dos últimas décadas es la de un declive continuado, que, sin embargo, no ha mermado su poder, aunque amenace, si persiste, con conducirlo al sumidero por donde han desaparecido antes que él otros proyectos políticos.
Es evidente que la tendencia, de persistir, lo conduce directamente a la desaparición. Ello ha debido encender todas las alarmas. No es dudoso que ante semejante alternativa, José Ángel Biel haya pensado que sólo él, la figura más conocida del partido, podría obrar el milagro. Su talla política y su proyección pública son sin duda mucho mayores que las de cualquier otro posible cabeza de cartel. Sin embargo, su misma popularidad puede ser un peligro, puesto que también es cierto que después de su dilatada y a veces errática carrera se ha creado un gran número de enemigos y suscita importantes rechazos entre amplias capas de la población, que ven en él la representación más arquetípica y desagradable del político profesional, oportunista y caciquil. Frente a quienes lo aclamaron el pasado día 17 de noviembre en la plaza de toros de Zaragoza como a un profeta, muchos militantes colocados en alguna de las administraciones que controla -autonómica, comarcal, empresas públicas-, hay un gran número de ciudadanos que sienten por él un profundo rechazo. El personaje suscita pocas indiferencias.
Hay quien sostiene que pocos políticos hay en Aragón con la mandíbula más frágil que Biel. Su gestión no soportaría un análisis poco indulgente. Pero su fortaleza -aparente- reside únicamente en que ninguno de los dos grandes partidos se ha atrevido nunca a darle el primer golpe, ni siquiera mínimo, ni a criticar su gestión.
Frente a su propia consideración de eficaz, de lo que él mismo alardea, hemos podido leer alguna crítica mordaz, pero quizás certera, que apuntaba como preferible para Aragón que no lo hubiera sido tanto. Algunos de sus logros tienen una rentabilidad social más que dudosa, desde los fiascos ya lejanos del pabellón de la Expo de Sevilla, el segundo más caro entre todas las Comunidades Autónomas, después del de Andalucia, la anfitriona; el primer intento de televisión autonómica, saldado con varios miles de millones de coste; las comarcas, con el famoso y publicitado “coste cero”, que le han servido para crear una amplia red clientelar; el nuevo y esta vez definitivo intento de televisión aragonesa, con presupuestos anuales de sesenta millones de euros y audiencias que rondan el cinco por ciento; la policía autonómica; la proliferación de empresas públicas; el manifiesto clientelismo en la administración a favor de los militantes de su partido… La presencia de CHA, que no siente ni manifiesta por él ese temor reverencial, supone en esta ocasión un serio peligro para su imagen.
El cercano ejemplo de las deudas millonarias a Hacienda de La Muela -que hasta hace poco era el espejo de lo que sería su gestión municipal para Zaragoza- o la responsabilidad de su partido en desastres paisajísticos como el de Formigal permanecen también frescos en la memoria.
Circula el chiste entre los funcionarios de la DGA de la posible postulación de Biel al Arzobispado de Zaragoza. Y hay quien dice que si Biel mostró aquel enfado que los medios recogieron por la marcha de Bandrés al Real Zaragoza, no fue por haberse enterado por la prensa, sino porque no se le hubiera ocurrido a él antes. Pero bromas aparte, hay quien considera una burla al electorado su doble candidatura, siendo obvio que habrá de renunciar en al menos una de las dos instituciones. Su presencia por tanto no es más que un simple reclamo, un señuelo. Algo no bien visto por quien considera que la democracia es algo más serio que un concurso de popularidades.
No obstante, las espadas están en alto, y está por ver si rentabilizará el conocimiento público, o por el contrario, esa misma popularidad, que quizás no es tan positiva como él mismo piensa, acelera el declive de su partido. La propia base que ha creado y en la que se sustenta, mucho más interesada que ideológica, convierte en un peligro mortal su posible ausencia del poder durante una sola legislatura. En los escasos dos años en que hubo de abandonar la DGA, bajo la presidencia de José Marco, tuvieron que hipotecar la sede. ¿De dónde provienen, pues, los fondos que lo sostienen?
Resultados electorales del PAR en la última década
Ayuntamiento de Zaragoza
Año ..............Votos..................% ....................Concejales
1987 ...........66.296 .............23,08% ......................8
1991 ...........47.780 .............18,27% ................. ....6
1995 ...........41.558 .............12,53% ......................4
1999 ...........23.009 ...............7,74% ......................2
2003 ...........23.690 ...............6,99% ..................... 2
Cortes de Aragón
Año............. Votos...................%.................... Diputados
1987..........179.922..............27.80%.................... 19
1991..........151.420..............24.51%.................... 17
1995..........143.573..............20.31%.................... 14
1999............86.519..............13.16%.................... 10
2003............79.670..............11.10%.............. ........8
No hay comentarios:
Publicar un comentario