¿Se imaginan a Gallardón de presidente del Gobierno y a Manuel Cobo de vicepresidente primero? La idea, ciertamente inquietante, no es mía, sino de Emilio Campmany.
Lo siento, no me gusta este tipo. Me refiero a Alberto Ruiz Gallardón. Me desagrada profundamente.
Yo pensaba que después de este reportaje, ya relativamente antiguo, emitido por su admirado “amigo” Gran Wyoming, su carrera política estaba, felizmente, acabada. Pero no.
El futuro del PP no es lo importante, sino el futuro de España. Y para que España tenga futuro necesita urgentemente una alternativa viable a este desastre de Gobierno que nos conduce aceleradamente al precipicio. Quizás, con toda seguridad España necesita más cosas. Pero la primera de todas, ésa: una alternativa viable.
Pues bien, este individuo, Alberto Ruiz Gallardón, se está cargando, por su estúpida y desmedida ambición, la posibilidad de alternativa, la única posible hoy día. Tarde o temprano la habrá, por supuesto, pero a este paso, quizás cuando sea demasiado tarde.
Gallardón ha conseguido con su megalomanía endeudar a la capital de España en más de siete mil millones de euros, lo que representa casi el 155% de sus ingresos corrientes y supera ampliamente el 110% que la Ley de Haciendas locales fija como tope. En 2003, cuando llegó a la alcaldía, la deuda de Madrid era inferior a la de Barcelona. Ahora mismo es doce veces mayor.
Quizás no se dé cuenta, tanta es su vanidad, que en Madrid, el PP podría presentar a cualquier otro y obtendría los mismos o mejores resultados (estaba pensando en Ana Botella, hasta que he sabido que ha apoyado a Gallardón). No es posible que nuestro personaje piense que los votos de Madrid los aporta su carisma y no la identificación de los madrileños con el proyecto españolista del PP, el más españolista, con todos los matices, de todo el abanico político español (salvo, quizás, el emergente UPyD). Hoy Madrid es la ciudad más inequívocamente española, orgullosa de serlo, de toda la geografía nacional.
Pero que a Alberto Ruiz Gallardón la capital de España se le queda pequeña es evidente, pero, eso es lo malo para sus ambiciones, si continúa la próxima legislatura al frente de la alcaldía va a tener que gestionar su propia herencia, el fracaso de su proyecto olímpico, que nunca tuvo la menor oportunidad y en el que se embarcó sabiéndolo, y una deuda inasumible. No hay más grandes obras que hacer. Los madrileños están hartos y no hay dinero para acometer nuevos proyectos, habiéndolo a duras penas para pagar los ya realizados. Un proyecto político poco atractivo para quien se cree tocado por la varita de los dioses y que supone ciertos los interesados halagos del Grupo Prisa.
“Hay que casarse con el ABC, pero acostarse con Prisa”, dicen que dijo nuestro personaje.
Gallardón es el candidato de Prisa -un grupo editorial que durante muchos años ha sido el portavoz del PSOE y que ahora José Luis Rodríguez ha relegado para favorecer a Mediapro- y el candidato favorito de los votantes socialistas.
Bono: "Gallardón es una persona honorable y transparente"
No está claro que Aguirre y Gallardón vayan a pugnar alguna vez por la presidencia del Partido Popular, pero si eso ocurriera, está claro: los socialistas prefieren que gane Gallardón. ¿Por qué?
Por el contrario, conozco a mucha gente en la derecha, y nadie está a favor de Gallardón. Es conocida su pugna con Esperanza Aguirre, la presidenta de la Comunidad de Madrid, y entre toda la gente de derechas, votantes del Partido Popular, que conozco, una abrumadora mayoría -la casi totalidad- se decantan a favor de Esperanza Aguirre.
El último episodio han sido las extrañas declaraciones de Manuel Cobo, mano derecha de Gallardón, a El País, con fuertes descalificaciones hacia Esperanza Aguirre como consecuencia, o con la excusa, de la batalla por la presidencia de Caja Madrid, donde cada uno pretende colocar a su candidato.
"Los cercanos a Aguirre han puesto a Rato en un escaparate de cloacas y ambiciones"
Y digo extrañas declaraciones porque hay pasajes de la entrevista en que parece que las respuestas procedan directamente de Gallardón, como si hablara en primera persona y no su fiel escudero, Manuel Cobo.
¿Suplantación de identidad? Cobo se cree Gallardón en la entrevista de El País
Cobo
La batalla de Madrid
A mí, no sé por qué, este personaje, me refiero a Gallardón, me recuerda a Jorge Verstrynge, a quien ya muy pocos recuerdan.
Espero, por nuestro bien, que a Gallardón le quede poco tiempo en la primera línea política. Su ambición está dinamitando la imprescindible y cada vez más necesaria alternativa política a Zapatero.
Hay personajes de los que no me gustaría seguir oyendo hablar mucho más tiempo, y uno de ellos es éste.
Lo siento, no me gusta este tipo. Me refiero a Alberto Ruiz Gallardón. Me desagrada profundamente.
Yo pensaba que después de este reportaje, ya relativamente antiguo, emitido por su admirado “amigo” Gran Wyoming, su carrera política estaba, felizmente, acabada. Pero no.
El futuro del PP no es lo importante, sino el futuro de España. Y para que España tenga futuro necesita urgentemente una alternativa viable a este desastre de Gobierno que nos conduce aceleradamente al precipicio. Quizás, con toda seguridad España necesita más cosas. Pero la primera de todas, ésa: una alternativa viable.
Pues bien, este individuo, Alberto Ruiz Gallardón, se está cargando, por su estúpida y desmedida ambición, la posibilidad de alternativa, la única posible hoy día. Tarde o temprano la habrá, por supuesto, pero a este paso, quizás cuando sea demasiado tarde.
Gallardón ha conseguido con su megalomanía endeudar a la capital de España en más de siete mil millones de euros, lo que representa casi el 155% de sus ingresos corrientes y supera ampliamente el 110% que la Ley de Haciendas locales fija como tope. En 2003, cuando llegó a la alcaldía, la deuda de Madrid era inferior a la de Barcelona. Ahora mismo es doce veces mayor.
Quizás no se dé cuenta, tanta es su vanidad, que en Madrid, el PP podría presentar a cualquier otro y obtendría los mismos o mejores resultados (estaba pensando en Ana Botella, hasta que he sabido que ha apoyado a Gallardón). No es posible que nuestro personaje piense que los votos de Madrid los aporta su carisma y no la identificación de los madrileños con el proyecto españolista del PP, el más españolista, con todos los matices, de todo el abanico político español (salvo, quizás, el emergente UPyD). Hoy Madrid es la ciudad más inequívocamente española, orgullosa de serlo, de toda la geografía nacional.
Pero que a Alberto Ruiz Gallardón la capital de España se le queda pequeña es evidente, pero, eso es lo malo para sus ambiciones, si continúa la próxima legislatura al frente de la alcaldía va a tener que gestionar su propia herencia, el fracaso de su proyecto olímpico, que nunca tuvo la menor oportunidad y en el que se embarcó sabiéndolo, y una deuda inasumible. No hay más grandes obras que hacer. Los madrileños están hartos y no hay dinero para acometer nuevos proyectos, habiéndolo a duras penas para pagar los ya realizados. Un proyecto político poco atractivo para quien se cree tocado por la varita de los dioses y que supone ciertos los interesados halagos del Grupo Prisa.
“Hay que casarse con el ABC, pero acostarse con Prisa”, dicen que dijo nuestro personaje.
Gallardón es el candidato de Prisa -un grupo editorial que durante muchos años ha sido el portavoz del PSOE y que ahora José Luis Rodríguez ha relegado para favorecer a Mediapro- y el candidato favorito de los votantes socialistas.
Bono: "Gallardón es una persona honorable y transparente"
No está claro que Aguirre y Gallardón vayan a pugnar alguna vez por la presidencia del Partido Popular, pero si eso ocurriera, está claro: los socialistas prefieren que gane Gallardón. ¿Por qué?
Por el contrario, conozco a mucha gente en la derecha, y nadie está a favor de Gallardón. Es conocida su pugna con Esperanza Aguirre, la presidenta de la Comunidad de Madrid, y entre toda la gente de derechas, votantes del Partido Popular, que conozco, una abrumadora mayoría -la casi totalidad- se decantan a favor de Esperanza Aguirre.
El último episodio han sido las extrañas declaraciones de Manuel Cobo, mano derecha de Gallardón, a El País, con fuertes descalificaciones hacia Esperanza Aguirre como consecuencia, o con la excusa, de la batalla por la presidencia de Caja Madrid, donde cada uno pretende colocar a su candidato.
"Los cercanos a Aguirre han puesto a Rato en un escaparate de cloacas y ambiciones"
Y digo extrañas declaraciones porque hay pasajes de la entrevista en que parece que las respuestas procedan directamente de Gallardón, como si hablara en primera persona y no su fiel escudero, Manuel Cobo.
¿Suplantación de identidad? Cobo se cree Gallardón en la entrevista de El País
Cobo
La batalla de Madrid
A mí, no sé por qué, este personaje, me refiero a Gallardón, me recuerda a Jorge Verstrynge, a quien ya muy pocos recuerdan.
Espero, por nuestro bien, que a Gallardón le quede poco tiempo en la primera línea política. Su ambición está dinamitando la imprescindible y cada vez más necesaria alternativa política a Zapatero.
Hay personajes de los que no me gustaría seguir oyendo hablar mucho más tiempo, y uno de ellos es éste.
PD.: Quiero decirlo: en Zaragoza disfutamos de un faraón -perdón, quería decir alcalde- como Belloch, que nos estrá llenando la ciudad de grandes monumentos y edificios inútiles; emblemáticos, pero inútiles. Es, dice, socialista. Yo no lo creo. Pues bien, yo no aprecio diferencia entre la política de Belloch en Zaragoza y la de Gallardón en Madrid.
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