Es famosa la ambivalencia de Bono, el doble sentido que siempre puede extraerse de sus palabras.
Estas son las palabras que ha dedicado a Zapatero en clave de despedida, en el último día de la Constitución, anteayer:
"Cuando la mar se calme, cuando la tempestad amaine y con la perspectiva, señor presidente, que da el tiempo, se puedan distinguir las voces de los ecos, contemplaremos en toda su dimensión tu obra como gobernante. Presidente, has dado a España lo mejor de ti, de tu persona, en un tiempo difícil, y los españoles son generosos y han de saber apreciarlo como mereces".
Vean este vídeo a partir del minuto 2:30.
(Vean las caras de Luisa Fernanda Rudi y de Francisco Álvarez Cascos. Y especialmente la del propio Zapatero. Ni él mismo se cree las palabras de Bono)
No hay duda -y es por eso que digo que Bono tiene razón- que cuando las aguas se retiren veremos la magnitud del desastre ocasionado por Zapatero. Cuando éste sólo sea un vago registro de nuestra memoria y las nuevas generaciones no tengan sino una leve referencia de su paso por el gobierno, seguiremos pagando las hipotecas que nos ha dejado.
Efectivamente, lo apreciaremos como merece.
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