He recibido nueva información sobre Blas Infante, que me parece que da la razón al juicio, nada amable pero extraordinariamente preciso y ajustado a la razón, que emitió el otro día Vidal-Quadras.
Ya saben que además de “cretino integral” se atrevió a decir que era un personaje "un poco estrafalario" y "un poco grotesco". ¿Será verdad que lo era? Juzguen ustedes mismos:
Blas Infante y el Islam
Observen qué frases escribía el padre del andalucismo: El Profeta de nuestros antepasados de Al-Andalus que, como todos los profetas, será nuestro profeta, (se refiere Blas Infante a Mahoma), y el de todos los hombres libres en tanto cuanto digan la verdad, anunció esta verdad incontrovertible: “¡Ay del día en que un espíritu no comprenda a otro espíritu. Porque el espíritu es espíritu como la luz es luz!" Trabajemos con suma cautela en estos principios para que Andalucía vuelva a ser inspirada por su propio genio y porque su libro vuelva a ser el Al-Korán como dice la Sura III: “Aquellos a quienes les hemos dado Al-Korán y lo leen como deben leerlo".
Jiménez Losantos decía el otro día en la COPE que con seguridad ni Chaves ni Arenas habían leído nada de Blas Infante. Y sólo se puede suponer que lo defienden porque no lo han leído.
En fin: ¿Esa es la Andalucía que quieren los andaluces? Con esas ideas, ¿puede considerarse el padre del andalucismo? ¿Es un referente aceptable para los andaluces devotos que sacan en procesión a la Macarena o peregrinan al Rocío? ¿O para los que son simplemente agnósticos? No lo entiendo.
Y lo que me resulta más difícil de entender es que ese personaje, con esas ideas, haya sido elevado a la condición de referente, incorporado como padre del andalucismo en el propio Estatuto de Autonomía andaluz.
Insisto: ¿Es esa la Andalucía, la de esa frase que he trascrito, la que quieren los andaluces? La estupidez es siempre contagiosa, pero hay determinados ambientes que le deben resultar más favorables. El Estado autonómico es sin duda uno de estos ambientes favorables. Si no, no se entiende.